Si siempre había sido un dolor de cabeza encontrar talento para cubrir un puesto y, del otro lado, ser el talento que una empresa necesita, actualmente se ha dificultado exponencialmente.
Aquí expongo algunas razones que han complicado la contratación en nuestras áreas de negocio y seguramente te vas a identificar con alguna de ellas.
- Los anunciantes cada vez reducen más sus presupuestos publicitarios porque siguen con la percepción de que las plataformas digitales son gratuitas.
- Los pobres presupuestos han decrementado los salarios/igualas y sólo hay unas cuantas ofertas que valen la pena.
- Las empresas han dejado de invertir en capacitación y en equipo, porque los trabajadores duran menos en sus puestos para conseguir mejores ingresos… y luego se sorprenden de sus tasas de rotación.
- Muchas empresas han sido estafadas y/o engañadas por oportunistas que les prometen cubrir objetivos de ventas inalcanzables con palabrerías que apantallan a los clientes (pero que no entienden).
- Los clientes saben poco o nada de cómo funciona el mundo digital y no quieren aprender o les da miedo.
- La tecnología nos lleva la delantera a pasos agigantados. Es complicadísimo mantenerse actualizado a menos que la empresa te apoye con capacitación o tú inviertas en ello.
- Cada vez se facilita más el hágalo-usted-mismo en cuanto al manejo de la tecnología y, aunque parezca increíble, la contratación de sobrinity-managers sigue proliferando, aunque haya cero estrategia y cero tácticas en las acciones y ocurrencias de quienes manejan la comunicación, sin control ni métricas ni listening, por poner algunos ejemplos.
- Al descubrir que la publicidad es más cara de lo que pensaban, o simplemente porque así viene en su ADN, reducen las prestaciones y beneficios al mínimo, mermando los ingresos futuros (retiro) de sus empleados, mientras que éstos ni se percatan porque piensan que el futuro está muy lejos.
- Los trabajadores aceptan condiciones desfavorables con tal de tener trabajo, porque las oportunidades son cada vez menos. Los anunciantes y las agencias de publicidad/marketing/comunicación lo saben y sacan ventaja de ello.
- Los recién egresados salen de la escuela pensando que el título o el prestigio de la universidad que lo otorgó les abrirá puertas, y se topan con una realidad apabullante que nadie les alertó en la universidad porque ni los maestros teóricos la han vivido.
- Las empresas no dan oportunidad a personas sin experiencia, porque no tienen tiempo para enseñarles a quienes contratan.
- Los “sin-experiencia” no saben que sí la tienen (y por eso lo pongo entre comillas), pues han desarrollado trabajos y casos de la vida real que han expuesto a lo largo de su carrera. Y no saben que hay concursos en línea de empresas reales que te ayudan a construir tu CV aunque no ganes.
- La ortografía y los conocimientos generales van en franca decadencia, lo cual se hace evidente en los exámenes de ingreso que las empresas han diseñado. Tengo dos ejemplos deplorables:
- Pedí que el trabajo de equipo no lo subieran a la nube, sino que me lo enviaran por email “en anexo”. Al preguntar por qué lo habían subido a drive, la respuesta fue “porque no sabemos qué programa es anexo” o sea que ni siquiera googlearon.
- Un equipo presentó una campaña para apoyar una promoción que aplicaba a los “galones de seis y de diez litros” de Bonafont. Ni los integrantes del equipo ni la audiencia (el resto del grupo) supieron dónde estaba el error. Me regresé a “repasar” el sistema métrico decimal y sus equivalencias.
- Conforme prolifera y avanza el acceso y la utilización de la inteligencia artificial, la sustitución de seres humanos con tecnología aumenta sin control (dos lecturas obligadas: “Sálvese Quien Pueda” de Andrés Oppenheimer, y “Empleabilidad Hoy” de Ian Reider y Gastón Melo.
- Las instituciones educativas no están contribuyendo a desarrollar habilidades blandas, mismas que ya son esenciales para cualquier empleo: negociación, hablar en público, gestión de tiempo, manejo de estrés, atención a clientes, narración, sólo por mencionar algunas.
- Al graduarse, no tienen ni la menor idea de cómo darse de alta en el sistema tributario para poder cobrar a la brevedad.
- A estas alturas de la comunicación a distancia y de los nómadas digitales, es increíble que las empresas sigan queriendo trabajar por horas-nalga y no por objetivos. No se sienten capaces de contratar a alguien a quien no puedan vigilar ni sacarles el látigo.
- En contraparte, hay quienes necesitan ser vigilados para cumplir con sus tareas PFFF.
- A pesar de que la población femenina de nuestro negocio sigue con su tendencia creciente, la mayoría de las mujeres siguen ganando menos.
La lista de razones es interminable. Es indudable que cada generación encuentra más y más obstáculos para sus contrataciones, tanto de un lado como del otro. Los profesionales de Capital Humano (o como le decían antes, Recursos Humanos) cada vez tienen más trabajo para encontrar talento, mientras que el talento se encuentra desempleado por periodos más largos.
Y francamente soy pesimista: dudo que esto mejore. No cabe duda que conforme avanza el tiempo, las generaciones han tenido tiempos más difíciles y menos recursos, y para tener una mejor calidad de vida hay que luchar más.
¿Tú qué opinas? ¿cómo te ha ido en este esfuerzo cotidiano de conseguir un trabajo satisfactorio o conseguir colaboradores de calidad? Ven y cuéntame en Twitter. Aquí ando casi siempre.
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