Aunque nací casi al inicio de la Generación de los Millennials, por sus hábitos y actitudes me considero parte de ella. Y obvio, siempre me he opuesto a que se le llame “la generación perdida” como muchos tratan de tacharla. Hay razones para rechazar el apelativo. Y muchas. En este momento no me detendré a refutarlas. Sólo quiero en este caso, resaltar un hecho para mostrar la valía y fuerza de esta generación. Que contradice lo que se ha dicho. Ese mito se ha derrumbado con el terremoto.
Jóvenes trabajando por sus semejantes.
Es un hecho que la mayoría de los jóvenes que han salido en forma masiva en apoyo de los afectados del sismo del pasado 19 de septiembre no vivieron el del 85. Algunos sólo tenían 5 años -yo 8- y sólo se enteraron o conocieron del evento -paradojas del destino el mismo día y mes del que acabamos de vivir-por fotos o por referencias periodísticas. Sin embargo y sin ese antecedente que hubiera podido sensibilizarlos, estos jóvenes se desbordaron en las calles y han dado un ejemplo de solidaridad, paciencia, tolerancia, iniciativa, convivencia, respeto, etcétera -atributos de los que siempre se les ha acusado carecen- y han hecho filas esperando turno para poder ayudar para retirar escombros.
Los hemos visto adoptando roles de rescatistas, barrenderos, cocineros, empacadores, choferes, etc. También los hemos visto trabajar sin distingos con adultos, con soldados, con policías, con rescatistas. Haciendo equipo, para derribar el mito de que son individualistas y soberbios.
Romper mitos no quiere decir cambios de actitud.
A partir de este desgraciado evento, nuestro concepto de los Millennials mexicanos deberá cambiar. Deberá cambiar para valorarlos en su exacta dimensión y no encasillarlos en supuestos o generalidades. En su esencia, los Millennials no van a cambiar. Seguirán siendo la generación de los nativos digitales que recurrirán al internet antes que a la televisión. Seguirán siendo críticos y exigentes como consumidores; mucho más versátiles y menos fieles a las marcas. Seguirán siendo desconfiados con los mayores y con las instituciones por las promesas que han visto incumplidas. Seguirán siendo la generación de la movilidad y seguirán buscando trabajos que les gusten antes que un trabajo estable. Preferirán la movilidad y flexibilidad antes que la seguridad.
Todos hemos aprendido.
La emergencia y la urgencia de ayuda y soluciones no ha terminado. Pasarán muchos años para resolver el problema de tantas y tantas familias en desgracia. Ahora viene la reconstrucción. La sociedad civil estará al pendiente del accionar de los responsables de ello. Y los Millennials, ya verán, jugarán un papel vital. Serán los primeros que con sus medios –redes sociales, sobre todo- estarán vigilantes de que los recursos y ayuda se canalicen adecuadamente. Estarán vigilantes que los arribistas políticos no se aprovechen de su esfuerzo para acarrear agua a su molino. Serán críticos y lapidarios con los medios que quieran torcer las verdades y los hechos reales. Difundirán por sus influyentes y masivos medios el sentir y las protestas de los ciudadanos contra funcionarios sin moral, sabiendo que los medios tradicionales nunca lo harán por intereses políticos o económicos.
Es un hecho que los Millennials han demostrado que no son insensibles ni “importa madristas”; no importa que vivan en Santa Fe, Bondojito, Narvarte o Satélite o si estudian en escuelas o universidades privadas u oficiales, si son “juniors” “darketos” o “chavos banda” o si son albañiles, choferes, abogados, arquitectos o estudiantes. ¡Que orgullo tener estos Millennials en México!
¡#FuerzaMéxico!