La nota de Reuters del 6 de octubre empezaba así:
“Tesla Inc ha disuelto su equipo de relaciones con medios en Estados Unidos, reportó el sitio de noticias de Electrek este martes, en otro movimiento poco convencional del fabricante de autos más valioso en el mundo.
Reuters no pudo encontrar de inmediato al fabricante de carros eléctricos para verificar el dato.”
Desconozco si la segunda oración fue a propósito o no, pero podría decir que lleva un implícito touché. La frase se usa de manera regular cuando el medio no encuentra una respuesta oficial de alguna empresa pero para este caso quedó como anillo al dedo.
Cuando el tema comenzó a hacerse viral, y como es normal en redes sociales, muchos expertos y no expertos hicieron comentarios sobre la debacle de las relaciones públicas y lo que podría considerarse un ejemplo para que otras empresas eventualmente hicieran lo mismo, por supuesto hubo quienes defendieron nuestra profesión y la labor que realizamos en las empresas.
¿Qué motivó a que el Sr. Musk decidiera prescindir de su equipo de relaciones públicas?
La razón que se dio en ese momento fue que no necesitaba quien le hiciera publicidad ya que él la hacía por sí mismo en Twitter. Con 40.4M de seguidores en esa red social se asumía que los “muskers” eran suficientes para hacer llegar el mensaje de la marca a través de esta plataforma, sumados además a los 6.6M que tiene Tesla.
Con casi 50 millones de seguidores y la fama, buena o mala, de Elon Musk, ¿quién necesitaría un equipo de relaciones públicas para posicionar un mensaje? Después de que su última directora de comunicación renunciara casi un año antes para irse a Impossible Foods, la empresa dejó el lugar vacante y poco a poco fue reduciendo el departamento hasta desaparecer.
¿Qué ha sucedido después de esta decisión?
Nada, en realidad no ha sucedido nada. Probablemente dos meses no sean suficientes para decir si le ha funcionado o no, pero por el momento el mundo en general parece no haberlo notado, solo algunos medios que tenían contacto con la empresa a través de este departamento. Elon sigue tuiteando, la gente le sigue dando likey compartiendo, y los medios siguen hablando bien o mal de él. Pareciera que el señor se ahorró una nómina con la mínima pérdida.
Lo anterior nos lleva a cuestionarnos el futuro de nuestra profesión y asustarnos porque otras compañías sigan el ejemplo… O no. La realidad es que más allá de encender las alarmas sobre la trascendencia de nuestra labor, nos motiva a buscar que las compañías para las que trabajamos lleguen al punto en que la marca sea tan sólida y blindada contra las crisis, que crean no necesitarnos, pero eso no es tan sencillo.
En este caso particular, existe una delgada línea entre la figura de la persona y la marca, podría decirse que casi simbiótica. Las ventajas y los peligros de esta relación son un tema largo para otra ocasión, pero digamos que eso ha permitido a la empresa que hasta ahora, su comunicación subsista a pesar de esta decisión.
¿Qué podemos aprender de esta decisión?
Si eres Elon Musk, es tu oportunidad para prescindir de tu equipo de comunicación sin o con muy pocas consecuencias, pero si no, en verdad te recomiendo que le des el peso adecuado a tu personal de relaciones públicas, sobre todo en estos momentos. Si algo necesita una empresa en épocas de crisis, además de un buen liderazgo, es una buena estrategia de comunicación.
Los encargados de comunicación son de las pocas posiciones al interior de las empresas que conocen bien las entrañas del negocio, explota más (en el buen sentido de la palabra explotar) esa función de consejería que desde la perspectiva de las relaciones públicas te pueden dar, pero de eso te platico en otra columna.
Reto de la semana: Comenta esta columna en Twitter arrobando a @elonmusk para que sea su próximo relacionista público, a la mejor solo se le olvidó contratar uno 🙂