2023 tiene pinta de que será un año no muy fácil para todos. Nos lo han repetido mucho desde el año pasado. La guerra, la Covid que sigue entre nosotros y por supuesto la inflación.
Durante lo más fuerte de la pandemia el comportamiento de compra de las personas se vio modificado priorizando el cero contacto. Así fue que las compras a través de internet crecieron 81% durante 2020, de acuerdo a datos de la Asociación Mexicana de Venta en Línea (AMVO)
Con la reapertura de los comercios y el aparente control de la trasmisión, la gente regresó a sus antiguos hábitos de compra. Por supuesto que hubo quien probó la compra en línea y la sigue prefiriendo pero no por nada los supermercados y las tiendas departamentales están llenos otra vez.
Ahora el comportamiento de compra vuelve a verse modificado por los precios. Pero cuanto más tiempo llevamos usando determinada marca, más nos cuesta cambiarla. Sentimos que le somos leal a X o a Y empresa, lo que dificulta nuestra toma de decisiones.
Los consumidores cada semana comprueban que el precio de los productos va en aumento. La estrategia de reduflación para no subir los precios, solamente funciona una vez y difícilmente alguien aceptaría comprar productos con una cantidad menor al mismo precio que antes.
Cuando la gente elige qué bienes y servicios está dispuesto a pagar, el precio es uno de los factores principales pero no es el único. Les platicaré una historia de marca escuchada en algún congreso de marketing al que asistí.
Hace unos años el mundo a travesaba por una de tantas crisis económicas. La gente de algunos niveles socioeconómicos comenzó a realizar un cambiode marca, es decir, dejar su marca favorita por una más económica o una marca libre pero que les diera prácticamente lo mismo.
Sin embargo, en niveles socioeconómicos más bajos el cambio de comportamiento de compra hacia su detergente no se daba. Las ventas de ese producto se mantuvieron relativamente estables a pesar del precio.
Al preguntar a las personas encargadas del lavado de ropa en su hogar por qué no cambiaban a un producto menos caro, la respuesta fue que preferían invertir en el detergente que cuidara mejor la ropa para que esta les durara más pues no podrían comprar ropa nueva.
Existe otra marca que se valió de eso mismo para hacer crecer las ventas de su producto y que además, aunque no utilizaras el producto la gente de esa época ubicaba la frase. Me refiero al suavizante de telas Vel Rosita que durante los años ochentas y noventas lanzó sus comerciales resaltando que gracias al cuidado que brindaba su producto en las prendas de vestir, la gente pensaría que siempre se estaba estrenando ropa.
Así, cuando alguien te veía vestir una prenda nueva preguntaban ¿Estrenando o Vel Rosita?
Esa frase quedó en la memoria colectiva por mucho tiempo y seguramente aún existe gente que continua utilizando la marca. Su estrategia fue buena, utilizaron información que tenían sobre el uso de su producto para beneficio lo que dio como resultado un mayor posicionamiento.
Hoy más que nunca las empresas deben generar una estrategia de marca y producto que ofrezca a la gente más valor por su dinero y así evitar que el consumidor haga el switch hacia otra marca.
Una respuesta
Excelente este artículo como todos los que publicas👏🤗