Le preguntaron al cineasta mexicano, Guillermo del Toro, su opinión acerca de la Inteligencia Artificial (IA) y la amenaza que representa al mermar la creatividad, promover la deshonestidad académica e incluso como un posible destructor de la humanidad, a lo que contestó: “No le temo a la Inteligencia Artificial, me asusta más la estupidez natural de las personas”.
La neuroplasticidad es la capacidad innata que tiene el cerebro humano para recuperarse, reestructurarse y adaptarse a nuevas situaciones, lo que permite que una persona pueda adquirir nuevos conocimientos y logre adaptarse con facilidad a los cambios y desafíos que se le presentan a lo largo de toda su vida, es así como ante la enorme capacidad de la mente humana se ha creado el lenguaje, se han construido barcos de enormes dimensiones y aviones que vuelan de un continente a otro, se ha explorado la luna y hoy todos navegamos por Internet.
Nuestra mente es tan poderosa y maleable, que aprende rápidamente cómo resolver enigmas, problemas o retos, por ejemplo, en la antigüedad se empleaba el polígrafo como una prueba para detectar cuando una persona mentía por las variaciones en su pulso cardiaco, hoy dicha prueba se considera obsoleta porque gracias a la neuroplasticidad, las personas han aprendido a controlar su pulso y engañar a esta máquina.
Sedentarismo mental, el gran obstáculo para la innovación
Lo que atrofia al cerebro y su plasticidad no solo se relaciona con el envejecimiento natural de las neuronas, si no también con el sedentarismo mental que disminuye las funciones cognitivas, por ello es importante estimular al cerebro a través de ejercicios mentales como: la lectura, la escritura creativa, las manifestaciones artísticas, el pensamiento crítico, el humor inteligente, aprender otro idioma o practicar algo diferente, lo que contribuye a construir nuevas estructuras de pensamiento que impulsan la innovación y la adaptabilidad frente a los cambios sociales, políticos e incluso tecnológicos como lo es la IA.
La Inteligencia Artificial, plantea nuevos dilemas éticos acerca de la autenticidad de las obras, los escritos y hasta de las personas, para muchos representa el apocalipsis, el fin de la humanidad y el arte. Yo la veo simplemente como una herramienta más que frente a la gran tenacidad de las personas pronto será dominada y adaptada para facilitarnos la vida, pero nunca podrá destruir ni igualar la gran capacidad humana que se manifiesta en el humor, la ironía, la sensibilidad y las infinitas posibilidades evolutivas de nuestro cerebro para ganarle la partida a cualquier artefacto por más inteligente que parezca.
En definitiva, quienes podrán salir mejor librados y sobresalir en un mundo que competirá con esas nuevas tecnologías, serán los que se atrevan a ser auténticos y utilicen estas herramientas para perfeccionar o potenciar sus ideas originales, pero nunca como reemplazos o sustitutos que hagan todo el trabajo por ellos.
Para entender mejor como la IA puede ser una gran herramienta, les invito a leer el artículo “La (IA) ha salvado vidas incluso antes de que supiéramos de su existencia” https://soy.marketing/la-ia-ha-salvado-vidas-incluso-antes-de-que-supieramos-de-su-existencia/