La movilidad en la Ciudad de México sigue siendo un reto. Ofrecer la solución de necesidades cuando éstas son tantas siempre resulta atractivo, aunque los consumidores, lo mismo que los electores, ya no crean todo aquello que se les vende.
La promoción del servicio de transporte particular Beat Tesla, que se ofrece desde octubre pasado en la Ciudad de México, encontró el mensaje perfecto para dirigirse a un público sumergido en la incertidumbre cada vez que sale de casa: “La seguridad es nuestro prioridad”.
Para hacerle frente a la inseguridad, que ni Uber ni Didi pudieron acotar, Beat asegura que todas sus unidades cuentan con cámaras que graban en tiempo real durante el viaje, las que son monitoreadas de manera permanente. Además vende una línea de soporte y un chat en vivo.
En cuanto a los conductores, la promesa es que la firma ha realizado una inversión importante para verificar antecedentes, hacer su selección y capacitación. Esto no es nuevo, también lo afirmaban sus ahora competidoras Uber y Didi, que a la postre demostraron que ni siquiera contaban con un registro cierto y disponible de sus choferes.
La estrategia de seducción también pasa por otras preocupaciones actuales como reducir la posibilidad de contagios por COVID-19.
Tesla asegura que sus conductores pasan por un túnel y alfombra de desinfección con frecuencia, además del uso de mascarillas desechables, gel antibacterial, separadores acrílicos entre el chofer y el pasajero para “potenciar el distanciamiento social” y la desinfección “minuciosa” de la unidad entre cada viaje.
El discurso también responde a otras necesidades urgentes: reducir las emisiones de gases contaminantes, un compromiso firmado por México en diversos foros mundiales y que deberá cumplir en lo inmediato.
La tecnología desarrollada por la empresa del físico y magnate Elon Musk en materia de autos eléctricos reduce a cero la emisión de CO2 y, con ello, compensa al medioambiente con el equivalente a 423 árboles pequeños en un sólo día, según sus propios cálculos.
No se puede cuestionar la buena intención del servicio. Lo cierto es que, a menos de cuatro meses de su puesta en marcha, ya se ha ganado detractores y varios señalamientos en cuanto al servicio prestado.
Por ejemplo, Beat asegura que uno de sus protoclos para garantizar la circulación del aire y reducir la posibilidad de contagio es llevar la ventanilla abierta, pero usuarios afirman que eso no sucede en la realidad.
Otros casos cuentan que luego de solicitar el servicio se quedan esperando, sin recibir aviso de cancelación por parte del conductor.
Hay señalamientos que incluso provienen de los propios conductores, quienes se quejan por tener que realizar viajes muy largos a costos mínimos, sin que exista la corrección de pagos o la posibilidad de cancelar.
La lección dice que en un contexto de descrédito por parte de las marcas y de consumidores altamente informados, valdría la pena que la realidad se apegara al discurso de venta.
Beat asegura que la asignación de viajes, incluso para el regreso a la base, se define por inteligencia artificial y aprendizaje automático “para garantizar viajes impecables”.
Entre toda la crítica el punto a favor, sin duda, es su calidad de transporte no contaminante.
Como nadie experimenta en cabeza ajena, si no ha probado este servicio habría que concederle el beneficio de la duda, con sus reservas debidas, y corroborar si sus promesas son ciertas o no.
Al menos, en cuanto a la calidad de las unidades cabe esperar algo bueno y quizá nada sea peor de lo que ya conocemos.
La aplicación está disponible en las tiendas de Apple y Android. Por ahora, opera en las siguientes colonias de la capital mexicana: Bosques de las Lomas, Lomas de Chapultepec, Bosque de Chapultepec, Polanco, Anzures, Roma, Condesa, Cuauhtémoc, Juárez, Lomas de Tecamachalco, Nápoles, Del Valle, San José Insurgentes, Guadalupe Inn, Florida, Centro de Coyoacán, Del Carmen y Narvarte.