Más que un trago amargo, este 2022 fue un “hidalgo” eterno de marrascapache agrio con olor a calcetín de futbolista llanero para muchas empresas (digitales y no digitales). Y no es sorpresa que este 2023 nos tenga nerviosos, pero bien decía mi hermano Paulo: los adversidades son oportunidades para aprender.
¡Ya sé! Pareciera que este último año nos regaló una dotación de Ricolino de aprendizajes y por eso recibiremos este “año último modelo” con cierta desconfianza. Pero, el tiempo corre y hay que entrarle (sin miedo al éxito), especialmente si a ustedes -como a mí-, les gusta comer.
Siempre he pensado que las columnas sobre “propósitos de Año Nuevo para empresas” son como canciones de Maná: cursis y siempre usan los mismos temas con el mismo tono -delega, planifica, organiza, la sirena, la mariposa, guayó-guayó, etc.-.
Suena a chiste, pero como aquella banda tapatía y sus discos, estas columnas (en estas fechas) siguen saliendo aunque uno no quiera; así que voy a aprovechar “el tren” con algo similar, pero a mi manera.
1. Borrón y cuenta nueva. Que la data del pasado se quede en el pasado.
No es tan descabellado. Desde el 2020, los resultados de ventas, interacciones y demás, han sido brutalmente atípicos (o muy para arriba o muy para abajo) gracias a la pandemia. No tratemos de alcanzar nuevas metas comparándonos contra estos últimos 3 años. Lo ideal sería retomar información del 2019 o empezar de nuevo. Una gran ventaja sería que podrían replantear, cambiar o descartar KPIs.
2. Online, online, online, pero sin escatimar.
Nos obligamos a trabajar solitos, vía Zoom, en corbata y pantuflas por casi 3 años para que el show continuara; y sinceramente, se sintió como obligar a Nicho Hinojosa a componer una canción original.
Con las chambas que naturalmente son presenciales, afortunadamente han regresado a su ritmo habitual; aún así, los demás puestos ya no se han visto necesitados de “planchar nalga” en la oficina. Esta debería ser una oportunidad para los que pagan costos corrientes, nomás consideren que los que trabajan a distancia (o híbrido) pagan de su sueldo la luz y el internet.
3. La competencia se multiplicó exponencialmente en digital, pero “calmantes montes”.
Desde 2020, muchas marcas se subieron a digital y nunca más miraron hacia atrás.
¿Vamos tarde los demás? ¡No realmente! Siguen saliendo marcas y durante estos últimos años, los hábitos de consumo y el nuevo uso de redes sociales han creado una diversificación impresionante de audiencias. La consultoría y el Social Listening son servicios muy útiles para encontrar a su target y planificar una estrategia tan poderosa para llegarles (como WatsonData) en cualquier momento de la vida.
4. Agencias, sí. Sobrinity Manager, no.
Si a estas alturas del partido, siguen esperando que su sobrino Gen Z los lleve a la cumbre del éxito de ventas, posteando fotitos rándom en el “Feis”, les tengo malas noticias: no va a pasar.
Inviertan en una agencia profesional. Pero tío Presno, ¿cómo le hacemos? Lo hemos platicado en columnas anteriores (échenles un ojo, no sean crueles): consulten con varias agencias, cotejen, armen un brief juntos y si siguen teniendo dudas, aquí estoy a sus órdenes.
5. La paciencia es un árbol de raíz amarga, pero de frutos muy dulces.
Sobra decir que venimos muy traqueteados del 2022. Bueno, también del 2021 y del 2020. OK, también del 2018… En fin; por supuesto que lo ideal sería empezar este 2023 con el pie derecho para pagar holgadamente rentas, colegiaturas y chelas. Pero, les insisto: no nos desesperemos, porque otra vez vamos a empezar.
Pongámoslo así: si quisiéramos tener éxito inmediato en este (o los siguientes años), necesitaríamos mucho presupuesto y, desafortunadamente, el horno no está para bollos.
Pensemos en un nuevo largo plazo, invirtamos con inteligencia, mucha planificación, mucho análisis de datos y 10 toneladas extra de muuuuucha paciencia.
Para cerrar esta columna, les deseo muchos éxitos y triunfos para este 2023 porque se lo merecen. Aunque vengamos muy raspados de varios años complicados, y suena terrorífico volver a empezar, les repito: entrémosle (sin miedo al éxito). Siempre que se apoyen en los especialistas, estarán más cerca de todos estos deseos. Hablemos.
¡Felicidades y triunfen!