Las utilizamos mañana, tarde y noche. A veces demasiado de noche.
Son herramientas muy útiles para vivir en este mundo digital, increíblemente maravilloso, divertido, peligroso, educativo, que cada día acelera más el paso.
Quizá eres de los que te despiertas, y de inmediato comienzas a interactuar con ellas. Whatsapp, para ver que dicen mis colegas y amigos, y mi grupo de familiares, y el proyecto que tengo en la empresa, entre otras razones. Y luego nos vamos a Facebook, para ver lo que está sucediendo en la vida de tantísima gente que “conocemos”, superficialmente, pero algún contacto hemos tenido con la mayoría de los mil, dos mil contactos. Ah, y después, vamos a divertirnos mirando TikTok, o Instagram o cualquiera de las muchas que tenemos en nuestro celular.
Sin querer, muchas veces estamos inmersos en plataformas que, como ya hemos leído muchas veces, se alimentan de todo lo que hacemos en ellas. De los clicks que damos, de los “likes”, de las ligas que seguimos, para llenar un perfil que coincide perfectamente bien con nuestros gustos, estilo de vida, incluso nuestros planes futuros.
Y una plataforma, nos lleva sin querer a otra, y a otra. Y todas, absolutamente todas, quieren saber más sobre ti, sobre mí, sobre todos. ¡Y lo logran! Acceden a nuestras vidas indiscriminadamente, y con nuestro consentimiento.
Las letras chiquitas, sí ¡esas que nunca lees!
Y todo por esas letras pequeñitas que pocos leen. Tú, ¿lo haces?
Creo que pocos lo hacen, porque todos asumimos que no nos van a dañar, y la curiosidad por saber lo que hay detrás de esa página, en esa plataforma, es mayor que el temor a que se metan en nuestras vidas.
El problema es que, la tecnología está cada vez más, metida en tu vida diaria, quizá sin que lo sepas.
Pocos somos los que, antes de entrar a un nuevo sitio, seleccionamos cuales son las “cookies” que vamos a permitir que se instalen en nuestros equipos. Y para que entendamos de que estamos hablando, ¿recuerdas el pánico que les daba a algunos mal informados que pensaban que, con las vacunas nos iban a inyectar un “chip”?
Pues las cookies serían una especie de chips, que se instalan en nuestros equipos, para detectar información que es valiosa para… ¡quien los instala!
Nadie te regala o hace algo gratis en las plataformas. ¡Nadie!
Conozco personas (y espero que tú no seas una de ellas), que piensan que, en internet, las cosas son gratis. Nada es gratis y nadie te regala algo.
Ya se ha hablado mucho del gran valor que tienen tus datos personales (nombre, teléfono, correo electrónico) así como tus preferencias, para las empresas, que con gusto compran esos datos de los sitios que las colectan. Si te piden cualquier información, es porque les sirve y seguramente la van a utilizar para venderte algo o para vender tu información a alguien más.
Todos los “gurú” o las marcas (yo puedo constatarlo en el ramo inmobiliario, pues en el estoy involucrado desde hace tiempo), que vienen a invitarte, convencerte, motivarte a que te inscribas a su plataforma por todos los servicios que vas a obtener, por las ventajas que tendrá tu negocio, por la gran imagen que su marca le va a dar a tus perfiles, a tus tarjetas a tus promociones, lo hacen, no porque quieran regalarte algo.
Siento desilusionarte si te digo que quieren algo – mucho – de ti.
¿Qué están obteniendo de ti las plataformas?
Quieren afiliarte (y tener tus datos), quieren que te conviertas en su promotora o promotor, quieren tu cuota mensual y… quieren un porcentaje de tu comisión.
CUALQUIER plataforma, es un negocio DE ALGUIEN , y ese alguien, no eres tú.
Además de lo económico, buscan desesperadamente que incrementes su base de datos, trayendo la tuya e incluso incrementándola con nuevas reclutas.
La plataforma en si, constituye ya un buen (en ocasiones gran) negocio, legal, importante, y valioso para las comunidades a las que sirven. Los negocios que se realizan en ella, son adicionales—. Y también legales y válidos.
Las hay, además de las inmobiliarias, para distribución de productos de todo tipo, desde medicamentos milagrosos, hasta productos para el hogar, y para brindar todo tipo de servicios.
