Entendemos obsolescencia como el proceso por el que un producto queda obsoleto como resultado de los avances tecnológicos, donde muchas veces su vida útil es establecida desde el momento de su fabricación.
Las marcas utilizan la obsolescencia para crear una sensación de urgencia y exclusividad; incrementar las ventas y la demanda; mantener la innovación y la competitividad; establecer tendencias y estilo y establecer canales de comunicación que incentiven la lealtad y como consecuencia, la repetición de la compra.
Existen diferentes tipos de obsolescencia: obsolescencia programada, obsolescencia de especulación y obsolescencia percibida.
Apple es el mejor ejemplo de obsolescencia programada. Cada año, Apple lanza nuevos modelos de iPhone, iPad y MacBook, haciendo que los modelos anteriores se vuelvan obsoletos. Esto genera una gran demanda por los productos más recientes. La gente está dispuesta a hacer fila por horas para adquirir el nuevo equipo.
Pero la obsolescencia no se limita únicamente al tema tecnológico. Existen diferentes marcas de consumo que han establecido la obsolescencia en su estrategia de marketing.
Marcas como Starbucks o Coca-Cola lanzan bebidas con ediciones limitadas de productos, como la Coca-Cola de Navidad o el Pumkin Spice Late, creando una sensación de exclusividad y urgencia para probarlas.
Cuando un producto o servicio se vuelve obsoleto debido a especulaciones estamos hablando de obsolescencia de especulación. Las marcas lanzan un producto como único, definitivo, etcétera, provocando que los consumidores lo adquieran y posteriormente la marca lanza uno nuevo que es percibido como mejor o más avanzado y, por lo tanto, dejan el producto actual y corren a adquirir el nuevo.
La obsolescencia percibida se refiere a la percepción de que un producto o servicio ya no es relevante, actualizado o deseable debido a cambios en la tecnología, las tendencias, las preferencias del consumidor o la competencia. Esto puede afectar la lealtad del cliente y las ventas.
- Marcas como H&M o Zara lanzan nuevas colecciones cada temporada, haciendo que la ropa de la temporada anterior se vuelva menos deseable.
- Nike: La marca de ropa deportiva lanza nuevos diseños y modelos de zapatillas deportivas cada año, creando una sensación de exclusividad y urgencia para comprar los productos más recientes.
Tipos de obsolescencia percibida:
1. Tecnológica: Cuando un producto ya no tiene las últimas características o tecnología.
2. Estética: Cuando el diseño o la apariencia de un producto ya no es atractiva.
3. Funcional: Cuando un producto ya no satisface las necesidades del consumidor.
4. Social: Cuando un producto ya no es deseable por la sociedad.
Ejemplo de marcas que no sobrevivieron a la obsolescencia:
Blockbuster: No se adaptó a los nuevos hábitos de consumo y fue reemplazado por Netflix.
Nokia: No pudo competir con Apple y Samsung en el mercado de teléfonos inteligentes.
Kodak: No se adaptó a la era digital y fue reemplazado por las cámaras digitales. Y aunque se renovó, el éxito que tenía en los años noventa, no lo ha podido volver a conseguir.
Como te darás cuenta, varias marcas caen en los tres tipos de obsolescencia, principalmente las tecnológicas, pero la percibida es una de las más difíciles para las marcas.
¿Cómo gestionar la obsolescencia percibida?
Mantener la relevancia: Permanecer relevante en un mercado cambiante.
Incrementar la lealtad: Mantener la lealtad del cliente mediante la innovación y la actualización.
Aumentar las ventas: Generar nuevas oportunidades de ventas mediante la innovación y el marketing.
Mejorar la imagen: Actualizar la imagen y la identidad de la marca para atraer a nuevos clientes.
La obsolescencia y la decisión de compra están influenciadas por factores como la innovación, la información accesible, las experiencias personales y las tendencias sociales. Ofrecer experiencias del cliente únicas puede ayudar a mantener la relevancia y la lealtad del cliente.
Cuéntame, ¿Qué otras marcas identificas en alguna de las tres obsolescencias mencionadas?
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