El cuidado de la imagen es uno de los intangibles más trabajados por los profesionales de las Relaciones Públicas. Es importante considerar que el término al que sea hace referencia es el de la imagen corporativa -no confundir con la imagen gráfica-, entendiendo a esta como una estructura mental que poseen los públicos -todos, no sólo su entorno directo- acerca de una organización, la cual se encuentra formada por un conjunto de atributos que son evaluados y valorados de una determinada manera por los conglomerados con los que tiene contacto. Todo lo que se diga o piense de una organización dependerá de la percepción que se tenga de la misma.
Los principios básicos de las Relaciones Públicas no han cambiado
Aunque prácticas como los boletines o las gacetillas para los periódicos son cada vez más escasos; lo que ha cambiado, es el entorno en el que se realizan así como los canales que utilizan. Las redes han venido a revolucionar el manejo de las Relaciones Públicas en sus estrategias y tácticas e influenciado en la vida individual y organizacional de las empresas. Hoy día, no es fácil manipular la opinión pública, ni existe una supervisión estricta en los contenidos que se publican.
La práctica de las Relaciones Públicas en el ambiente de la Web 2.0 y con las redes sociales a la cabeza, surge como un avance lógico de la forma tradicional de ejercerlas, a un enfoque en el que es necesario valerse del apoyo de la tecnología; sobre todo ahora, que las audiencias que se mueven en torno a las empresas y moldean sus hábitos y costumbres según se mueve y evoluciona dicha tecnología.
Retos de las Relaciones Públicas en Redes Sociales
01. Combinar lo tradicional con la tecnología. El manejo de las Relacione Públicas de una organización ya no puede suscribirse sólo a los medios tradicionales. Actualmente se requiere tener una estrategia en el control de la imagen y reputación corporativa on line; de voceros, de bloggers, de líderes de opinión, de influenciadores y de la competencia -en medios on line y redes sociales.
02. Saber producir contenidos de valor para cada red social. Primero, es vital producir contenido, pero contenido de valor para la audiencia, y segundo, hacerlo para las características de cada red social. No es lo mismo producir contenido para Twitter, Facebook o You Tube; cada red social tiene sus particularidades narrativas digitales y sus respectivas herramientas para gestionarlo.
03. Saber generar interacción y engagement con los usuarios. No podemos abrir nuestra presencia en redes para convertir a este medio, en un simple vocero de boletines o comunicados. Debemos dinamizar el diálogo para mejorar con la comunidad el servicio y conectarse con sus necesidades.
04. Las métricas importan… y mucho. Internet en general y las redes sociales en particular, tienen como ningún otro medio -imposible hacerlo en prensa por ejemplo- herramientas que nos permiten evaluar en tiempo real los resultados de nuestras acciones para seguir, mejorar o en su caso cambiar la estrategia en cada red social. Si no se cuenta con métricas, es imposible tomar decisiones acertadas.