No hay ninguna sorpresa
Pues con la novedad de que la comunidad de Twitter está que trina (nunca mejor dicho) debido a que el malvado de Elon Musk ha llegado a meter sus sucias garras a esta prístina, gentil y elegante provincia virtual.
La única red social capaz de hacer llorar a un hooligan, está ahora en manos de Musk.
Su primera decisión ejecutiva fue la de despedir a todo mundo; tal como si fuera nuevo secretario de estado morenista, apenas llegó y corrió hasta a la señora que organizaba las tandas, según él para disminuir gastos de operación. Como si unos cuantos ingenieros fueran la causa del descalabro económico de la red social.
Eso sí, en la oficina mexicana de la firma tampoco se anduvo con miramientos. ¡Pa’fuera todos!
Lo más terrible de todo el asunto es que por alguna extraña razón la rama #pejista de la red social se dio al gozo y disfrute luego de enterarse de la carnicería. Antes ya habían tachado a los empleados mexicanos como panistas y que era “culpa de ellos” que el partido azul tuviera una gran preponderancia en la red social.
Como si Twitter México hubiera tenido un equipo especializado para revisar cada uno de los tuits que inundan el muy contaminado ambiente político nacional y cuya única misión hubiese sido la de fijarse cuando @sexyfrog75 tuiteara algo en contra de Mariana Gómez del Campo.
La verdad es que no les veo tal malicia.
Lo que me pareció muy “humano” y muy de izquierdas fue la cantidad de usuarios de la red social que manifestaron su felicidad y salieron a festejar que un grupo de personas ―la mayoría de ellas enfocadas en el área comercial de la empresa―, perdieran en segundos su trabajo.
¡Viva el humanismo!
Amores billonarios
Creo que todo el asunto de Twitter es un claro ejemplo de porqué, nosotros los simples mortales que vamos a pie, nos vemos ridículos y quedamos como verdaderos estúpidos a la hora que nos ponemos a defender a los grandes billonarios.
Sus razones y sus causas nunca serán las nuestras y carecen de cualquier empacho para incrementar sus fortunas. Por ejemplo, si tuvieran que arrojar a una docena de gatitos bebé a un volcán en erupción para obtener alguna ganancia, créanme, los arrojarán uno por uno sin el menor miramiento.
Y eso es lo que está pasando: el señor Musk presumió que su adquisición de Twitter era el heraldo de una nueva era dorada en la que la red social permitiría y respetaría la libertad de expresión de todo el mundo:
De hecho, de manera muy magnánima, como si se tratara de un amo feudal concediendo una gracia a sus vasallos, nos avisó que la comedia había regresado a la red social:
…y a los pocos días canceló la cuenta de la comediante Kathy Griffin debido a que tuvo el atrevimiento de impersonarlo y de burlarse de él…
…para luego mandarnos una amenaza a todos los demás:
Una clara muestra que Elonsito padece del clásico ego inflamado de aquellos que nacieron con harto billete y de que no tolera que, nosotros los simples mortales, lo tomemos a burla.
Está buena la libertad de expresión siempre y cuando no se metan conmigo ¿qué no ven que yo soy el visionario, el disruptor, el que parte el queso, el que pagó una millonada por este congal electrónico al que llaman red social?
Cucurrucucú, paloma
Ni se atrevan a cuestionar y, para pronto, ahí les va otra idea muy estúpida: Será necesario pagar ocho dólares para que les demos la palomita azul.
Pero… ―se preguntaría algún alma cándida que aún piensa que Musk está haciendo cosas por mejorar la red social―, ¿no es tonto hacerlo? El objetivo de la dichosa verificación es ese: verificar. Dar a las cuentas reales un sello de autenticidad; que personas, instituciones y medios puedan demostrar que en realidad son quienes dicen ser.
No. Eso es estúpido.
A partir de ahora la paloma no se entregará por méritos, si no por pago. Chivo pagado, chivo brincado y si no lo hacen, pues ni modo, se van al fondo del saco, al Hades donde languidecen los pocosfologüers a la espera de un mínimo rayito de la luz del reconocimiento.
Casi se pudo escuchar el momento en que mil millones de bots rusos y chinos comenzaron el proceso para verificar cuentas que, a partir de ahora, contarán con la aprobación de Musk.
Lo peor de todo es que esos ocho dolaritos mensuales de ninguna manera servirán para paliar la gran crisis que vive la red social.
De hecho, una de las últimas noticias que vi antes de escribir esto, fue la maravillosa idea de colocar TODA la red social tras un pay-wall, es decir, que ahora van a cobrar parejo a todos, con o sin palomita.
Además de fomentar el éxodo a Mastodon, lo que el señor Musk parece intentar es ya darle la puntilla a Twitter. Recordemos un poco de historia: ¿Cuántas redes sociales han nacido y han muerto?
Bueno, pues esta tampoco está a salvo de tener que recorrer la espiral rumbo a la extinción.
Aunque hasta el momento dudo mucho que Mastodon se transforme en la alternativa real, tengo la seguridad de que algo ocurrirá y tarde o temprano todos los usuarios de Twitter nos reencontraremos, felices, mentándonos la madre y revolcándonos en el virtual lodo de otro chiquero virtual.
-No olviden seguirme en tuiter donde estoy como @areygadas.