Revista de Marketing y Negocios

Millonarios espaciales y monstruos marinos

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El brinco espacial del señor Bezos

Cierto conocido tenía un papá con mucho dinero. Le hacíamos burla diciendo que, cuando era pequeño, una vez dijo “quiero ser bombero” y su papá le compró toda una brigada de bomberos. En realidad, lo que ocurrió, es que el padre le dio el dinero necesario para crear una empresa enfocada en dar servicio de emergencia en eventos masivos, entre estos, carreras de autos a las que este “empresario” llega utilizando vistosos uniformes con parches, muchas bolsas y cosas colgadas del cinturón. Listo para luchar contra la tragedia y el fuego.

Sus sueños de “ser bombero” fueron concretados.

Creo que en cierto sentido eso es lo que ocurrió con Jeff Bezos y Elon Musk. Cuando eran pequeños tenían el firme deseo de ser astronautas y, ahora que son obscenamente millonarios, pues optaron por comprar su propio programa espacial.

Soñar, en grande pues.

Lo que me resulta sumamente curioso es la relación de amor-odio que el público ha desarrollado hacia los billonarios espaciales: mientras los simples mortales los critican por jugar a los cohetes, no dudan en volcarse a comprar de forma desenfrenada en sus plataformas.

Estamos en plena temporada Amazon Prime Days, la web está llena de notas relativas que muestran “lo mejor” o “los mejores tratos” disponibles en Amazon. Muchos ya presumen en redes sus recientes adquisiciones, pero eso sí, casi de forma paralela alguien coloca en change.org una solicitud para impedir que Jeff Bezos regrese al planeta Tierra luego del viaje espacial que tiene programado para el 20 de julio; decenas de miles se desvivieron por firmarla.

Es en serio, más de 100 mil personas han firmado la iniciativa Do not allow Jeff Bezos to return to Earth, para que ‒al menos en teoría‒, el CEO de Amazon se quede como satélite alrededor de nuestro planeta por los siglos de los siglos ya que, según el que realizó la iniciativa, “los billonarios no deberían de existir en la tierra”.

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Hay que decirlo, lo que va a hacer Bezos a bordo de su nave espacial es un simple alarde del avance tecnológico de su empresa: un sencillo vuelo suborbital parabólico que va a durar apenas unos 11 segundos y que lo llevará a sólo 100 kilómetros de altura (la Estación Espacial Internacional orbita a más de 400 kilómetros sobre la superficie del planeta).

El viaje será, literalmente, un brinco muy grandote; un lanzamiento que lo llevará a la “orillita” del espacio para después, simplemente, caer de regreso a la superficie utilizando un sistema de paracaídas.

Como digo más arriba, todo el relajito es un alarde para poner a su empresa, Blue Origin, en las primeras páginas de los sitios de noticias.

Lo que hay que admirar es la mentalidad comercial de Bezos que no deja nada suelto ya que su empresa subastó un asiento (de los cuatro disponibles) que fue adquirido por un desconocido millonario con aspiraciones astronáuticas. Este anónimo aventurero del cosmos pagó la friolera de 28 millones de dólares por sumarse a la micro aventura espacial. El lugar fue subastado en un evento que tuvo la participación de más de mil postulantes quienes ya habían dado una garantía de más de un millón de dólares.

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¿Quién no quiere viajar con Jeff bezos al espacio? ¿A quién no le encantaría tomarse una foto mirando a la lontananza, así de gallardo y arrojado, como la que adorna la cabeza de esta columna?

Por supuesto que el proceso de selección y venta también es parte de la campaña para colocar a Blue Origin en las tendencias mientras nosotros, los fanáticos de a pie, nos emocionamos con las aventuras espaciales del astronauta más rico del universo.

Hay de campañas a campañas.

¡Sólo es una película para niños!

Llega la nueva película de Pixar, Luca, y para pronto, los obsesivos ya le están encontrando mensajes subyacentes, alegorías secretas y esfuerzos por impulsar agendas políticas.

El tema principal de la cinta son las diferencias y sobre como aceptar el hecho de que existen distintos tipos de personas; es un filme que promueve la tolerancia. Sin embargo, muchos ya están encontrando el factor “gay” dentro de la infantil amistad de los dos personajes principales, dos niños/monstruos marinos que corren diversas aventuras.

Basta una pequeña búsqueda en Google para encontrar el común denominador: ¿Es Luca la primera película LGBT de Pixar?

La calma que antecede a la tormenta…

La discusión en redes sociales se está calentando y no tardan en salir las advertencias sobre el “intento” de los grandes medios por imponer la “agenda homosexual” que, seguro, comenzaremos a recibir desde los grupos más conservadores de Whatsapp.

Pero lo curioso es que, aunque Enrico Casarosa, director de la cinta, ha afirmado de manera clara y directa que sus personajes no son gay, no falta quien le ha querido corregir la plana al propio creador para afirmar lo contrario.

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La verdad es que nunca he entendido la razón de algunos para buscar contextos y mensajes ocultos en películas cuyo único objetivo es el de entretener. ¡A favor o en contra, no todo trata de ustedes!

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Armando Reygadas Anfossi

Especialista en MKT Digital

Viví la revolución digital en carne propia; di mis primeros pasos en medios tradicionales impresos y la radio AM; desde ahí salté a Internet. Comunicador especializado en tecnología, redes sociales, medios digitales y marketing en línea; me dedico a la ‘blogueada’ desde los 90s y participo en varias publicaciones como Reseñando.com y Conexionistas.

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