Es innegable que las redes sociales han evolucionado las formas en que nos comunicamos; pero también han dado cabida a muchísimas nuevas posibilidades de imprecisiones informativas y lingüísticas.
Estas van desde errores gramaticales, hasta malentendidos culturales. Y todas tienen un impacto significativo en la forma en que se percibe la información en línea.
El relativismo y los contenidos “vagos”, parecen ser el nuevo sino de nuestra época.
Quiero, pero no puedo… jalo, pero no empujo. Cantinflas
Analicemos las formas en que el lenguaje impreciso afecta el contenido de las redes sociales y plantea retos importantes para la comunicación digital.
Está claro que las redes han democratizado la comunicación, permitiendo a cualquier persona compartir sus ideas y opiniones y lograr alcance universal.
Sin embargo, esta democratización también ha dado lugar a una proliferación de inexactitudes lingüísticas, especialmente en las nuevas generaciones, las que se han acostumbrado a comunicarse a través de “valores entendidos”.
La inmediatez de acceso a la información en las plataformas sociales a menudo fomenta respuestas rápidas y poco reflexivas, lo que da por resultado: falta de reacción, respuestas erróneas, malentendidos… y hasta errores gramaticales, en el menor de los casos.
Ya sea por descuido, falta de atención o limitaciones en el conocimiento del idioma, estos errores distorsionan el significado de un mensaje y afectan la credibilidad del receptor del mensaje (o el usuario del producto, si lo hablamos desde el punto de vista de la mercadotecnia).
Además, con la proliferación de abreviaturas y jerga en línea, la barrera entre la comunicación informal y formal se ha vuelto más difusa, lo que dificulta aún más la interpretación correcta.
Pero, además, dada la amplitud de auditorio que puede llegar a tener un mensaje, otro desafío en la comunicación en línea son los malentendidos culturales.
Las redes sociales conectan a personas de diversas regiones y contextos, lo que puede llevar a interpretaciones erróneas debido a diferencias en las normas lingüísticas y sociales. Así, lo que puede considerarse aceptable en una cultura puede ser ofensivo en otra, lo que aumenta el riesgo de conflictos y desinformación.
La imprecisión del lenguaje también puede ser utilizada intencionalmente para difundir desinformación y fake news.
La ambigüedad deliberada, el uso de términos vagos o la manipulación del lenguaje pueden influir en las percepciones y opiniones de las personas, lo que socava la confianza en la información compartida en línea.
Si revisamos el contenido típico de cualquier plataforma de redes sociales, encontraremos que el uso de términos relativistas es el “fundamento” de la nota.
Declaraciones como: “Se dice que…”, “Aparentemente…”, “Parece que..”, “Es bien sabido…”, “Se supone que…”, “Supuestas afirmaciones”, “Fuentes no identificadas…”, “Información que apareció, aparentemente en…”, “Como se comenta en las redes…”, “Pudiera llegar a ser…”, son el prólogo a cualquier “gran noticia”… que deslinda de responsabilidad a quien la publica… y, por lo escandaloso del tratamiento la transforma en un contenido rentable.
¿Qué es necesario hacer?
Para llegar a las causas de las imprecisiones del lenguaje en las redes sociales, es urgente fomentar la alfabetización y la educación digital.
Esto implica para los centros de formación no sólo enseñar habilidades lingüísticas básicas -como gramática y ortografía-; sino también desarrollar capacidades para evaluar críticamente la información en línea y reconocer los sesgos lingüísticos y culturales.
En un mundo cada vez más digitalizado, las imprecisiones del lenguaje representan un desafío significativo para la comunicación eficiente y válida en las redes sociales.
Las imprecisiones -involuntarias o no- pueden distorsionar el significado de la información y socavar la confianza en línea.
Abordar este problema requiere un enfoque que incluya tanto la mejora de las habilidades lingüísticas y el fomento de la alfabetización digital.
Sólo entonces podremos aprovechar plenamente el potencial de las redes como herramientas para la comunicación efectiva y la participación social en el intercambio de ideas inteligentes y precisas.