1. Home
  2. »
  3. Columnistas
  4. »
  5. Dónde termina el HOME y comienza el OFFICE

Dónde termina el HOME y comienza el OFFICE

Este cambio repentino en nuestra forma de trabajar, de hacerlo en persona, en nuestro sitio de trabajo en el pasado a realizarlo en casa, a través de sistemas de comunicación como Zoom, Google Talks, GoToMeeting, Meet, y tantos otros, nos ha puesto en una situación para la que muchos no estábamos preparados.

Te cuento. 

Cuando trabajas en una oficina, te preparas no solo mentalmente para estar ahí, sino que toda tu persona se adapta al medio en el cual te desenvuelves. Para algunos, traje y corbata era lo de diario. Para otros, lo casual. Había quienes asistían a juntas todos los días, colaborando, presentando, y recibiendo información de quien presentaba. Algunos otros nunca habían asistido a una reunión formal. Esa era la vida diaria.

Hoy, las rutinas pueden parecer similares. Te conectas a una hora determinada, respondes correos, mensajes de whatsapp y seguramente, asistes a reuniones virtuales. Sin embargo, el contacto que tenemos hoy a través de medios electrónicos, utilizando internet, me ha expuesto a que cualquier persona que se conecte a una reunión virtual, sepa muchísimas cosas sobre mí, simplemente porque estoy ahí, con mi cara, en mi medio ambiente, ¡en medio de mi hogar!

termina el HOME y comienza el OFFICE

Extraños metidos en mi sala, ¿o quizá en mi cuarto? 

Me he convertido en un promocional más, sin quererlo.

Calcula M. Lindstrom, que cualquier persona adulta, de alrededor de 66 años, en su tiempo de vida habrá visto un estimado de 2 millones de anuncios comerciales. Y hoy, yo soy uno de ellos, quizá sin saberlo.

Ese momento en que simplemente aparezco en la pantalla de diez o cien personas, sin decir algo, estoy enviando mensajes que quizá ni siquiera imagino. ¡Y luego viene el momento en que hablo! Ahí el mensaje se redondea y de pronto la gente tiene en su mente una imagen que puede o no, corresponder a mi realidad, pero es la que les he transmitido.

Y me preocupa. No quiero que simplemente digan: mira, que peloncito tan simpático.

Yo tengo sitios específicos en mi casa, desde donde me conecto. Me aseguro que nadie pueda pasar atrás ni frente a mí, que haya iluminación adecuada, que se escuche el micro y todo el fandango de participar en una reunión profesionalmente… hasta que una de mis mascotas brinca y se sube al escritorio, porque no les gusta que pase tanto tiempo en la computadora.

Y así como me preocupo por lo que yo estoy transmitiendo, me pongo a observar con detenimiento lo que los demás me están diciendo sin hablar. Mis “primeras impresiones” de cada uno de los participantes.

Y me encuentro a la señora a la que le vale, y está casi acostada, despeinada, fingiendo que pone atención, pero que me la he cachado roncando ligeramente.

Y la joven que, en teoría, porque asiente con la cabeza de vez en cuando, está poniendo atención. Pero la he observado y en realidad está chateando en el celular.

Marketing Mix Modeling (MMM) | Rodrigo Martin & Moisés Maislin & Hans Hatch

Y los muchos que deciden que son demasiado importantes… ¿o demasiado feos? ¿O demasiado irrelevantes? para encender sus cámaras.

Y están los muy pero muy intelectuales, que se esfuerzan por brindarme una imagen de que son expertos en algo y lectores de mucho y tienen como fondo libreros impresionantes. Me distraen porque siempre me pregunto ¿cómo es que subieron ese que está en el último nivel del librero? ¿Cuándo habrá sido la última vez que lo leyeron?

Y me puedo seguir mucho tiempo describiendo lo que veo, pero van a pensar que no pongo atención a los ponentes… Sí lo hago, pero esto de criticar me viene muy natural.

En estos tiempos, “estar en la tele” ya es lo de todos los días.

Al dar click en el botoncito de “ingresar a la reunión”, estás dando tu consentimiento para que la gente entre a tu mundo, que conozcan sobre ti y sobre tus propiedades. Hoy, desconocidos ya saben en dónde vives, qué tipo de muebles tienes, si tiendes o no tu cama, si tienes o no un espacio para trabajar o simplemente abres la computadora o tomas tu celular y entras donde caigas. Ya saben si tienes buenos hábitos o si eres de los que siempre llegan tarde “porque tenías algo más importante que hacer porque estoy muy ocupado”.

Y creo que, para algunos profesionistas, que quizá nunca hayan tenido la experiencia de participar en reuniones muy formales de negocios para discutir estrategias de producto, de marketing o de ventas, está siendo un problema decidir en qué momento termina el home y comienza el office.

Y es importante saberlo. Así que me gustaría sugerirte para tu próxima intervención en una reunión virtual:

  • Arréglate.
  • Encuentra un lugar de fondo en donde destaques tú. Uno bonito. Los virtuales son interesantes, pero nadie se va a creer que andas en París. Te lo juro.
  • Enciende tu cámara. La gente se imagina que eres un “bot” cuando no lo haces. Se imagina que solo estás de adorno. Además, es una cortesía para quien está presentando. No encender tu cámara, equivale a estar sentado dándole la espalda al orador en una reunión en vivo.
  • Participa activamente. Contribuye si tienes algo que decir. Es, quizá, tu oportunidad de brillar.
  • ¡Mira a la cámara! Encuéntrala en tu dispositivo y mírala cada que puedas. Sobre todo, si vas a hablar. Mírala entonces todo el tiempo.

Ya verás que te vas a sentir muy bien con tu participación y seguramente varios van a notar que estás ahí.

Hasta pronto. Nos encontraremos por ahí, en alguna reunión virtual.

JL

Me encantaría recibir sus comentarios, sobre este y futuros escritos.

TAGS:

COMPARTIR ARTÍCULO

Facebook
Twitter
Telegram
WhatsApp

DEJAR UN COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

ARTÍCULOS RELACIONADOS