Como manifestamos la entrega pasada, el tema de la rendición de cuentas de los partidos políticos y candidatos independientes, es fundamental para evitar malestares mayúsculos que derrumben por completo aspiraciones personales o de grupo en cuanto a elecciones se refiere. De hecho, en estos días vimos cómo, debido a la falta de entrega de información de gastos en precampañas, dos candidaturas a Gobernador fueron reveladas.
Y aunque siempre se puede tener a la hija bajo la manga, que, aunque no se llame Juana, puede ser una pantalla espectacular, el golpe está dado y, en materia de marketing político, un golpe de esa magnitud puede culminar en una derrota para el partido sin importar el candidato que se imponga para tapar un error que bien se pudo evitar con diligencia e inteligencia.
Esta vez vamos a revisar lo que el Instituto Nacional Electoral llama el ABC de la fiscalización electoral que, en concreto, no es otra cosa que conocer la naturaleza de los órganos encargados de esa tarea y de los elementos que se tienen a la mano para enterar esa información. Aquí, es importante aclarar que no importa si su propaganda política la emiten por volantes, por espectaculares, por pautas en medios de comunicación masiva o en redes sociales, todo es susceptible de ser cuantificada y, por ello, debe informarse a la autoridad electoral.
Los que mandan
Pero, ¿quién es la autoridad facultada para efectos de fiscalización? Pues bien, hagamos un desglose. El Consejo General del Instituto Nacional Electoral, como órgano central de esa institución, se compone de 11 consejeros, de entre los cuales uno de ellos funge como Presidente. Para funcionar efectivamente, se crean comisiones de trabajo por tema, las cuales, por su naturaleza, pueden ser permanentes o temporales. Actualmente, 9 de ellas son permanentes y 7 son temporales.
Entre las permanentes se encuentra la Comisión de Fiscalización que lleva a cabo tareas de supervisión, seguimiento y control técnico, para lo cual requiere de un órgano que, materialmente, lleve a cabo esas tareas para después informarlo a la Comisión y esta, a su vez, lo haga del conocimiento del Consejo General. Ese órgano se denomina Unidad Técnica de Fiscalización, quien, de forma concreta, recibe y revisa los informes de gastos que envíen los partidos y, además, atiende las quejas en torno a ese tema.
Entre sus facultades, la Unidad tiene a su cargo facultades de comprobación, es decir, revisar por diferentes vías que la información que haya recibido sea la correcta o, en su caso, determinar los faltantes de informes o discrepancias financiera. Esta es la parte ruda de la fiscalización, así que sepan que si ustedes alegan que su publicación en Facebook fue gratuita, la UTF puede pedir información a Facebook México para corroborar los costos reales y sumárselos al informe que remita el partido, además de las sanciones correspondientes por integrar información falsa.
La UTF para evitar trampas
Pero vayamos a casos concretos. La UTF, a través del monitoreo puede revisar la existencia y costo de anuncios espectaculares, revistas, diarios, medios impresos en general y, desde hace algunos años, medios digitales como páginas de internet y redes sociales. Este monitoreo se lleva a cabo a través de mediciones, por ejemplo, los encargados del monitoreo, revisan un diario de circulación nacional donde aparece una mención pagada del candidato, se mide dicha nota y se coteja con los costos de ese diario, el cual vende el centímetro en 2 mil pesos, si la mención es de 20 centímetros, el costo real determinado presuntivamente por la UTF será de 40 mil pesos. Esa cantidad deberá verse reflejada en el reporte de ese mes que entregue el partido, de no ser así, se suma para considerarlo en el tope de gastos de campaña.
También tiene al alcance visitas de verificación, las cuales consisten en acudir al local del partido y revisar contabilidad para verificar que lo informado es lo real. En consonancia con esta forma tenemos las confirmaciones con terceros, la cuales tienen un gran peso porque consisten información a personas físicas y morales, ya sea públicas o privadas, que hayan llevado a cabo operaciones con los partidos y verificar que el costo y la unidad sea como en el informe. Tengan mucho cuidado porque entre esos terceros está la Secretaría de Hacienda, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y la Unidad de Inteligencia Financiera del SAT, por lo que, en caso de una omisión dolosa, su problema más leve será que su candidato pierda la candidatura, porque en una de esas hasta les andamos llevando cigarros al reclusorio por otros delitos.
Automatizando la rendición
Ahora, para la entrega de informes mensuales, es importante que consideremos que se ha automatizado todo, por lo que la UTF tiene como herramienta para los partidos y candidatos el Sistema Integral de Fiscalización, el cual es un programa en internet para que partidos y candidatos independientes registren sus ingresos y egresos de forma diaria, además de poder subir evidencias como facturas, contratos, fotos, etcétera; y, de hecho, el sistema permite cotejar información con las autoridades que les señalamos anteriormente, además de practicar auditorías de forma inmediata con esos datos.
Sin registro no hay servicio
Finalmente tenemos un elemento fundamental para ustedes que gustan de trabajar con partidos políticos y candidatos independientes: el Registro Nacional de Proveedores. Este registro es la vía por la que el INE controla a quienes prestan servicios a partidos políticos y candidatos, de tal manera que, a través de la información que provean para su inscripción, les permita tener un contacto permanente en el que se verifique la legalidad de sus servicios y la veracidad de la información en caso de que se requiera confrontar datos y operaciones. Es decir, si su perfil es de mercadólogos políticos o tienen un negocio que puede resultar atractivo en campañas políticas, es importante que se den de alta en este registro para ser considerados y puedan ser aprobados en la prestación de bienes o servicios.
Con el paso del tiempo, la fiscalización de partidos se ha ido poniendo más seria aún cuando algunas voces con antorchas encendidas busquen descalificar los procesos y transparencia de las mismas. Pero más allá de eso, como prestadores de servicio, debemos entender, aunque sea de forma somera, el proceso de fiscalización para evitar contingencias que pueden concluir hasta en la comisión de un delito.