Por más de un año, el mundo ha sufrido un impacto económico inédito debido a la crisis sanitaria, obligando a un confinamiento social y creando un punto de inflexión en las dinámicas de movilidad y demandas de viajes futuros.
En la Ciudad de México, por ejemplo, los lugares de mayor concentración de personas, como centros comerciales, zonas corporativas o lugares de trabajo el flujo de movilidad se mantiene 42 por ciento por debajo de los niveles previos a la contingencia, en tanto que los centros recreativos y de ocio como cines, restaurantes y centros comerciales mantienen una caída del 30 por ciento en el flujo de visitantes.
En el marco del 12º Congreso Internacional del Transporte (CIT 12), que organiza la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), han manifestado la necesidad de crear estrategias y mecanismos que permitan contar con una movilidad limpia, saludable y sustentable en la era post-Covid.
Ángel Molinero, director General de Urbanismo y Sistemas de Transporte (Ustran) indica que después de la pandemia deberá existir un transporte público adecuado eficiente y accesible a la economía de todas las personas en el que no haya distinciones para su uso.
Asimismo, asegura que tras el confinamiento habrá que generar estrategias para reducir los viajes de trabajo y a los centros educativos, pero sin llegar a la no movilidad.
“El futuro lo tenemos encima y tenemos que reforzar el transporte público para generar una movilidad activa que nos permita llegar a una ciudad compacta, que podemos llamar la ciudad de los 15 minutos”, dice.
Desde el punto de vista de Julián Sastre González, director de la Consultora ALOMON y presidente del Instituto de Movilidad de España, el reto es apostar por transporte colectivo y la electromovilidad, así como aumentar el uso de la bicicleta pública, pues con ello se contribuirá a mejorar la movilidad en las ciudades.
“La movilidad activa debe estar en la cúspide, porque son además sostenibles y saludables, y es inteligente por su aplicación que la convierte en un sistema revolucionario, porque los proyectos de movilidad deben servir para crear ciudad”, comenta.
¿Hacia dónde vamos?
Para los especialistas en la reactivación global, una de las prioridades tiene que ser retomar actividades esenciales sin que esto signifique un nuevo pico en los contagios.
En ese sentido, los gobiernos tienen que generar esquemas claros y confiables de financiamiento para ampliar el servicio. La emergencia sanitaria hace visible la necesidad de cambiar la movilidad y crear una verdadera coordinación metropolitana.
No sólo hay que reconsiderar cómo nos movemos por nuestra ciudad, sino cuándo y cuánto nos movemos y repensar la forma en que deberemos hacerlo para poder regresar a cierta actividad.
De acuerdo con un estudio realizado por la consultora Deloitte, para mejorar la movilidad urbana se tiene que tener capacidad de adaptación, minimizar la congestión y los tiempos de viaje, otorgar mantenimiento en carreteras y resto de infraestructuras, y amplia oferta de formas de transporte.
La movilidad urbana requiere innovación y debe ser accesible para todos los ciudadanos. Una buena cobertura y la reducción de tiempos de espera del transporte público permiten una amplia flexibilidad de movilidad a la población.
“La falta de integración, coordinación y gobernanza efectiva entre los reguladores y las empresas de transporte provoca que la movilidad en estas ciudades se vea afectada y que aún tenga mucho camino por recorrer”, sostiene el estudio.
Aunque poco a poco se ha dado una reactivación económica, a medida que el confinamiento se va suavizando, todavía quedan muchos retos por resolver sobre la movilidad urbana.
Antes de la pandemia, había temas añejos por resolver del transporte público y que complicaban la movilidad en las principales ciudades, los cuales se han venido arrastrando por años.
Los retos a vencer en los próximos años siguen siendo la obsolescencia de las unidades, la falta de infraestructura carretera adecuada, la implementación de nuevas tecnologías, etcétera.
¿Habremos aprendido algo con el confinamiento? ¿La movilidad urbana renacerá después de habernos resguardado? Los ciudadanos citadinos necesitamos exigir a los responsables de nuestro transporte púbico que en realidad haya un interés genuino por brindarnos un servicio seguro tanto por nuestra salud como por nuestra integridad.
Parecería una realidad utópica, mas no inalcanzable.