¡Con mi cerveza no!
Todo empezó con la asociación entre la tiktoker transgénero Dylan Mulvaney y la cerveza Bud Light que colocó su cara en la lata a manera de homenaje.
En un país en el que todas las semanas mueren inocentes por causa de balaceras realizadas con armas de alto poder, en el que muchísima gente carece acceso a un sistema de salud decente, en el que el racismo sigue siendo rampante y un joven de 14 puede ser asesinado simplemente por tocar la puerta equivocada, fue eso, la carita de Dylan Mulvaney en una lata de cerveza, lo que causó el enojo.
No miento: infinidad de videos de hombres tirando cajas completas de cerveza a la basura, aplastándolas con equipo pesado, hasta inútiles usando las latas sin destapar como blancos para sus armas autorizadas por la segunda enmienda. ¡Hay un video de un idiota siendo arrestado luego de destruir a patadas toda la cerveza de la marca de un supermercado!
No fue raro ver en redes sociales “machos” de cachucha o sombrero vaquero realizando verdaderos berrinches y llamando a un boicot mundial a la cerveza más americana que se atrevió a insultar a su público, a sus fieles y borrachos consumidores, colocando la horrible cara de un pecaminoso transgénero.
Y es que, por lo que entendí, esa cerveza sólo podía ser bebida por verdaderos machos alfa, lomo plateado, vigorosos masculinos, pelo en pecho, caballeros de la noche, barba de leñador, vista de tigre, fuerza de toro, voz de espartano, conductores de la manada, conquistadores de naciones y de mujeres, testículos de adamantium, pito-con chanfle.
El terrible sonido de masculinidades cayendo en pedazos
El simple hecho que le cambiaran de objetivo demográfico, causó un verdadero crujido en millones de cristalinas masculinidades. Aunque se oyó más fuerte en la franja que va de Texas a Georgia, de hecho se reportó en todo el país el caso de machines que repentinamente se pusieron a cantar canciones del musical La La Land luego de tomar la cerveza. Es por ello que esos pobres hombrecitos lastimados hicieron un llamado a limpiar la afrenta con un inmediato, rotundo y fatal boicot a la marca.
El propio NRCC (National Republican Congressional Committee), una organización política que tiene como objetivo apoyar y promover a los candidatos republicanos en las elecciones para la Cámara de Representantes, subió un tuit en el que aseveraba que “finalmente iban a poder decir que Bud Light sabe a agua” y ofrecía koozies, la funda que le ponen a la lata para que se mantenga fría (si no sabías eso, mereces todo mi respeto) con la leyenda “Esta cerveza se identifica como agua” a cambio de donaciones para los candidatos republicanos.
Por ahí vi que alguien subió a tuiter la imagen de una lata (de otra marca) en la que aparece un vaquero bien, pero bien macho y el usuario asevera al mundo que el “solo bebe” cerveza en las que las latas salgan rostros de hombres reales.
Me imagino que de alguna forma la imagen de Mulvaney se ha de infiltrar a través del aluminio y contaminar la aguada cerveza con algún tóxico “feminizante”. Como la principal forma de promocionar el consumo de cerveza es la imagen de amistad existente entre dos sombrerudos bebiéndose una chela, tal vez les da miedo que, si se la toman con amigos, terminen dándose sus besos a la Brokeback Mountain o quizá el menjurje les haga olvidar su verdadera machidad y los ponga a cantar canciones de Juan Gabriel (algo que nunca ha ocurrido en la historia).
No se ustedes, pero tengo la seguridad que son los borrachos exaltando la amistad, sin importar la marca de cerveza que tomen, los que más tienden a besar a otros hombres.
Pero además, me dicen mis informantes —porque yo no tomo chela desde el Mundial de Corea y Japón— esa marca y versión de cerveza es muy aguada y no sabe a nada… Bueno, eso dijeron los más moderados. La mayoría dijo de manera contundente que “sabe a meados”.
Me imagino que algo han de conocer del tema.
Cerveza de derecha
Pero lo más irónico de todo el asunto llegó desde un frente muy distinto. Resulta que la mayoría de estos hombres-muy-hombres, cristianos del sur, miembros de la NRA, tienen otro factor común: aborrecen a los “liberales” e izquierdistas así como todo aquello que huela a tolerancia. Odian a los inmigrantes, a los socialistas, a los wokes y hasta a sus propias madres por el simple hecho de ser mujeres. En otras palabras, son Republicanos.
¿Y quién creen ustedes, estimados lectores y lectoras, que es uno de los principales donadores para las campañas del Partido Republicano a lo largo y a lo ancho de esa Dama de la Libertad llamada Estados Unidos de América?
¡¡Correcto!!
La empresa Anheuser-Busch, la que es propietaria de la marca Bud Light, es uno de los principales donadores de recursos para las campañas republicanas, aquí puedes ver de qué manera distribuyen su dinero.
El Partido Republicano tuvo que hacer un llamado a no boicotear la cerveza y los de NRCC bajaron casi de inmediato el tuit donde comparaban la cerveza con agua.
Así que ya lo saben. Por cuestiones políticas van a dejar pasar —por ahora— todo el tema del transgénero y mirar para el otro lado, mientras toman su cerveza.
Eso sí, ¡con una actitud bien macha y republicana!
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Me informan de último momento que en México muchos consideran que esta cerveza ya era, desde antes, para “jotolones”. En nuestro país los bebedores de chela son mucho más machos… se sabe. (Eso de arriba no lo digo yo, lo dijo un amigo e integrante del focus-group al que acudí para recabar información para esta columna. Espero de todo corazón que el equipo legal de Anheuser-Busch sea magnánimo con el buen Rafa)