Recientemente Amazon anunció que contratará a 100 mil nuevos empleados en Estados Unidos y Canadá para cubrir la demanda que tiene la compañía. Lo anterior se debe a que las ventas de la plataforma han sido empujadas por la pandemia del COVID19 en todo el mundo.
Pero no es la única compañía, Walmart reportó que durante los primeros tres meses desde que la epidemia nos mandó a casa, sus ventas en línea crecieron más de 300% y fue necesario contratar miles de plazas para apoyar la entrega de sus productos.
México vio acelerada la adopción del e-commerce de forma importante. Muchos comercios y restaurantes tuvieron que agilizar su cambio hacia la digitalización en poco tiempo, algo que en un panorama “normal” les hubiera tomado por lo menos cinco años realizar.
Durante estos meses los restaurantes se han mantenido como servicios esenciales, lo que ha permitido que las aplicaciones para pedir comida a domicilio también aumentaran sus ventas.
La app de Rappi fue descargada 602,000 veces durante abril, lo que representa casi el doble de las descargas de enero; mientras que Didi Food reportó un crecimiento del 45% en las ventas totales; Uber Eats por su parte se mantuvo como salvavidas para la compañía al verse disminuido el desplazamiento físico.
De acuerdo a un estudio reciente de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), la entrega de comida a domicilio a través de aplicaciones generó entre un 40 y 60% más de interés que antes.
Pero ¿Cómo puede crecer aún más el comercio electrónico en México? Aunque existen otras razones que frenan el comercio electrónico, el foco de la compra-venta debe apuntar a la bancarización de la población.
La gente que cuenta con algún tipo de servicio bancario en México (ya sea de nómina, de ahorro, para recibir apoyos del gobierno, tarjeta de crédito etcétera) representa tan solo al 36.9% de la población, la cifra más baja de toda Latinoamérica.
Según datos del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) existen 70 millones de usuarios de Smartphone y de ellos únicamente el 8.1% utilizan la banca móvil.
Bancos y aplicaciones deberían sumar esfuerzos para alcanzar a un grupo de mercado al que hasta ahora no han llegado, pero que sí muestran interés de participar en el comercio electrónico.