“La autoestima baja es como conducir por la vida con el freno de mano puesto.”
– Maxwell Maltz –
Uno de los factores que más influye en el éxito personal es la autoestima, no sé si sea el más importante, pero desde el punto de vista psicológico sé que es uno de los más relevantes en términos de salud emocional y bienestar, y del que muchas personas adolecemos. Además, es clave en la relación, positiva o negativa, que guardamos con nuestro entorno.
De acuerdo con la psicóloga Silvia Congost, el desarrollo de la autoestima depende en un 70% de nuestro entorno y de cómo nos relacionamos con este a partir de las experiencias de nuestra vida. El otro 30% según la especialista, se relaciona con factores genéticos.
¿Qué es la autoestima?
Si bien existen diversas definiciones o explicaciones sobre esta, dependiendo del lugar desde donde se intente abordar, la autoestima es la valoración que cualquier persona tiene de sí misma. Es también una fuerza interna que se construye a lo largo de la vida y que tiene la capacidad de influir en la manera en que enfrentamos la vida y los desafíos que se presentan a lo largo de esta.
Dicho de otro modo, la autoestima es la forma y medida en que una persona se aprecia, respeta y acepta a sí misma, con virtudes y defectos, influyendo o creando su autoconcepto, su confianza, así como su bienestar emocional, a partir de sus éxitos y fracasos, reales o imaginarios.
Ser poseedor de una autoestima saludable implica sentirse suficiente, capaz de lograr cualquier cosa que uno se proponga, ser considerado, amado y respetado por los demás, lo que sin duda, contribuye a una mejor calidad de vida, más sana, con relaciones interpersonales más satisfactorias y permite además, enfrentar los desafíos o retos que se presentan en la vida, al contar una mayor fortaleza emocional.
Por el contrario una autoestima baja es la causa del sufrimiento, negatividad y del porqué muchas personas que padecen de esto, son incapaces de lograr o alcanzar sus metas o deseos, viven peleados con el mundo y bajo un esquema de pensamiento negativo que puede llegar a provocar graves problemas de salud mental como la depresión o ansiedad, que derivarán en efectos físicos sobre el cuerpo como insomnio, estrés muscular, problemas estomacales, etc.
Lo sé bien, porque yo personalmente, vengo de ahí.
Una baja autoestima puede llegar a ser paralizante y hacer muy difícil el atreverse a probar nuevas cosas o relacionarse con nuevas personas, el miedo a que todo vaya mal se apodera de nuestros pensamientos, impidiéndonos operar asertivamente.
Y aunque muchas personas utilizan como defensa la frase “soy realista”, a través de la cual justifican su negatividad, falta de compromiso, miedos y para no reconocer que tienen un problema de falta de autoestima. La verdad es que al igual que todo en la vida, si te ocupas y lo deseas, ésta también se puede mejorar.
Tips para mejorar tu autoestima
1. Enfrenta tus miedos
Para ganar confianza en uno mismo, no hay atajos ni fórmulas mágicas, la ruta no tiene atajos, es de una sola vía y es en línea recta; debes afrontar tus miedos.
Dependiendo de tu condición, podrás exponerte poco a poco a situaciones que de inicio te parecen imposibles o muy difíciles, te sentirás incómodo y seguramente en un inicio vas a fallar. Pero cómo dijo Thomas J. Watson, primer CEO de IBM “si quieres tener éxito, duplica tu tasa de fracasos”.
Una forma de reprogramar tu mente subconsciente es afrontando tus miedos y aprendiendo en cada caída. Créeme, eventualmente lo conseguirás, claro que va a tomar tiempo y no será a la primera, pero lo conseguirás.
2. Viste bien y de forma adecuada
Verse bien, no es para nada un tema superficial y mucho menos banal.
Quienes tienden a menospreciar el arreglo personal, evidencia su mediocridad, “fodonguez” y falta de amor propio.
Vistiendo bien, te sentirás más seguro, al mirarte al espejo te sentirás mejor y por ende, reflejarás esa seguridad y tranquilidad en tu rostro.
Viste cómo la persona en que te quieres convertir, identifica tus atributos, define tu estilo y compra prendas que te ayuden a resaltar físicamente, de acuerdo al mensaje que deseas transmitir.
