La motivación es un factor esencial para el buen funcionamiento de cualquier empresa. El trabajo en equipo, el ambiente adecuado; son elementos de los que hablamos todos lo que encabezamos de alguna forma una institución (no importa cuán grande o pequeña sea) y tratamos de orientar esfuerzos para transmitir y fomentarlos entre los distintos colaboradores de la misma.

Son diversos los factores internos y externos que pueden llevar a los empleados a bajar su ánimo y con éste su rendimiento, lo que a final de cuentas termina convirtiéndose en merma para la empresa ya sea en productividad o en flujo de personal (si a eso le sumamos que en nuestro ramo la estancia promedio de un empleado no rebasa los 2 años, podemos estar en serios problemas).

Cuando contratamos un director de área, o cualquier cabeza de equipo, solemos buscar cualidades de líder en éste, y en ocasiones esperamos que eso sea suficiente para influir en su gente a mantenerse motivada y productiva. Pues en estas líneas les voy a contar que hemos estado en un terrible error: el ánimo muchas veces se gesta desde abajo, quienes más interactúan, se desenvuelven libremente y crean conexiones emocionales son aquellos que no necesariamente ocupan puestos directivos o gerenciales.

El común denominador nos dice: son los que están en menor contacto con las fuentes directas de información, a quienes ésta les llega “de rebote” y muchas veces distorsionada, lo que se traduce en el temidísimo “radiopasillo” que fluye entre la gran mayoría de los empleados creando pánico, expectativas erróneas y termina por bajar la moral.

Pero no todo son malas noticias, entre ellos, escondiditos hay un puñado de optimistas amantes de su trabajo y de la empresa que no sólo están contentos con su labor, sino que gustan pregonar las bondades de la misma, de su equipo y de la empresa en general actuando como voceros y agentes de las necesidades de ambos lados de la estructura empresarial, es decir, lo que los altos mandos esperan y lo que los trabajadores demandan a su vez. Y lo más importante, crean lazos afectivos con sus compañeros lo que genera un vínculo de confianza entre ellos (no es el jefe manipulándome para obtener algo sino mi compañero aconsejándome por mi bien).

Es a éste maravilloso y singular perfil lo que los expertos consultores han denominado Pride Builders y por supuesto que todos queremos, es más, necesitamos al menos uno al interior de nuestras empresas. Lamentablemente no puede uno conseguirlos en cualquier lugar o contratarlos como tal para el puesto…. Afortunadamente, lo más seguro es que ya haya un puñado de ellos trabajando con nosotros.

Son relativamente fáciles de detectar, pero necesitamos dedicarle un hueco en nuestra agenda para identificarlos y se los aseguro, valdrá la pena el tiempo invertido. Están ahí, organizando las actividades después del trabajo, las idas a comer o de repente “perdiendo el tiempo” en el lugar de un compañero; al mismo tiempo, son los que siempre desenvuelven y entregan sus tareas en tiempo y con calidad, son proactivos, entusiastas y se rodean de gente similar; su nivel de ausentismo es prácticamente nulo y poseen un alto grado de inteligencia emocional.

Mis consejos para localizarlos:

1. Probablemente a estas alturas ya pasaron por tu mente 2 ó 3 personas que podrían ser tus pride builders estrella, pero ve más allá, la mayoría de tus colaboradores identifica sin saberlo a quiénes llenan el perfil, así que consulta con ellos.

2. No descartes a nadie, ya sé que dije que generalmente no son cabezas de área, pero hay sus honrosas excepciones así que contempla a absolutamente todos en el organigrama.

3. Observa a la gente en momentos informales, lo que platican cuándo se refieren a aspectos de su trabajo mientras comen o conviven entre sí te dará un gran indicio.

4. Si tienes oportunidad, husmea un poco en sus redes sociales; quiénes están orgullosos de pertenecer a la agencia probablemente hagan check-in por las mañanas, compartan información de relevancia para la institución (si ello está permitido) y tengan entre sus contactos a otros colaboradores de la empresa.

5. Son los que destacan en actividades propias de capacitaciones, entrenamientos o team buildings.

¿Y una vez que los localicé?

Una vez identificados los temas en los que flaquea la moral de tu equipo, reúnete con los pride builders, sé sincero respecto a los temas que te preocupan y por qué los seleccionaste, despeja sus dudas y en conjunto establezcan un plan de acción encabezado por ellos y encausado a solucionar la problemática, pero sobre todo a construir más pride builders que en un futuro serán clave para la estabilidad y crecimiento de la empresa; a final de cuentas, eso es lo que todos buscamos.

¿Ya los tienes identificados? Platiquemos @FerFamania