Cuando atribulado o preocupado estés, cuando cansado te sientas y sin ganas te encuentres, reconecta. Aun cuando no sepas que está sucediendo a tu alrededor y te de miedo parar, reconecta.
Cuando niño, soñaba con ser actor, quienes me conocen seguramente dirán: “¿A poco, si a ti ni te gusta el drama?” y es que a diferencia de la gran mayoría de las personas, habemos algunos individuos que tendemos a exagerar o a dramatizar las cosas con base en las emociones que queremos causar o generar, algo así como la publicidad, pero con la forma en que expresamos nuestra personalidad; recordemos que son 7 estilos de personalidad que definen la expresión y conducta de las personas, pero ya hablaremos de ello en otro momento.
Como mencioné en una columna anterior:
A inicio de la pandemia (SARS-CoV-2) vi un “post” en Facebook que decía:
“Si te hubieses convertido en aquello que soñabas de niño, ¿Qué serías?”, Esa pregunta cambiaría mi vida para siempre y de verdad espero que así sea.
Un Reset
Pasó más de año y medio antes de que pudiese responder a esa pregunta, el no poder recordar que quería ser cuando niño (además de superhéroe) me generó ansiedad, noches de desvelo, incertidumbre y me hizo cuestionarme todo cuanto había hecho en los últimos 25 años de mi vida.
Si no podía recordar mis sueños de juventud, entonces qué significado tenía todo cuánto había estudiado y trabajado si no tenía ni peregrina idea de dónde venía ni a dónde iba, sólo sabía que el estado actual de mi vida me tenía harto, frustrado, muy cansado y sin ilusión de nada. Así que decidí nadar de muertito.
Nadar de muertito, laboralmente hablando, significa no gastar energía innecesariamente, haciendo sólo lo esencial para mantener el “status quo”, no comenzar nada nuevo, ni dar ese adicional para resolver lo que está mal, es hacer lo mínimo esencial… a flote.
En mi caso, tuve la fortuna de poder prolongar ese estado durante 18 meses, tiempo en que, si bien mi situación no mejoró sustancialmente, tampoco empeoró.
El “RESET” que había pedido por años, el poder volver a comenzar “nivelando el campo de juego” estaba sucediendo gracias a la pandemia; comida, servicios, gasolina y pagos mínimos, al menos eso, seguía fluyendo.
Así transcurrieron casi 80 semanas, hasta que una mañana de noviembre, mientras caminaba con mis perros, sin anunciarse y casi de la nada, llegó la respuesta, “actor”.
En ese momento el tablero de mi sala de control se iluminó, fue como si alguien hubiese reemplazado un fusible en el panel de control y de pronto todo comienza a funcionar, como cuando regresa la luz en tu casa, después de horas de apagón. Comenzaron a reaparecer viejos recuerdos, como una discusión que mis padres tuvieron frente a mí, en medio del tráfico, justo por ese tema, la actuación, mientras mi padre me animaba, mi madre decía: “que actor ni que ocho cuartos, ese ambiente es muy feo”.
El recibir la respuesta a la pregunta que había rondado la cabeza durante meses, fue sanador y muy alentador, empecé a experimentar una tranquilidad y serenidad que no había sentido en muchísimo tiempo, otros pasajes de mi niñez (6-8 y 10-11 años) vinieron a mi memoria para reconectar con otros de mi juventud (20´s).
De pronto, muchas cosas comenzaban a tener sentido, poco o nada importaba lo trabajoso o problemas de los años recientes, una gran energía se apoderó de mí y regresé a casa para comenzar a hacer algunos cambios, que les iré comentando más adelante en esta misma columna.
La importancia de reconectar
En mi caso; ha sido asumir pleno control de las cosas que sí dependen de mí, como comenzar a recordar qué era aquello que me emocionaba, motivaba y movía cuando niño.
Dejé de preguntar el “por qué” y en cambio, opté por hacerme las preguntas correctas:
– ¿Qué puedo hacer para conseguir lo que quiero?
– ¿De todo cuánto sé, qué me sirve y acerca a lo que quiero?
– ¿Qué nuevas técnicas, hábitos o habilidades necesito aprender?
– ¿Cómo puedo organizarme para optimizar mis tiempos?
Y es que una vez despierto y atento a las cosas que te rodean y a las situaciones que experimentas a nivel profesional y personal, una vez que sabes lo quieres y lo que tienes que hacer para obtenerlo; no puedes volver a decirte víctima de las circunstancias. Definitivamente no estaba dispuesto a ser eso, así que me puse en marcha
Una vez que se es consciente de lo que se quiere, cómo se quiere y para que se quiere, lo que debes hacer para obtenerlo, se manifiesta de manera casi mágica, (pero de magia nada, todo es gracias a que logras reconectar, en mi caso, dos etapas o momentos muy importantes en mi vida.
Demostrado está que cuando tienes un propósito y objetivos de vida claros, esos sueños, se transforman en grandes metas que tarde o temprano terminan sucediendo, dos ejemplos: Abraham Lincoln y Andrés Manuel López Obrador, ambos fueron derrotados en varias ocasiones antes de asumir la presidencia.
Hay que ser terco pues.
Si no sabes que hacer con tu vida, si lo que tienes años haciendo te aburre y no motiva, re-conecta, si no encuentras el rumbo, es importante que reconectes con aquellas cosas que daban sentido a tu vida, deja de pensar en tus hijos, en el trabajo, en el auto, en las deudas, en lo que la gente espera de ti, en lo que prometiste y debes cumplir, deja todo.
Tómate un tiempo, reconecta.
Verás lo grandioso que puede ser.
No, no soy actor.
Soy diseñador gráfico, mercadólogo, consultor en imagen pública, maestro universitario, especialista en entrenamiento y técnica de ventas, y amo lo que hago.
Y a 8 meses de recibir la respuesta, mi futuro luce mucho más prometedor que nunca, es el que YO QUIERO.
Muchas gracias por leerme, nos vemos en 15 días.