“Si trabajas en algo que te gusta y te apasiona no necesitas tener un plan maestro de cómo hacer las cosas, sucederán”. – Mark Zuckerger –
…o sea, sí pero no del todo.
Cuando la Pandemia por Covid-19 comenzó, muchos sabíamos que el mundo, al menos cómo lo conocíamos, irremediablemente cambiaría; el encierro, la ansiedad, la incertidumbre del mañana y muchos otros factores, cimbraron en mayor o menor medida los cimientos y estilo de vida de un gran número de personas, así como del desempeño de negocios y empresas en todo el mundo, en México no fue la excepción.
En mi caso particular el giro fue de 180 grados; mi situación económica se deterioró rápidamente; ante la incertidumbre y problemas que vi venir; abandoné mi ciudad natal, conservé solamente a aquellos clientes a quienes podía atender de forma remota y me hice más pequeño.
Tratándose de servicios de marketing digital, bien podía hacerlo a distancia sin tener la necesidad de pagar oficina, servicios, invertir tiempo en traslados, etc.
Ante el miedo de contagio comencé a buscar nuevas formas de expresión en las plataformas digitales, renové mis círculos sociales (muchos de ellos son ahora virtuales gracias a la tecnología) y con el resto del tiempo libre y sin un rumbo concreto de hacia dónde caminar, comencé a probar cosas que había querido hacer pero que por una u otra excusa (que no razón) había postergado o guardado en la congeladora “para cuando tuviera tiempo”.
Entre el duelo de lo que dejaba atrás, la indecisión de no saber que rumbo tomar, resolver siempre lo inmediato y buscar generar ingresos para pagar los gastos fijos; me fueron pasando las semanas, los meses y los años, lo que había hecho por más de 20 años, ya no me satisfacía, no me motivaba y la verdad, es que lo hacía más a fuerza y por el deber ser, que por gusto.
Un buen día, una frase de un amigo mío comenzó a rondarme la cabeza: “Emprende en físico”.
Esa frase retumbó en mi cabeza por unos 6 meses, gracias a la cual comencé a investigar, observar y a planear, junto con mi hermana, el tipo de negocio, local y equipo que requeriríamos para empezar y de eso va esta columna:
Mis primeros pasos en el emprendimiento.
Lo que voy a compartir a continuación son algunas de las etapas que he vivido a la apertura del negocio; la inauguración la tendremos dentro de unos meses:
1. Define bien el tipo de negocio que deseas.
Una de las principales tentaciones de los emprendedores es copiar a los negocios exitosos, esperando obtener los mismos resultados de quienes ya tienen camino recorrido, sin conocer la operación de los mismos.
En vez de copiar, identifica que es lo que te agrada del negocio y busca como adaptarlo a tu propia idea y valores; si insistes en copiar, entonces pon atención a las debilidades que éste presenta y resuélvelas, eso por sí solo, ya es un upgrade.
En mi caso, fue especializarme en un solo producto pero con algunas variantes de cocina en frío y ofrecer solamente alimentos para llevar.
2. Busca ayuda.
Cuando comencé a comentar con mi hermana la idea de negocio, ella misma me sugirió la posibilidad de integrar a una amiga suya en el proyecto, la cual ya tenía experiencia en la administración de cocina y manejo de alimentos para venta al público, temas en los que Yo no tenía ni idea. Así que hablamos con ella, le platiqué mi idea y al día siguiente nos dijo que sí le interesaba integrarse como socia.
Ella misma prefería trabajar arduamente para algo de su propiedad en vez de depender de un sueldo en el negocio y sueño de alguien más.
3. Trámites, permisos y licencias
Revisa que tipo de permisos se requieren para tu negocio, de ello dependerá también que los dueños de bienes inmuebles accedan o no rentarte el local.
Dependiendo de la entidad federativa en que te encuentres, el gobierno de tu municipio puede tener programas y apoyos para emprendedores que te ayuden en la apertura.
Muy importante es que verifiques el uso de suelo de la zona.
4. Busca la zona para tu negocio.
Dependiendo del giro de negocio, promesa de venta y la ventaja competitiva que ofreces, la zona en que desees instalar tu negocio puede ser vital para el éxito de este.
No porque una zona tenga gran flujo vehicular durante el día, significa que es adecuada para tu negocio, así como tampoco te beneficia el que el paradero de una ruta de camión esté a unos metros de tu local, sobre todo si tu negocio es para otro tipo de cliente.
En nuestro caso, nos instalamos en una zona donde abundan los negocios de comida, pero nadie vende lo que nosotros ofrecemos.
5. Haz un presupuesto
Ya sé que esta parte es la que más duele y donde muchos se desaniman, pero créeme, si tu idea de negocio aporta valor, el dinero llegará solo.
Jamás había tenido un negocio en físico, pero tenía mucha experiencia adquirida por los negocios a los que por años he asesorado, entre ellos varios restaurantes; nunca en la parte operativa, siempre en la parte publicitaria, pero en las juntas de negocios la información sale y gracias a que mi cerebro puede almacenar una gran cantidad de datos, pude hacer un listado de lo mínimo que requería para para iniciar operaciones, así como considerar algunas cosas adicionales como:
– Renta local 6 meses
– Capital de trabajo (equipo de refrigeración, mesas de trabajo, utensilios)
– Materia prima inicial
– Sueldo cocina 6 meses
– Equipo administrativo (terminal punto de venta, escritorio, computadora, papeleria)
– Permisos y licencias
– Adecuaciones e instalaciones (acondicionar el local)
– Servicios (Luz, agua, internet)
– Gastos de Venta (cuánto cuesta poner tu producto en las manos de tu cliente, incluyendo la publicidad)
En mi caso, tengo la fortuna de contar con un gran amigo que tiene negocios de comida y que me ha ido guiando y alertando de algunos detalles a los que debo de poner atención.
6. Costea muy bien tu producto, antes de ponerle precio.
Antes de pensar en la utilidad y lo que deseas ganar por unidad o periodo, es necesario que definas muy bien tu estructura de costos, para que a partir de esta, puedas estructurar entonces tu plan de ventas.
De otro modo tu operación, estará sustentada en información falsa y probablemente te veas en problemas financieros antes de tiempo.
En mi caso, fue necesario costear cada una de las recetas, por ingrediente y gramaje; considerar la merma del producto y la caducidad del mismo.
Al inicio de tu operación, tus costos serán más altos de lo que serán pasados 6 meses, cuando ya tendrás información que te ayude a tener mejores negociaciones y puedas estimar mejor la demanda de tu producto.
7. Ponle fecha
Demasiado análisis produce parálisis.
Es normal que si has tardado mucho tiempo en definir aquello que realmente deseas lograr; los miedos, dudas y todo cuánto pueda salir mal, se hagan presentes y entonces busques tener control de todo, antes de animarte a abrir el negocio.
Olvida todo eso y ponle fecha.
Respeta esa fecha y pase lo que pase, abre las puertas y comienza a vender.
Lo importante es comenzar, sobre la marcha surgirán cosas, las cuales podrás resolver con motivación y claridad.
En mi caso; el que una de mis socias renunciara a su empleo para aventurarse en el emprendimiento, fue lo que determinó la fecha de inicio. Y sí, la recorrimos dos veces, abriendo 30 días después de lo estipulado.
Y sí, ya abrimos.
Cómo verás, faltan aún varias áreas y detalles a los que deberás poner atención, pero eso lo platicamos en la siguiente columna.
Gracias por leerme, hasta dentro de 15 días.