Aunque el COVID-19 no genera los malos hábitos como tal, sí los acentúa, pues resguardarse en casa y mantener sana distancia para evitar el contagio ha cobrado otras víctimas, a causa del sedentarismo.
El encierro produce un impacto tan dañino, o más, que el brutal impacto económico que afecta a toda la población, alertan la Unesco y el Consejo Iberoamericano del Deporte en el estudio El deporte en tiempos de pandemia.
“Niños y niñas, personas mayores, mujeres y personas con discapacidad son algunos de los grupos más afectados por la paralización de actividades y la pérdida de espacios de socialización”, alertan.
La situación puede tornarse más grave en México si se considera que mantenemos el segundo lugar a nivel mundial en obesidad entre adultos, sólo superado por Estados Unidos, y el cuarto sitio entre la población infantil.
Según la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo Libre (ENUT) del Inegi, únicamente 33 por ciento de los mexicanos de 12 años o más hacía deporte en 2019, una cifra inalterada desde 2014.
Hay variaciones por edad y sexo, 40 de cada 100 hombres hacen deporte. En el caso de las mujeres, sólo son 26. La mitad de los adolescentes y jóvenes de 12 a 19 años se ejercitan, pero sólo lo hace un 26 por ciento de quienes tienen más de 40 años.
Pantallas, las dominadoras de voluntades
El tema es que las pantallas dominan el interés por encima de cualquier actividad física. Antes de la pandemia, los mexicanos dedicaban tres veces más tiempo a la televisión, internet o radio, que a realizar alguna actividad física.
Los promedios que arroja la encuesta del Inegi son: 4.8 horas a la semana para ejercitarse contra 15.6 horas que se invierten en medios de comunicación.
Esas cifras se han incrementado, pues el sedentarismo aumentó con el home office y las clases en línea a las que forzó la pandemia.
El tiempo que los internautas mexicanos pasaron conectados a la red en 2020 subió 7 por ciento en comparación con 2019, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet.
Eso implicó pasar 37 minutos más frente a pantalla, para sumar en total 8 horas y 57 minutos, más que una jornada laboral tradicional.
Aumentan ventas de ropa y aparatos deportivos
La paradoja de este sedentarismo pandémico, es que en el cúmulo de contenidos e información que ofrece la red y la enorme oferta de productos del comercio en línea también se dispararon las consultas sobre cómo ejercitarse en casa y las compras de ropa y aparatos deportivos.
Pero no fue una constante. En la primera semana de abril de 2020, unos días después de que en México comenzó el confinamiento, las búsquedas sobre ejercicios en casa crecieron 720 por ciento.
Pero a la semana siguiente, del 12 al 18 de abril cayeron y actualmente se mantienen en una cuarta parte del punto máximo que alcanzaron hace un año, según las estadísticas de Google Trent.
En cambio, la ropa de venta deportiva como playeras, pants, sudaderas, tops o mallones, por su comodidad para usarse mientras se trabaja en casa, o incluso la más lujosa conocida como atheleisure, se ha mantenido en la preferencia de la gente, por encima de la ropa formal, según la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive).
Además, el cierre de gimnasios obligó a muchos a adquirir o, incluso, rentar sus propios aparatos de ejercicio con proveedores que antes sólo abastecían a empresas del ramo.
El porcentaje de compras de artículos o aparatos deportivos como bicicletas fijas, caminadoras, aparatos de pesas y escaladoras casi se duplicó durante ese periodo (de 5 a 9 por ciento), aunque fueron superadas por la adquisición de productos de diez categorías diferentes, como comida y medicamentos.
La ONU pondera que el deporte no sólo mejora nuestra salud y bienestar físico y mental, también contribuye a prevenir y controlar enfermedades.
Y en un intento por animar a su práctica, señala que además de ser un instrumento que fortalece habilidades individuales únicas, contribuye a la cooperación, la solidaridad y el trabajo de equipo.
También promueve la paz, el desarrollo sostenible, la tolerancia, el respeto y la inclusión social, traspasa fronteras, desafía estereotipos y proporciona empleos. Demasiados beneficios para ignorarlos, quizá conviene sacudirse un poco. Tú, ¿qué dices?