Piensa en una familia de cuatro integrantes que viven en un departamento de 60 metros cuadrados. Los padres hacen teletrabajo y los dos hijos estudian en línea. Entre la entrega de un informe y otro, la madre prepara la comida, y enciende la licuadora mientras el hijo contesta a una pregunta del profesor, y el papá atiende, o al menos lo intenta, la cuarta junta del día con algunos subalternos.
Aunque al inicio del home office, esquema al que orilló la pandemia, éste se vislumbraba como una alternativa ideal para ser adoptada dentro de los hábitos laborales cotidianos, el paso de los días ha evidenciado los inconvenientes de los pequeños detalles diarios, que han hecho que, incluso el director ejecutivo de Goldman Sach, David Michael Salomon, defina la situación como una “aberración”, que se debe corregir lo antes posible.
Una encuesta realizada entre 13,000 trabajadores de distintas partes del mundo, reveló que más del 70 por ciento presenta agotamiento, y el número de empleados que trabaja hasta muy tarde superó el 85 por ciento del total.
El sondeo hecho por Asana, una firma de gestión de trabajo, resulta por demás interesante, sobre todo, cuando se ha dado por hecho un tema que realmente puede ser agobiante, pues no todos hacemos home office en condiciones idóneas, y aunque así fuera, hay datos que nos obligan a darle una repensada a este nuevo hábito, al que se le ha considerado como panacea de la sana distancia.
Por ejemplo, en el afán de permanecer conectados a través de las diversas herramientas, “los trabajadores se cambian entre 10 aplicaciones 25 veces al día, lo que fragmenta la comunicación y reduce la eficiencia”.
Si ya de por sí, algunas empresas sufrían de ‘reunionitis’, ahora se estima que las juntas innecesarias aumentaron, al menos, una hora cada semana.
Y, ¡agárrate!, porque este dato te pondrá a trabajar en la comunicación interna: Sólo el 15 por ciento de los trabajadores se sintió escuchado por sus organizaciones en el 2020.
¿Cuánto puede afectar esto la productividad de tu empresa? Las estimaciones contemplan que 30 por ciento del tiempo dedicado al trabajo, se va en tareas que se duplican, mientras que la lista de tareas pendientes aumenta, y se convierte en otro obstáculo.
Como todo sondeo, éste tiene su rango de verdad y reservas, pero no quita que pongas el ojo en los puntos que tal vez sí podrían estar afectando a tu empresa.
Piensa que el esquema del teletrabajo, también se ha traducido en la imposibilidad de implementar programas motivadores de forma presencial. Por esa causa, conviene que escuches cuáles son las inquietudes que ahora tienen tus empleados.
Para la mayoría que respondió el sondeo de Asana, lo que más los motivaría en este momento es contar con un trabajo atractivo y disfrutable, además de tener claro que su trabajo suma al valor del negocio de la empresa.
Otra inquietud, es saber que su trabajo impulsa el progreso de su carrera dentro de la organización, pero también la misión final de la firma.
Quizá muchas cosas puedan solucionarse bajo un esquema de comunicación interna mucho más puntual, donde la directriz sea considerar al empleado como persona inmersa en toda la dificultad que la restricción de la pandemia y su lento proceso de vacunación, tiene en 2021.
A final de cuentas, la comunicación interna de las empresas también ha tenido que reinventarse bajo esta modalidad de trabajo en casa, sin reglas y fórmulas probadas, sino con ensayo y error.
Tal vez, la aberración del home office vista por Goldman Sachs, sí lo sea, lo mismo que un mundo regido por la pandemia. Lo cierto es que el teletrabajo salvó a muchos negocios y tiene ventajas que tampoco pueden desecharse. El sano equilibrio también se vale ¿no lo crees? ¿Tú, cómo vives el home office, como aberración o como ventaja?