China presentó en la ciudad portuaria de Qingdao, el que será el medio de transporte terrestre más rápido del mundo: un tren bala que alcanzará los 600 kilómetros por hora, sobrepasando así los límites de velocidad hasta ahora conocidos sobre tierra. Para dimensionar un poco lo que esto significa, pensemos que un avión vuela a una velocidad de 800 a 900 km/h.
Este novedoso tren es ya una realidad que fue dada a conocer por la CRRC (China Railway Rolling Stock Corporation), la compañía ferroviaria pública de China, que basa su tecnología en un sistema de levitación magnética, que se abrevia “Maglev” y que logra que los vagones floten sobre los rieles gracias a una fuerza electromagnética que lo desliza sobre las vías.
De esta manera, al no haber un contacto entre las superficies, se logra reducir la fricción y la resistencia que ésta provoca, permitiendo así alcanzar nuevos niveles de velocidad nunca antes vistos.
Por otra parte, esta tecnología también ayuda al tren a emitir niveles más bajos de contaminación acústica y requiere menos mantenimiento que otros trenes de alta velocidad.
A pesar de que es la primera vez en la historia que un vehículo terrestre alcanza una velocidad como ésta, su tecnología no es algo nuevo, ya que el país asiático lleva operando trenes de este tipo desde 2004, cuando el primer tren de levitación magnética empezó a dar viajes públicos de 30 kilómetros de Shanghái a su aeropuerto, con una duración de siete minutos y medio en los que el tren alcanza velocidades de aproximadamente 430 km/h.
Planes de expansión
Para cubrir este recorrido, se requirió de una inversión superior a los mil millones de dólares estadounidenses lo que, aunado al hecho de que China cuenta sólo con una línea de levitación magnética de uso comercial, constituye un impedimento para extender su servicio a más viajeros. Por ello, se están planeando nuevas líneas para conectar a sus principales ciudades y reducir así el tiempo y los costos de viajar por uno de los países más extensos y poblados del mundo.
De Sanghái a Pekín, por ejemplo, hay una distancia de más de 1,200 kilómetros en los que se podrían transportar a cien pasajeros por vagón en recorridos de un poco más de dos horas de duración, aun cuando no se podría mantener la velocidad máxima del tren durante todo el trayecto.
De manera adicional a todo esto y como parte de sus planes de expansión a nivel mundial, la CRRC está estudiando la posibilidad de instalar una planta de producción en México para atender sus proyectos en el mercado latinoamericano.
Movilidad eficiente: la apuesta tecnológica
Hoy la necesidad de contar con una gestión vehicular inteligente ha alcanzado un papel protagónico en el comercio a nivel global, como nunca antes, ya que más que transportar mercancías, es capaz de mover toda la economía de un país.
A través de ella, es posible garantizar el abastecimiento de materias primas, la movilidad de las personas, la distribución eficiente de productos perecederos, así como la recolección, transporte y envío de paquetería, lo cual es esencial para el comercio electrónico, que tan sólo durante el año pasado, impulsado por la pandemia, generó 316,000 millones de pesos en nuestro país, lo que se traduce en un crecimiento anual del 81%, según cifras de la Asociación Mexicana de Ventas Online (Amvo).
Por ello las empresas le están apostando al desarrollo de nuevas tecnologías para la optimización de recursos, la posibilidad de realizar un monitoreo logístico de flotillas en tiempo real y el acceso a servicios integrales de localización que optimicen la cadena de suministro. En otras palabras, vehículos más eficientes, menos costosos y sustentables, que utilicen menos recursos, en beneficio del medio ambiente.
Sistemas de geolocalización, vehículos eléctricos y programación automatizada de rutas, sólo fueron los antecedentes de lo que hoy ya es una realidad: la creación del tren bala de velocidades nunca antes alcanzadas, la reactivación del avión supersónico capaz de transportar pasajeros a una velocidad de 4,000 kilómetros por hora de manera silenciosa, planes para programar drones para delivery y redes de movilidad con vehículos autónomos. Todo esto formará parte de los sistemas que integren las empresas, motivándolas a replantearse la manera en la que llevan a cabo su gestión vehicular para mejorar la movilidad del mundo.