Revista de Marketing y Negocios

Mr. President Donald Trump: ¿Cómo es que ganó el candidato del Egoísmo?

Ya lo veíamos venir, no queríamos aceptarlo, pues aún palpitaba la esperanza de que ganara “la menos peor”. En estos tiempos, la esperanza sirve para tres cosas (usted dígame para qué). Lo que deseamos son acciones que se vean reflejadas en la vida de los ciudadanos y de los habitantes del mundo. Alguna vez (mayo 2016), en este mismo espacio me atreví a especular lo siguiente: “Donald Trump es el genio detrás de la irreverencia, un genio de la mercadotecnia política, porque es, antes que todo, un empresario que sabe vender”. Hoy digo: Donald Trump vendió, la sociedad estadounidense compró ese producto político como quien compra una Coca-Cola.

La estrategia de Hillary Clinton no fue suficiente.

El video oficial de su campaña (Our Fight Song), endulzado con la letra de Rachel Platten, tan sólo llegó a  2.587.237 visualizaciones en YouTube, cuyo objetivo inicial era llegar a los 318.9 millones de seres humanos que conforman la población de Estados Unidos (datos del 2014). El “Stronger Together” como elemento importante de su campaña electoral no transmitió la unión de los estadounidenses, ni siquiera unió a los poderosos demócratas. ¿La campaña de Clinton fue un fracaso? En lo personal, no. El fracaso estuvo en el Colegio Electoral, en la población, en el votante: EE.UU. fracasó.

El empresario Donald Trump ya se ha convertido en Mr. President. Su campaña fue exitosa porque supo cómo llegarle a un pueblo racista que ocultó su racismo durante ocho años para demostrarle al mundo que en Estados Unidos –país de la Libertad– todos son tratados como ciudadanos libres porque se tiene a un presidente que, en tiempos remotos (siglo XIX), quizá pudo trabajar en los campos algodoneros en algún lugar como Savannah, Georgia, como un esclavo negro.

Donald Trump

Con la victoria de Trump confirmamos lo maleable y manipulable que puede llegar a ser la sociedad estadounidense: sociedad consumista, mediática (como el mundo entero). Durante ocho años, los norteamericanos reprimieron sentimientos de odio que florecieron cuando escucharon los estudiados discursos de un hombre (¿líder?) que los invitaba al pasado.

Barack Obama, en su campaña del 2008, invitaba a los estadounidenses al pasado, pero con el objetivo de llegar a un futuro desconocido. A Obama no le alcanzaron ocho años para lograr el futuro, mas lo intentó. “Yes, we can”: Sí pudo, sí pudieron, pues hicieron Historia, pero faltaron muchas cosas.

El triunfo de Trump se debió a una campaña extrañísima pero eficaz.

Conocía –conoce– lo que los estadounidenses más conservadores piensan, sabe qué quieren, adónde quieren regresar.

“Make America Great Again”: Hacer grande a EE.UU. (¿de nuevo?) con base en qué: ¿Haciendo de un Estado una empresa? ¿Construyendo muros, no sólo físicos, sino comerciales, y a nivel internacional? La victoria de Trump no es la victoria del Partido del Elefante, es la victoria del Egoísmo.

La rebelión mundial contra los “profesionales” y “expertos” es evidente. La rebelión contra las instituciones mundiales está ante nuestros ojos: El mundo ya no quiere “políticos” (yo no quiero politiqueros). Hoy por hoy, el mundo contemporáneo desea líderes que sean payasos, artistas mediáticos, figuras bonitas que representen a su país por medio de un solo hombre/mujer que se vea bien o que sea carismático (¿Homovidens?), pero estos “líderes” carecen de ideas de nación, de planes, de planos, de estructuras: Vivimos inmersos en la “crisis de confianza”, esto es un hecho. Ya no hay cabida para las esperanzas, sólo podemos convencernos con las acciones. Los líderes políticos de hoy –generalizo– no me convencen.

Las alianzas de Trump con Putin me ponen los nervios de punta. China, como enemigo de EEUU, romperá con ese trabajo que Barack Obama no logró terminar (ocho años no fueron suficientes). ¿La Unión Europea influyó en la sociedad estadounidense? Analizar el caso Brexit podría respondernos esta pregunta. Sin duda, los cambios geopolíticos que depara el porvenir con Trump en la Oficina Oval se verán reflejados en los próximos cuatro años (espero que no sean ocho). Donald Trump pretende hacer de Estados Unidos una gran empresa sólo para los estadounidenses*, sin importarle la Globalización que este país promovió (engendró) desde tiempos de Reagan y Thatcher (o quizás desde antes). Congreso con mayoría republicana, mas no todos republicanos están con su Presidente (el caso del Senador John McCain, por ejemplo).

Tras los resultados electorales de Estados Unidos, lo que más me preocupa es México, mi México, nuestro México. Para ello –para México– aún no tengo respuestas, sólo algunas preguntas:

¿Derrota de Clinton?

¿O es derrota de Obama?

¿Derrota de los demócratas?

¿Bernie Sanders y George H. W. Bush?

¿Victoria de los republicanos?

Canal de Soy.Marketing en WhatsApp

¿Aplausos para Enrique? (No, porque él sabe “que no aplauden”, que no le aplaudimos, ni le aplaudirá nadie)

¿Ya no habrá más PRI? (Está muerto, o tal vez, sólo anda de parranda)

¿AMLO puede llegar a cumplir su sueño? (Existen posibilidades de que el sueño de un enfermo de poder sea una realidad. Yo, en lo personal, tengo miedo)

¿Los militantes de Acción Nacional elegirán a una candidata o a un candidato para la Presidencia? (Otra pregunta: ¿Ya es tiempo de descartar a Anaya?)

¿Podremos seguir viendo al PRD? (Yo ya no lo veo, la verdad)

¿Las remesas?

¿La Economía Mexicana?

¿Los latinos indocumentados en EE.UU.?

¿Las transnacionales estadounidenses en México?

¿Los resultados del 2018 y la relación con este Payaso que ya presume ser presidente?

Deseo responder a éstas y a muchas otras preguntas que surgirán en mi cabeza.

Sólo la administración y las acciones de Donald me harán cambiar de opinión y, tal vez, hasta responderán mis preguntas. Comenzará un cuatrienio que nosotros, como mexicanos –el mundo entero– debemos estar al tanto (día con día, semana con semana, mes con mes, año con año).

Que no “panda el cúnico”, sólo es cuestión de estar alertas. Hasta ahorita, todo tranquilo, ¿qué no? Dos últimas preguntas: ¿A qué hora y en qué canal se transmitirá el nuevo reality show grabado desde la Casa Blanca? ¿Cómo se llamará dicho programa?

¡Gracias por leer! Hasta la próxima.

TAGS:

Diego Fernández G.

Columnista

Nació y vive en México. Analista de lo cotidiano y conversador incesante. Es estudiante de Administración Pública en la Universidad Anáhuac, pero también escritor a ratos. Quizá ninguna otra vocación le guste más. Es articulista en distintos medios. Sin embargo, también es amante de la Historia, de la Política y de la Literatura.

COMPARTIR ARTÍCULO

Facebook
Twitter
Telegram
WhatsApp

DEJAR UN COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *