Hace poco, en el grupo de Facebook Community Managers Profesionales de México, alguien que parecía ser un posible demandante del servicio que el CM podría dar, entró al grupo y publicó su opinión sobre la falta de profesionalismo de sus integrantes, alegando que la mayoría de ellos no tenían seguidores, y a veces ni siquiera actividad en sus redes sociales. La respuesta de la comunidad no tardó en llegar y algunas de ellas me llamaron la atención porque aunque ese “post” inició y terminó con agresiones, de ambos lados hubo cosas rescatables que consideré que se deberían retomar para ofrecer algo positivo tanto a los CM como a las marcas, empresas o personas que en algún momento decidan contratar a alguien.
Lo que es inevitable
Cuando se contrata a alguien, sin importar el puesto que vaya a ocupar, es natural que el contratante revise las credenciales de esa persona y se asegure que tiene la suficiente experiencia o habilidades necesarias para desempeñar aquello por lo que se le va a pagar. En el caso de un CM, tenemos un problema en México: ¿qué determina que seas un CM?, ¿un título?, es poco probable porque aún no existe. ¿Que tengas cuenta en Facebook y sepas usar las redes?, tampoco, aunque mucha gente cree que es así. Y en el caso de que se tenga un certificado de algún curso tomado, en realidad se está hablando de una actividad que no se avala con un papel (por mucho que nos tiremos al suelo pensando que alguna asociación o la STPS determinan nuestras habilidades), sino con una práctica real. ¿Cómo se puede verificar si alguien está capacitado para llevar las redes sociales de una empresa o marca?, evidentemente es por su actividad en redes sociales. Me llama la atención que las respuestas al “post” detonante sugieren que un CM no tiene tiempo ni necesidad de tener una conducta en redes sociales, más que para sus clientes, lo que implica que falta todavía mucho por trabajar en el terreno de preparación de un CM para que entienda la magnitud de la labor de esa figura en una empresa y en el mercado, porque alguien que por “postear” cosas en una cuenta se considere un Community Manager, está cometiendo un error de apreciación de sí mismo, muy importante.
Lo errado
La publicación detonante sugería que la mayoría de los CM’s del grupo, no tenían ni siquiera seguidores suficientes. Y aunque eso puede ser cierto, no tiene nada que ver con el punto anterior. Es necesario que la gente involucrada en redes sociales entienda que el número de seguidores, no está relacionado con habilidades de ser Community Manager o con conocimientos del tema del que se está hablando. De la misma manera que un alto número de seguidores no hace un “influencer” aunque durante algunos años se les ha llamado así a las cuentas con altos números de “followers”.
Lo discutible
Leyendo comentarios de los miembros del grupo, algunas personas que se han sentido aludidas con el comentario inicial, mencionan que su trabajo se demuestra en las cuentas para las que trabajan, que sus cuentas personales son eso, personales y privadas y que no tienen que trabajar en ellas. Pero aún en ese caso, deberían tener algún tipo de personalidad online en el que se mencione esas cuentas a las que dedican todo su tiempo.
Es aquí en donde encuentro espacio para mi opinión, tan discutible como la de las personas que dicen que no tienen por qué demostrar nada en sus redes. Bien es cierto que todos queremos tener privacidad y también es verdad que un alto número de seguidores (como ya lo comentamos anteriormente) no demuestra tu grado de conocimiento o habilidades. Pero si tu labor es la de ser un CM, una persona que uno de sus terrenos principales de acción son las redes sociales, que su función principal es comunicar y vender (entre otras cosas la imagen de un producto o servicio), es demasiado ingenuo pensar que puedas evadir tus acciones personales en redes sociales utilizando el escudo de la privacidad.
La realidad
Todos tenemos derecho a tener un perfil privado, o a tener una vida privada. Pero no debemos olvidar dos cosas muy importantes:
- Una característica primordial de un CM, es la capacidad de abstracción de las redes sociales, lo que significa comprender que aún con un perfil o una cuenta personal, debe haber prudencia en sus publicaciones para no confundir lo privado con lo personal. Porque incluso cuando se tiene un perfil personal, esa cuenta es casi siempre (a menos que sea realmente privada) sujeta a búsqueda y análisis de un tercero.
- Un CM independiente, debe tener muy claro que antes que ser CM, es un profesionista, una marca personal que debe tener una imagen. Esto implica que podría muy bien tener algunas redes privadas, pero es necesario que haya algo que demuestre sus conocimientos, puede ser una página de Facebook, un perfil de LinkedIn, una cuenta de Instragram, de Twitter o un Blog. Algo que sea inherente a su persona y a sus conocimientos. Y si no se trata de un CM independiente, con mayor razón deberá hacer algo que refleje sus habilidades a cualquier externo, y esto por muchas razones que no caben en esta nota, pero que se resumen en que nada garantiza que estarán eternamente trabajando para una marca o producto. Especialmente en esta actividad, una marca o empresa necesita eventualmente un cambio de esencia y junto con ello va un cambio de CM.
El “take away” de este tema es: para un empleador, que comprenda que número de seguidores no implica nada de lo que parece evidente; para un CM, que haga uso de algo que le permita construir una personalidad 2.0 que permanezca inseparable y que crezca y se fortalezca con el tiempo. Es inevitable que caminemos el camino, o como dirían nuestros vecinos del norte: “walk the walk, not just talk the talk”.
Community manager
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