Siempre he considerado que “BrandZ Top 100 de las marcas globales más valiosas” (estudio presentado por WPP y Millward Brown) es la “Bolsa de Valores” de las marcas, pues nos da los parámetros de las más valiosas en el mundo.
Después de un tiempo dedicado a meditar sobre el tema, y de leer algunos artículos muy interesantes (algunos de ellos aquí mismo en Soy Marketing), creo que he llegado a la conclusión de que las redes sociales deben de ser para las marcas y no para las personas.
El poder político se erosiona en pleno siglo XXI. El mundo cambia, la sociedad revoluciona, existe un mundo distinto antes de las redes sociales y después de las redes sociales. La influencia de los sectores tecnológicos dentro de la política es fácilmente perceptible.
Indudablemente las grandes ligas deportivas tienen como premisa ofrecer entretenimiento y conectar con las emociones de los seguidores, pero sobre todo capitalizar sus esfuerzos; generar ingresos a través de los patrocinios, los derechos de transmisión, el boletaje, el licensing y la venta de artículos oficiales entre algunos otros productos o servicios que puedan desarrollar para una mejor atención e interacción con sus aficionados.
Pues sí, así de la nada, el INEGI ha decidido cambiar los parámetros con los que miden los niveles socioeconómicos bajos. La semana pasada, en un anuncio más bien en lo oscurito y sin mucho aspaviento, algunos medios estuvieron difundiendo la noticia y otros ni importancia le dieron.
En tiempos dónde la mayor parte de nuestro contacto con el mundo exterior se ha vuelto digital, me surge una gran interrogante: si la comunicación no verbal ocupa el 65% del impacto e implicaciones de un mensaje… ¿a dónde va éste impacto cuándo nos comunicamos por correo electrónico,
Como parte de una sesión de coaching, empecé la lectura del libro de Patrick Lencioni, Las cinco disfunciones de un equipo. Comienza con una idea principal: si puedes mantener a toda la gente de una organización remando en la misma dirección, puedes dominar cualquier industria, cualquier mercado, ante cualquier competidor, en cualquier momento.
En la industria publicitaria tomamos este concepto del término económico “commodities” que habla principalmente de bienes físicos que constituyen componente básicos de productos más complejos. En palabras más simples: Bienes de tipo genérico que no se tienen una diferenciación entre sí.
Todo el tiempo estamos vendiendo o comprando algo, aunque no nos demos cuenta. Una venta es una transacción o intercambio entre un comprador y un vendedor, es el resultado de una negociación previa, -que puede durar: minutos, días, meses-, y seguramente si la relación entre las dos personas o partes es “buena” y suficientemente clara, el sólo hecho de que se lleve a cabo podría indicar que tuvo éxito, pero ¿es así?
En día pasados releía ciertos capítulos del libro biográfico de Steve Jobs. Al repasarlos confirmo que sigo admirando la capacidad e inteligencia de este personaje. Nació para crear productos aspiracionales que millones de personas alrededor del mundo deseamos comprar para tener la satisfacción de usar los gadgets más avanzados con la tecnología de los productos de Apple.
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