Seguramente hayas tenido situaciones complicadas con clientes difíciles que más que sumar, te restan: restan tiempo, restan regalías y restan energía a tu tiempo (que es el bien más preciado que tienes).
Entonces, ¿qué hago para identificarlos y no caer en el abismo?
Por regla general, los clientes que nos traerán más pesadillas que sueños, comparten algunas características:
Suelen creer que saben más que vos
Sí, casi siempre se creen expertos y te “explican” exactamente lo que necesitan. Esto, no solo es una gran falacia (porque si tienen todo tan claro, ¿por qué llegaron a buscarte?) si no que encima dificulta mucho tu trabajo profesional.
Generalmente, no les gusta que hagas sugerencias ni mucho menos que desacuerdes de sus ideas. Esto genera tensión: vos, como profesional, no deberías caer en un tire y afloje de quién tiene la razón, solo podrías intentar convencerlo de por qué debe hacer lo que sea que tú consideres. Como dicen en Argentina, no gastes pólvora en chimango.
Intentan negociar el precio de tus servicios
Otra red flag muy pero muy importante es la del tema precio, porque suele hablar más de ellos que de ti. Si un cliente no está dispuesto a pagar lo que tú crees que vales, puede salir por donde entró, la puerta está siempre abierta para que se retiren los clientes mediocres.
Además, si aceptas trabajar por menos, verás minada tu autoestima como profesional, puesto que de alguna forma sentirás que vales menos también.
No tienen en claro lo que necesitan
Uf, ¿qué decir de esto? Este es el claro caso del cliente que quiere el servicio A, pero en el camino empieza a dudar de si mejor era B o incluso C. Lo que esto genera, es una pérdida de foco muy grande, y por ende de energía de las dos partes.
Así, la relación laboral se desgasta y llega un momento que ni tú sabes qué necesita. Sí, una super red flag.
No entienden el alcance de tus servicios, entonces te piden más
De la mano del punto anterior, puede que si el asunto escala se convierta en un problemón: el cliente que pagó por A, quiere el combo de B y por qué no C también incluidos.
Esto puede ocurrir por varios motivos: fue tu culpa por no haberle explicado bien el alcance, o quizá simplemente entre tantos cambios se marió y no sabe por dónde ir, entonces cree que puedes hacer de todo cuando esto no es así.
Yo entiendo (y he estado ahí más de una vez), que quieras ayudarlo en todo lo que puedas para que su negocio triunfe, pero una cosa es ser un profesional bueno y otra es ser un buen profesional 😉 Si quiere B y C, debería pagarlos. Y mira que el abecedario sigue.
Te piden cambios y cambios y más cambios (SUPER RED FLAG ALERT!)
También relacionada a los 2 anteriores, está esta que hasta me hace un poco de gracia: “no sé si este color o aquel, no sé si esa tipografía o aquella, no sé si ese contenido o este otro”… ok ok, tú estás para asesorarlo, pero no puedes ser un guía espiritual en su camino. Te sugiero que cuando venga un cliente que te cambió más de 2 veces una pieza de comunicación (o lo que fuese que tenga contratado), le digas que el 3er cambio debe pagarlo, y verás que pueden ocurrir dos cosas: o se deja de cambiar y por arte de magia le parece perfecto lo que propusiste, o paga. No dejes espacio para otra opción en pos de cuidar tu bolsillo (y como dije antes, tu salud mental te lo agradecerá también).
Te dicen que si les va bien, van a darte una comisión
Este es como el colmo de los colmos, cuando un cliente se acerque con esta idea, mejor huye. ¿Por qué? Muy simple: porque te está viendo como un inferior, y tu eres un par. El cliente que tiene mentalidad de darte limosna, no te sirve. Como dicen algunos: cariño, no es por ahí.
Bueno, llegado este punto espero que esto que te conté te haya servido. A mi, me tomó más de 5 años aprenderlo e internalizarlo, y todo parte de mi experiencia. Por eso, te invito a contarme si te has encontrado con otras red flags en el camino, y qué estrategias has utiliza y qué haz hecho para sortearlo.
Entiendo y comprendo que no siempre podemos darnos el lujo de pasar de algunos clientes, pero a la larga, y como toda relación tóxica, solo te traerán inconvenientes. Por eso, intenta siempre cosechar relaciones claras y profesionales 🙂
Si aún no has podido deshacerte de algunos clientes-clavo, te deseo mucho éxito y no tengas dudas de que algún día, serás tú el que los elijas y no al revés.