Revista de Marketing y Negocios

La adictiva dopamina tecnológica

Hace algunas semanas me encontré con un reportaje-documental que me hizo confirmar las sospechas que yo tenía. Si bien encuentro la tecnología verdaderamente fascinante, desde que la tenemos tan a la mano siempre me ha costado trabajo entender por qué hay personas que les resulta tan difícil desconectarse por un rato.

El problema es que la dopamina tecnología se ha convertido en una adicción.

Sí, adicción… y muy grave.

El punto es éste. Nuestra adicción a la tecnología se debe a que nuestro cerebro codifica todos los likes, favs, mensajes, whatsapps, emails, etc.; como un reconocimiento o un halago a nuestra persona. Por lo tanto, el tener cerca el medio por el cual recibimos dichos estímulos aparentemente positivos es imprescindible para la mayoría de nosotros.

Al tratar de mantenernos alejados del dispositivo adulador, se detona una ansiedad cuyo nivel se exacerba minuto tras minuto. Tenemos esa compulsión de ver / checar / corroborar que estamos siendo reconocidos o premiados por los demás.

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Dopamina y todas las grandes ventajas que nos traen en nuestro día a día

Es decir, mientras las personas o las actividades que tenemos enfrente no nos resultan tan estimulantes ni elogiosos. El dispositivo se convierte en una fuente de dopamina como alimento egotecario.

El ego nos está dominando y la ciencia no sabe cómo lidiar con esto porque es totalmente nuevo.

Algunos esfuerzos incipientes se están haciendo, pero nada contundente. Te invito, querido lector, a ver el corto de 30 minutos que me tiene estupefacta y del que todos deberíamos aprender. #PutAttention

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Liliana Bretón

Publicista e investigadora

Publicista e investigadora; maestra y estudiante; amante del cine, los libros y el buen sentido del humor; no cambio por nada una tarde de vino con una buena plática. Beatlefan y chocohólica. Socialmente analfabeta. Vivo en Cholula.

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