3. Crea un cuerpo atlético y en forma
Hacer ejercicio de manera regular te ayudarán no sólo a verte bien, adelgazar y a mejorar tu energía física. Mantener una rutina de actividad física aumentará los niveles de serotonina y dopamina en el cerebro, dos sustancias que mejoran el estado de ánimo y reducen los niveles de estrés, ansiedad y depresión.
Cada vez que completas tu rutina de entrenamiento, el cerebro induce una señal ligada a un sentimiento de logro, la cual está íntimamente relacionada con la autoconfianza y con el “sí puedo”.
4. Se consciente de tu lenguaje corporal
Procura caminar recto, se consciente de tus pasos al caminar. Al principio te costará algo de trabajo ser consciente de esto, pero conforme aprendas a caminar con la barbilla en alto, los hombros hacia atrás y la espalda recta, esto te ayudará a ganar autoconfianza. Si eres mujer, aprende a caminar con tacones, antes de usarlos en eventos o reuniones importantes.
Siéntate correctamente en tu silla de trabajo, cuida de no encorvarte y si lo haces, apenas seas consciente, reconfigura tu postura, haz lo mismo al conducir tu auto
Te daré más tips de lenguaje corporal en una siguiente entrega.
5. Celebra tus victorias
Todos somos buenos para algo, tenemos talentos y habilidades que nos diferencian o ponen por encima de los demás en algún área donde podemos destacar del resto de las personas. Aprende a identificar cuáles son tus capacidades y talentos y dedica tiempo a recordar en qué y para qué eres bueno.
Cuando hagas bien alguna tarea, no importa si es grande o pequeña, celebra.
Si te esforzaste por hacer algo y salió mejor de lo que esperabas, celebra.
Si caminaste un kilómetro más, celebra.
Si ayudaste a un compañero del trabajo y te dio las gracias con una sonrisa, celebra.
Malamente a muchos nos educaron bajo la premisa de que no era bueno alardear por aquello que hacíamos bien, nos hacían sentir culpables por el simple hecho de festejar, minimizaban nuestro triunfo haciéndonos creer que era nuestro deber hacerlo bien y que entonces estaba mal festejar por algo que “debía ser”.
La autoconfianza yace en nuestra habilidad de reconocer nuestros talentos, logros y victorias, no hay nada de malo en festejarlas y sentirnos bien por ello.
6. No te esfuerces por encajar
Esta es difícil, sobre todo si partimos de la premisa de que el ser humano es gregario por naturaleza y necesita aprender a vivir en sociedad. Y si quieres pertenecer a un grupo social, entonces debes aprender a comportarte de cierta manera, lo cual es verdad hasta cierto punto. Si quieres pertenecer a un grupo social determinado, deberás cuidar y procurar las reglas establecidas de manera formal o informal por las personas que lo integran.
Sin embargo, no es tu trabajo preocuparte ni pensar en lo que lo los demás piensan de ti, esta es la gran paradoja de la autoconfianza; uno cree en sí mismo hasta que otros te desafían y entonces comienzas a dudar de ti mismo. Deja eso y enfócate en quién eres y en lo quién te quieres convertir.
Si saber lo que quieres, no hagas caso de las críticas, la gente igualmente se va a reír y a burlar de ti, si haces o si no haces; pero cuando logres lo que te propones o consigas lo que deseas, entonces te usarán de ejemplo.
7. Conviértete en tu mejor versión
Recuerda eso que quieres lograr o alcanzar, imagina cómo te sentirás, cómo lucirás y cómo te vas a comportar con los demás cuando lo hayas logrado.
¿Puedes ponerlo por escrito, puedes describirlo?
Si puedes hacerlo, entonces ponte en marcha para lograrlo. Nadie lo va a venir a hacer por ti, depende sólo de ti y de nadie más, alcanzar eso que deseas.
Verte como la persona exitosa que deseas ser y comenzar a trabajar por conseguirlo, es la mejor forma de entrar en un estado de autoconfianza y buena energía.
Estamos a mediados de enero, no abandones tus propósitos y metas de este 2025, deseo que encuentres la disciplina que te permita alcanzarlas lo más rápido posible.
Gracias por leerme, nos vemos en 15 días.
Juan Pablo Altamirano