¿Quién es el dueño de la plataforma?
Aunque el negocio de las plataformas es legal y válido, además de muy probablemente necesario, siempre debes de poner atención en los prestigios y la honorabilidad.
¿Qué prestigio tiene la persona o el grupo detrás de ese sitio en donde vas a meter tu propio prestigio? ¿Qué tan honorables son?
Tu nombre, y otros datos, quieras o no, van a estar asociados a esa empresa. Dependiendo del manejo que hagan de la misma plataforma, de los negocios que en ella se realizan, te afectarán, positivamente en algunos casos, o negativamente en otros.
Así que, el saber un poco de la historia de los dueños de la misma, es importante.
Así como hay ejecutivos y asociados en grandes y prestigiosas Asociaciones de cualquier segmento, que son unos verdaderos pillos, también encontramos plataformas que lo son.
Por experiencia, he vivido en persona una acción ilegal de x empresa, que cuando alguien se interesaba en mis productos, esos que yo anunciaba en su plataforma, el aviso del interesado, no venía a mí… ¡Iba al negocio del dueño de la plataforma! Así que yo siempre recomiendo a cualquiera que me lo pregunta: Ten cuidado, investiga, infórmate antes de poner tu nombre y prestigio en alguna plataforma. Y haz pruebas. Actúa tú como cliente para ver que todo está en orden, que los correos de clientes potenciales, llegan directamente a ti. Si no, algo anda mal.
¿Y tú qué estás obteniendo de ellas?
Esto es lo trágico. Utilizaré solo como ejemplo, el sector inmobiliario, que conozco, aunque hay muchas más.
En algunas de las plataformas especializadas:
- Pagas mensualmente tu “derecho de piso” para poder decir que eres uno de ellos.
- Pagas también un porcentaje importante de cada una de tus comisiones.
- Dedicas una parte importante de tu tiempo para cumplir con los requisitos que te solicitan.
Y ellas te ofrecen capacitación que, bien aprendida, comprendida y aplicada, es muy valiosa, así como oportunidades de escuchar, a diario, opiniones de profesionales de mucha experiencia, ya sea en vivo, o a través de medios digitales, cmo zoom, Facebook live e incluso ClubHouse. Además puedes utilizar su imagen corporativa, formatos y la experiencia de sus ejecutivos.
Eso sí, la asesoría o coaching, se cobra aparte.
¿Y la plataforma?
Eso es lo que me pregunto.
Las plataformas de estas empresas, te ofrecen casi todo lo que necesitas para administrar tu negocio profesionalmente.
Calendarios electrónicos, agenda, registro de tus contactos, publicaciones “corporativas” para que publicites tu negocio, y más.
Y apostaría que la gran mayoría de quienes se registran, pagan y tienen acceso a lo anterior, se conforman con poner el logo en sus tarjetas y sitios en internet, desaprovechando las ventajas por las que pagan y trabajan duro.
Utilízalas. Sus dueños están obteniendo mucho de ti.
Los dueños de dichas plataformas, están obteniendo de ti, todo lo posible. Ya seas azul, amarillo, negro o rojo, los dueños te presumen todo el tiempo. Presumen que eres uno de cientos que les pagan y trabajan por generarles ganancias. Presumen que piensas que SU plataforma, es la mejor. Presumen que los amas.
Y sin embargo, no la utilizas al 100%.
Si has decidido ser parte de un equipo, pagas por ello, contribuyes a que ese equipo crezca y gane (generalmente mucho más que tu), no te conformes con usar el logo para sentirte fuerte.
La fuerza está en ti. Depende de lo que aprendas de la capacitación que te brindan, depende de que apliques a diario lo que te enseñan, así como de tu participación en foros, no solo presenciales, sino en línea. Depende de lo que estudies y te prepares para realizar la actividad que deseas realizar. Te invito a que aproveches lo que cualquier plataforma en la que estás inscrito, te ofrece. Ya estás pagando por ello. Utilízala al máximo. No puedes olvidar que la plataforma, es un negocio y tu eres solo un asociado a la misma y estás pagando por cada uno de los servicios que te ofrecen, los uses o no.
Seguramente en algún momento te darás cuenta de que la fuerza para tener éxito, está en ti.
Saludos y déjame tus comentarios. Me encanta recibirlos y leerlos. Y siempre respondo.
JL