A poco más de 10 años de sucedido, estoy seguro que la mayoría de ustedes habrá visto o leído el memorable discurso de graduación que Steve Jobs dio en la Universidad de Stanford. Ocasionalmente vuelvo a darle play. Me inspira y empodera. Lo estudio para aprender de los grandes maestros.
«Tu tiempo es limitado, así que no lo malgastes viviendo la vida de otro. No te dejes atrapar por el dogma que implica vivir según los resultados del pensamiento de otros. No dejes que el ruido de las opiniones de los demás ahogue tu propia voz interior. Y lo que es más importante, ten el coraje de seguir a tu corazón y tu intuición. De algún modo él ya sabe lo que realmente quieres llegar a ser. Todo lo demás es secundario.», expreso el fundador de Apple como colofón de una de sus historias.
A veces, lograr resultados diferentes, comienza con cambiar la manera de ver el mundo que nos rodea. Hackear el software de nuestro sistema cerebral para crear nuevas conexiones.
Una creencia es un pensamiento que consciente o inconscientemente sostenemos porque para nosotros es verdad. Muchas las hemos absorbido desde la niñez, convirtiéndolas en programas mentales subconscientes con los cuales definimos las cosas. Las ideas y creencias conscientes o inconscientes que tenemos en relación a las cosas, forman nuestra percepción, la imagen interior que formamos de la realidad. Entonces, la imagen que fabricamos de una cosa, es en realidad, una interpretación subjetiva basada en nuestro sistema de creencias.
En el terreno de la creatividad, las creencias limitantes son ideas subconscientes que están en conflicto con nuestras intenciones. Charles H. Clark en su libro Brainstorming ha diferenciado lo siguiente:
- Frases asesinas: verdaderas aplanadoras de ideas. Disparos certeros de uno hacia otro u otros: «nunca lo hemos hecho así».
- Frases suicidas: todas aquellas que utilizamos para inhibir, impedir y matar las ideas que puedan surgir de nosotros: «no sé si podré hacerlo»; «no sirvo para el proyecto»; «no soy creativo».
Según como percibimos, es lo que decidimos y así actuamos.
Una simple creencia crea una cascada de reacciones emocionales y físicas. Una creencia puede cambiar tu experiencia entera de un momento dado. Estos cambios ocurren tan rápido y de forma automática que muchas veces no nos damos cuenta de ello, expresa Nick Ortner, CEO de The Tapping Solution.
Revisar nuestras creencias favorecerá a tomar dimensión consciente acerca de nuestros pensamientos limitantes. Al experimentar un conflicto o necesidad, personal o laboral, es producto de la oposición entre un deseo consciente y una creencia o regla subconsciente. Deseamos una cosa o realizar algo, pero inconscientemente creemos lo contrario, o sostenemos una regla con la que nos privamos de ello.
Las frases asesinas son inhibidoras de las posibles ideas que puedan surgir para abordar un desafío de manera creativa. Son un atentado contra el desarrollo del pensamiento creativo. Anulan el diálogo entre las personas, cercenan la actitud de apertura y de escucha activa; limitan el respeto por las ideas.
A las frases asesinas les pido: por favor, renuncien.