Los seres humanos solemos ser catastróficos. O extremistas. Y en nuestro negocio lleno de personas creativas, ese perfil tiende a abundar más que en otros sectores. Cuando el fracaso se nos atraviesa, tendemos a ser fatalistas y pensar que va a ser para siempre. Que permaneceremos en esa situación hasta el infinito
Antes de que existiera el internet como hoy lo conocemos, sólo veíamos u oíamos publicidad
Todos conocemos por lo menos a una persona que ha llegado lejos. Y con frecuencia nos hemos preguntado qué es lo que hizo para llegar hasta donde está. Las personas exitosas y los líderes no nacieron ahí.
El éxito de PanAm se construyó durante 40 años, dominando el mercado y su marca. En la década de 1970, era una aerolínea imparable.
El fútbol es un gran negocio y punto: el romanticismo de un deporte sin corbatas ni chequeras dejó de existir hace mucho y es un medio que ha logrado generar ganancias inigualables a nivel mundial.
La estrategia en los deportes de la Selección Nacional de México no es obra de la casualidad; a lo largo de muchos años se ha logrado construir un proyecto estable que proyecta a sus aliados en patrocinios, licencias y digital. No son alianzas cortas, sino socios comerciales a largo plazo con quienes trabajan de la mano y en pro de los objetivos y metas de ambas partes.
Lo lograste: subiste esa foto perfecta con el filtro ideal y ahora disfrutas los “me gusta” y comentarios. Una recompensa merecida en Instagram.
Medios y redes nos inundan de vidas de “ricos y famosos”, llevándonos a comparaciones dañinas. La realidad es que compararse con quienes tienen más es un error.
Los estudiosos lo definen cómo el “efecto ganador”. Cuándo triunfamos, nuestro cerebro segrega dopamina (el neurotransmisor del placer) y cada vez nos pide buscar más.
De alguna manera escribir acerca de marketing cada semana se vuelve una manera de documentar experiencias y aprendizajes para no olvidarlos y hacerlos memorables. Espero que mi escritura no te haga sentir aludido(a).
