He estado leyendo y estudiando para mantenerme actualizado. Quienes se acercan a mi para que les brinde asesoría, consejo, coaching (o el nombre que esté de moda cuando hablamos de apoyar a alguien), a dar un paso hacia adelante, a que crezca, son personas inteligentes, con un deseo y potencial de crecimiento muy grande y, he notado, que generalmente ya han experimentado muchas metodologías, teorías, ejercicios.
En esta búsqueda para el crecimiento, es evidente que quien más aprende soy yo, y he encontrado algunas ideas innovadoras que quiero compartirte.
La importancia del auto-conocimiento
Seguramente en muchos cursos o talleres, te han hablado de la importancia de definir cuales son tus fortalezas y tus debilidades. Estoy seguro. Es un tema muy favorecido cuando hablamos de crecimiento individual: Conocernos.
Lo que generalmente cuesta trabajo, es realmente descubrir cómo es que podemos utilizar ese conocimiento en el día con día.
Y el auto-conocimiento, tiene mucho valor cuando realizamos cualquier actividad, trabajando en equipos, acercándonos a posibles clientes, socios, amigos. Simplemente, cuando buscamos crecer como individuos.
Hoy, te propongo una metodología sencilla y hasta divertida, para que tus fortalezas y debilidades, estén presentes en cada momento importante, cada día. Lo descubrí explorando textos de Mike Bayer, y me gustó que, de una forma sencilla y divertida, nos permite convivir con nuestras fortalezas y debilidades día con día.
Comencemos por el principio
Te advierto que es un ejercicio que va a revolucionar tu interior, quizá te va a remontar a tu niñez. Si lo llevas a cabo como te sugiero, te será de mucha utilidad. Y siempre es un buen momento para llevar a cabo descubrimientos importantes, de manera divertida. ¡Basta de dramas!
Vamos a comenzar escribiendo tus fortalezas y debilidades. Ya lo has hecho en muchas ocasiones, y si no, que bien que esta sea la primera.
Comenzaré yo, para poner el ejemplo.
He definido como mis fortalezas:
- Soy organizado, tengo fuerza de voluntad, no temo al cambio, me puedo enfocar en una meta bien definida, sé comunicarme, tengo facilidad para enseñar, soy directo. Y ya, dejémoslo ahí porque ya es mucho auto-halago.
Y mis debilidades o “áreas de oportunidad” (para que no se lea tan deprimente):
- No soy bueno con el seguimiento, dejo algunas cosas hasta el último momento, respondo sin pensarlo mucho en ocasiones (solo en ocasiones), soy impulsivo, quizá rencoroso. Tengo ese lado horrible en mi, pero lo he logrado controlar… creo. Quienes me conocen lo podrán decir mejor.
Lo que llevas dentro y nadie ve, también cuenta, y mucho
Una vez que haz identificado tus fortalezas y debilidades, añade tus fortalezas interiores. Muchas veces olvidamos incluirlas, y son quizá las que mejor definen nuestro ser.
Así que yo incluyo en lo positivo: busco el bien común, soy empático, ayudo y me involucro cuando veo una necesidad, me esfuerzo por ser una buena persona, me emociona ver a alguien triunfar en algo, lo conozca o no, soy buen amigo, soy noble, amo a mi pareja y a mi familia.
Y por el otro lado: soy berrinchudo, las cosas se deben hacer como me gusta, soy rencoroso, soy algo perfeccionista, etc.
Y así, podemos seguir agregando cualquier sentimiento o detalle de personalidad que quizá no es aparente a todos, pero que nosotros, si conocemos bien.
Esta lista, nos permite comenzar a trabajar para reforzar las áreas de oportunidad y alimentar nuestras fortalezas.
Vamos a dar vida a estas cualidades y anti-cualidades
No queremos que esas Fortalezas y Debilidades, queden solo en un papel. Hay que incorporarlas a nuestra vida para mejora.
Vamos a crear dos personajes. ¡Aquí comienza la diversión!
Imagina un personaje, tipo súper héroe, un ser mágico, el que tu quieras. Uno de los comics que a muchos nos gustan, o uno inventado por ti. En este segundo caso, tu héroe debe de tener un nombre y una imagen, así es que debes de dibujarlo. Si, leíste bien. Dibujarlo.
Así hayas seleccionado a Batman, o al Hombre araña o uno de los nuevos que no conozco, tienes que hacerlo tuyo. Tendrá todas esas características de las cuales te sientes orgulloso. Yo he seleccionado al mago “MERLIN”. Me gustan sus varias historias, su misticismo y el hecho de que, siendo mago era humano. Ya en alguna ocasión, fui Merlín en una convención. Así que será el, aunque con características que yo le imprimiré.
Ese héroe, está en tí.
Y por el otro lado, debes dibujar también, o encontrar la imagen, a su contraparte. Ese anti-héroe que posee todas las características que no te enorgullecen… pero que existen en ti. Ese anti-héroe, además de tener imagen también debe tener nombre. El que tu quieras. Chorlito, pie plano, monstruo de Tasmania. El nombre que, PARA TI, represente todo eso en lo que debes de trabajar.
Yo he seleccionado “Gizmo”, un “gremlin” tranquilito, guapito, apapachable, siempre y cuando no toques sus puntos débiles: que lo toque el agua, o que le des agua para beber o que le des de comer después de medianoche, porque se convierte en un demonio. Te comparto sus imágenes.
Esos dos personajes son parte de mí, aunque no los haya reconocido antes.
Igual los tuyos. Selecciónalos bien y ten sus imágenes por ahí, donde puedas verlos a menudo.
El valor de este ejercicio, está en llevarlo a la práctica
Cuando te encuentres en una situación en la que tu comportamiento te haga sentir bien, reconoce que tu héroe está actuando. Trata de identificar las cualidades que destacaron en ella.
Pero también piensa:
- ¿Qué hubiese hecho si mi anti-héroe hubiese aparecido en esta misma situación?
- ¿En qué hubiera sido diferente esta situación?
Del mismo modo, cuando te encuentres en una situación en la que no te sientes cómodo por la forma en que reaccionaste, o por haber dicho algo de lo que te arrepentiste, reconoce que actuó ese anti-héroe, quien te ganó, porque está en ti y se te escapó. Y también pregúntate:
- ¿Que hubiera hecho diferente si hubiese actuado como mi yo-héroe en este caso?
- ¿Cómo hubiera actuado?
- ¿Cómo me hubiera expresado?
Tu héroe y tu anti-héroe, ¡son tu!
El reconocer que ambos personajes son parte de ti, y traerlos a tu vida diaria, te hará más consciente de la gran importancia que tiene el reforzar y apoyar a tu héroe, y también de lo mucho que puedes mejorar, controlando a tu anti-héroe.
Y, si quieres ir un paso más allá, comparte este ejercicio con tu familia y amigos cercanos. Permite que conozcan a esos dos seres que son parte de ti-… y que te apoyen, diciéndote cuando estás actuando como alguno de los dos. Invítalos a que ellos definan los propios.
Nada más satisfactorio que escuchar que alguien te diga: (en mi caso) Estas actuando como “Merlín”. Y nada más revelador y retador, que alguien me llegue a decir: Hey JL, ¡estás actuando como “gremlin”!
Anda, atrévete a hacer este valiosísimo ejercicio. Si lo llevas a cabo, notarás cambios importantes en ti.
Gracias por leerme. Agradeceré como siempre tus comentarios aquí abajito. Y si te gusta, compártelo con tus amigos.
JL