Soy un abrazador, siempre lo he sido…
Mis recuerdos de familia siempre incluyen abrazar y besar a alguien, mi madre, mi padre, hermanos, primos, amigos. Todos. Así es mi familia, con algunas excepciones.
Así que abrazar, es algo que me viene naturalmente. Y eso está bien.
Bueno, estaba bien, hasta antes de la pandemia.
EL PRIMER INFARTO DE PLACER
Hace una semana, habiendo pasado los 28 días reglamentarios para que surtiera efecto la primera dosis de la vacuna, una gran amiga trajo a compartir un delicioso pastel y por primera vez en más de un año, me sentí tranquilo al invitar a alguien a pasar a mi casa y sentarnos a conversar. Sana distancia de por medio.
Después de un rato, nos despedimos y en un acto irreflexivo, ambos nos acercamos y nos dimos un fuerte, apretado, delicioso abrazo. ¡Mi primer abrazo en tanto tiempo!
Debo confesar que cuando se fue y me di cuenta de esto, me entró el pánico. Pero el momento increíble ya había pasado.
ABRAZAR ES UNA NECESIDAD
Ya desde que Harry Harlow hizo su famoso experimento con los monos bebé y las mamás mecánicas, una de alambre que alimentaba y otra de felpa que les brindaba la sensación de seguridad por su textura, había muchos indicios de la necesidad que tienen los seres vivos de sentir el contacto con algo o alguien parecido a ellos mismos. Los pequeños simios se acercaban a la “mamá” de alambre solo para comer e inmediatamente se iban a abrazar a la de felpa, que les daba la sensación de estar abrazados a alguien de su especie.
Abrazar, es una necesidad para el ser humano.
A partir de un serio problema en Colombia, donde a finales de los años 70, alrededor del 70% de los niños prematuros, morían de infecciones, problemas respiratorios y otras causas, investigaciones descubrieron que, aquellos que se mantenían en un contacto continuo con el cuerpo de su madre durante mucho tiempo, no solo sobrevivían, sino que se desarrollaban mejor. Desde entonces, diversos hospitales en el mundo, tienen programas para proveer a los recién nacidos prematuros, con contacto piel-con-piel durante el día. El bebé solo lleva un pañal y quien lo abraza se descubre totalmente el pecho para que tengan contacto. Esto lo pueden hacer tanto la madre como el padre. El programa también se conoce como “Kangaroo Care” (Padres Canguro), y ahora se recomienda no solamente para niños prematuros, sino para todos los recién nacidos.
Otros hospitales, invitan a ciudadanos de la comunidad a donar parte de su tiempo, para asistir a sus instalaciones y cargar a los bebés prematuros que, por algún motivo, no pueden recibir afecto por alguno de sus padres o familia.
BENEFICIOS DE UN ABRAZO
En todos los casos, los niños que reciben este contacto, de inmediato estabilizan su ritmo cardíaco, mejoran su ritmo respiratorio, elevan la saturación de oxígeno, tan popular en estos días, duermen mejor y dejan de llorar, entre muchos otros beneficios.
Y estos beneficios, se extienden a través de los años. Los niños que fueron abrazados, cargados largos períodos de tiempo de pequeños, destacan en la escuela, tienen mayor seguridad y otros beneficios más.
Hago toda esta historia, porque durante un muy largo tiempo ya, y quizá durante algunos meses más, nos hemos privado de los grandes beneficios de abrazarnos, lo cual, muy probablemente ha contribuido a que los niveles de stress de algunos, se hayan incrementado.
Solo puedo hablar de mi experiencia.
Durante todo el tiempo de aislamiento, en realidad no sentí continuamente la necesidad irresistible de abrazar a alguien querido. Supongo que hice un buen trabajo convenciéndome de que, por estar prohibido, debía simplemente olvidarlo.
Pero ese abrazo de la semana pasada, me hizo recordar lo maravilloso que es el contacto humano. Quiero más… ¡ya!
Es tan importante y tan fuerte el deseo de abrazar, que ha sido la causa de que familias enteras se contagien y desaparezcan… porque no se resistieron a darse un abrazo.
LA NORMALIDAD, VOLVERÁ
Soy un convencido de que, precisamente por esta necesidad del hombre por convivir, por tocarse, por sentir la vibración natural de otro ser humano y por muchas otras razones más, pronto encontraremos la forma de volver a nuestra anterior normalidad, seguramente con algunas modificaciones, incorporando herramientas recién descubiertas, pero pronto estaremos de nuevo frente a frente con nuestros colegas, equipos, clientes, estudiantes y otros grupos, conviviendo e intercambiando experiencias. Lo veo venir.
EL ABRAZO QUE VIENE
Va a llegar.
Más pronto que lo que te imaginas, llegará el momento en que, sin problema, puedas abrazar a tus seres queridos.
