Si publicas en LinkedIn y te preguntas: ¿Por qué nadie interactúa con mis publicaciones? ¿Por qué no le llego a las personas adecuadas? o ¿Por qué mi contenido no genera oportunidades? La respuesta es simple: comunicas sin un propósito definido.
Toda comunicación efectiva debe basarse en una estrategia que comprenda a tu audiencia y la guíe a través de las etapas del embudo de marketing, que son: conciencia, interés, consideración, y conversión.
El embudo de marketing, desde el punto de vista de tu contenido, es una metodología que permite planificar y distribuir contenido de forma estratégica para convertir a desconocidos en seguidores, clientes o aliados.
Esta metodología se alinea con los principios del inbound marketing, que buscan ganarse la confianza del lector mediante contenido relevante y de valor en lugar de interrumpir su atención con mensajes no solicitados, permitiéndote canalizar esa confianza hacia la consecución de tus objetivos como marca personal.
El embudo de marketing busca guiar a la audiencia por todas sus etapas, pero no todos los lectores avanzan de forma lineal. Cada persona se encuentra en un punto distinto de su recorrido y, por lo tanto, tiene necesidades diferentes. Algunos requieren más tiempo para generar confianza, y la propuesta de valor en cada fase puede no resonar con todos. En otras palabras, el camino hacia la conversión varía según el lector.
Las 4 etapas del embudo de contenido
1. Conciencia
Objetivo: Captar la atención
En esta etapa, la audiencia aún no te conoce o apenas te nota. La gente tiene poco tiempo y se distrae fácilmente. Por ello, el gran objetivo de tu contenido es captar la atención, invitando a descubrir quién eres y qué representas. Es el momento de tocar temas generales que hablen de dolores comunes o desafíos universales.

2. Interés
Objetivo: Generar relevancia y confianza
Aquí, la audiencia empieza a reconocerte. Aún no se comprometen, por lo que es crucial ganar su confianza con contenido auténtico y valioso. El objetivo es que vean en ti a una voz confiable y experta, y que conecten con tus experiencias y aprendizajes. Para esta etapa, empieza a abordar temas con más detalle, presentando ejemplos y anécdotas que resuenen con problemas específicos de la audiencia. Se profundiza en temáticas puntuales, ofreciendo análisis, datos y casos de éxito que demuestran cómo se pueden aliviar esos dolores.
3. Consideración
Objetivo: Posicionarte como una voz confiable
En esta etapa, la audiencia te conoce y evalúa si tus ideas resuenan con sus necesidades y aspiraciones. Es el momento de mostrar de forma clara tu autenticidad y por qué tu perspectiva aporta valor de manera relevante y diferente. Usa ejemplos concretos, testimonios, datos o experiencias que demuestren tu capacidad de generar valor.
4. Conversión
Objetivo: Motivar la acción y el compromiso
La audiencia ya confía en ti y reconoce el valor de tus ideas. Ahora necesitas invitarles a movilizarse: suscribirse al newsletter, conocer más de tu servicio, ir a tu calendario… Se debe ofrecer contenido muy focalizado, donde se presenta de forma clara la solución o propuesta de valor. El contenido debe demostrar el impacto positivo que has tenido en resolver dolores o casos específicos y hacer de manera explícita los llamados a la acción (CTA).
Comprender y aplicar esta lógica te permitirá diseñar una estrategia de contenido pertinente y segmentada según las necesidades de tu audiencia. Al hacerlo, no solo atraerás nuevos seguidores, sino que también fidelizarás e involucrarás a quienes ya confían en ti, fortaleciendo la conexión y movilizando a tu audiencia hacia tus objetivos de manera orgánica, intencional y efectiva.