Con la llegada del mes de enero, se vislumbran nuevos comienzos, nuevos propósitos, nuevos bríos y la apertura de nuevos ciclos, pero también es el mes en el que más personas pueden sufrir descalabros, depresiones y pérdidas, pues se dice que en este mes, se presenta el día más triste del año llamado el Blue Monday (lunes depresivo), denominado así por el psicólogo Cliff Arnall, que este año 2024 fue el pasado 15 de enero y aunque esta teoría carece de rigor científico, sin duda en este mes solemos hacer el recuento de los daños y los gastos de las fiestas decembrinas, de las deudas, las vacaciones, los excesos del año anterior, las lamentaciones porque otra vez no cumplimos las metas que nos habíamos planteado para el año que concluyó y para acabarla de amolar el clima gélido no ayuda en nada.
En México tenemos un dicho popular, aunque no tan políticamente correcto, que versa así: “enero y febrero desviejadero” que hace alusión al aumento de defunciones de las personas adultas mayores durante estos meses del año, y aunque no tengo pruebas, tampoco tengo dudas de que este fenómeno obedece a todos los elementos antes descritos y que se suma a las dificultades que enero trae consigo.
La cuesta de enero con menos sueldo y menos contenido neto
Así la llamada “cuesta de enero” representa esta metáfora de vida, a la que nos enfrentamos cada vez con mayor dificultad, porque nuestros salarios no aumentan al mismo ritmo en el que se incrementan los precios de los productos y servicios, lo que lleva a la pérdida del poder adquisitivo, para explicarlo con peras y manzanas: en 2019 comprábamos 280 gansitos (los pastelitos Marinela de chocolate con relleno cremosito) con el equivalente al salario mínimo mensual, mientras que en enero del 2024 nos alcanza para comprar 270 gansitos con dicho salario, lo que se traduce en 10 gansitos menos, aun cuando el salario mínimo ha aumentado más del doble en estos últimos 5 años.
Para mitigar este aumento en los precios y la pérdida de poder adquisitivo, las empresas han recurrido a crear tácticas engañosas y poco profesionales, en las que nos ofertan los productos al mismo precio del año anterior, pero con menor contenido neto, así la tortilla de tu taco cada vez es más diminuta, las bolsas de papas tienen más aire y los pulparindos que tanto me gustan, son cada vez más delgados y chiquitos.
Aumento en la desigualdad, empresas y empresarios poco comprometidos con la responsabilidad social
De acuerdo con el último reporte de desigualdad publicado por OXFAM*:
- “La riqueza conjunta de los cinco milmillonarios más ricos del mundo se ha duplicado con creces desde el inicio de la década actual, mientras que la riqueza acumulada del 60% de la humanidad se ha reducido”.
- “El 1% más rico de la población mundial posee el 43% de los activos financieros globales” lo que se traduce en unos cuantos multimillonarios que poseen la mayor parte de la riqueza mundial y muchísimos pobres que viven con muy poco, a quienes cada vez les alcanza para menos.
- “A nivel mundial, los hombres poseen 105 billones de dólares más de riqueza que las mujeres” lo que evidencia la prevalencia de la brecha salarial de género.
- “Únicamente el 0,4% de las 1600 empresas más grandes e influyentes del mundo se comprometen públicamente a pagar a sus trabajadores un salario digno y a abogar por el pago de salarios dignos en sus cadenas de valor”.
*Te comparto el link con el reporte completo de OXFAM
Para concluir, enero llega para darnos una buena revolcada, pero también para abrir el diálogo, para reflexionar y para movilizarnos, porque solo frente a la incomodidad es como podemos abrir nuevos caminos y oportunidades, así que aunque la cuesta de enero nos esté costando trabajo, podemos involucrarnos más y exigir a las empresas que nos den salarios y precios más justos, que aprendamos a tomar mejores decisiones de consumo siendo más críticos y cuidadosos en nuestros gastos, pero sobre todo a cuidar nuestras finanzas personales, para que cuando llegué un nuevo enero no volvamos a arrepentirnos de haber hecho gastos innecesarios.