Ha sido mucho tiempo ya, en que no hemos experimentado un abrazo que nos traía paz, tranquilidad, expresaba buenos deseos y condolencias, alegría y despedidas, en reuniones familiares, reuniones de trabajo, fiestas, bodas, bautizos, encuentros en sitios públicos con conocidos, sepelios.
¿Recuerdas llegar a cualquier reunión y abrazar a todo mundo?
¿Te has imaginado siquiera cómo será ese momento en que abraces por primera vez a tus padres, a tu hija en otro país, a tu pareja ausente, al amigo que vive a metros de distancia a quien solo has podido saludar a la distancia, al que solo has visto a través de zoom?
¿Qué sentimiento va a prevalecer en ese momento? ¿Alegría? ¿Euforia? ¿Desconcierto?
¿Qué va a suceder en ese abrazo, más allá del contacto físico?
¿Llanto, gritos, sollozos, susurros, besos, silencio…nada?
Más que el encuentro, quizá lo que más deseo que llegue, es el momento del abrazo. De alguna forma, los medios electrónicos han ayudado a que haya encuentros, no físicos, sino virtuales y he aprendido a disfrutarlos. Pero nada ha logrado, ni logrará, sustituir la maravillosa experiencia de abrazar a un ser querido.
Hay quienes aseguran que un abrazo brinda mayor apoyo y alivio, que cualquier otro tipo de apoyo que puedas ofrecer a alguien en los peores momentos. El sentirte junto a alguien, tocar y aferrarte, aunque sea por unos segundos a un ser querido (¿o deseado?), experimentar no solo el roce, sino la fuerza de un adulto o la ternura de los brazos de un niño, oler la piel, vivir recuerdos, crear ilusiones o fantasías, pero sobre todo sentir que alguien con todo su ser te abraza y te sostiene, es algo insustituible.
Así que tú… ¿Estás listo para el abrazo que viene?
Porque de que viene, viene.
JL
Gracias por leer esta columna, como siempre, agradezco tus comentarios y el que la compartas.
11 Responses
En cualquier momento este articulo sería increíble, pero en un momento como el que estamos viviendo, no sólo es increíble. Es aire fresco y es una esperanza
Hoy me quitó el pesimismo
Saludos José Luis
Gracias por tu comentario Isidro. Y si eso logró este escrito, me siento recompensado.
Estimado y querido José Luis! Recibe un abrazo fuerte abrazo virtual, que gran y bonita reflexión. Me hace seguir teniendo mucha esperanza y sobre todo las ganas de abrazar a la gente que quiero y estimo. Saludos afectuosos…. Coco ?
Querida Coco, muchas gracias. Que siga la esperanza de pronto abrazarnos libremente.
Estoy totalmente de acuerdo, un simple abrazo puede cambiar el inicio de tu día o darte ánimos para seguir con lo que estás pasando. Que bien que nos recuerdes que más allá de la situación siempre será necesario el contacto físico y lo más importante no dejar que ni la pandemia ni nada nos quite eso.
Me encantó tu articulo JL! Los abrazos tranquilizan, transmiten felicidad, y quitan miedos.
No es de extrañar porque la mayoría de los niños duermen abrazando un oso de peluche también.
Gracias por recordarnos lo importante que es, abrazar! Te mando un abrazo cariñoso!
Así es, somos seres sociales y siempre será necesario ese “toque de amor” que es un abrazo.
Gracias por el abrazo Nada, y tienes razón. Los osos de peluche, por alguna razón, tienen un efecto en todos. ¿Has tratado de regalarle un oso a un joven de 17 años, sin familia y maltratado por la vida? Nosotros lo hicimos en algún momento en un hogar para niños de la calle. Con temor porque no sabían muchos la reacción que tendríamos de los mayorcitos. En cinco minutos, todos los osos tenían nombre, estaban en sus camas y, cuando llegó el momento del partido de futbol, vimos a muchos jugar en la cancha, cargando a sus osos. Todos necesitamos a alguien (o algo) a quien abrazar!
Mi querido José Luis, yo misma, que no era muy afecta a abrazarse con todos, que te quiten totalmente el abrazo y el contacto físico, es algo que definitivamente crea un vacío emocional y social, ya que con el abrazo expresamos lo que no se dice con palabras. Ya ansío que regrese ese abrazo. Me encanto tu blog
Muchas gracias por leerla Henrieth. Yo creo que todos estamos esperando ese momento. Abrazo
Gracias por el abrazo Nada, y tienes razón. Los osos de peluche, por alguna razón, tienen un efecto en todos. ¿Has tratado de regalarle un oso a un joven de 17 años, sin familia y maltratado por la vida? Nosotros lo hicimos en algún momento en un hogar para niños de la calle. Con temor porque no sabían muchos la reacción que tendríamos de los mayorcitos. En cinco minutos, todos los osos tenían nombre, estaban en sus camas y, cuando llegó el momento del partido de futbol, vimos a muchos jugar en la cancha, cargando a sus osos. Todos necesitamos a alguien (o algo) a quien abrazar!