Eso del “échale ganas”

De acuerdo con encuesta de OCC publicada en 2019 sobre satisfacción en el trabajo, el 75% de los Mexicanos están insatisfechos con el trabajo que realizan y poco menos que el 100% de los encuestados, están a la espera de una mejor oferta de trabajo. Y mientras tanto, el mejor consejo que algunos escuchan es: ¡Échale ganas!

Son las generaciones, dicen algunos. Los Baby-Boomers, definían su felicidad con tener un empleo seguro, suficientemente remunerado, tener casa propia y un vehículo y poder viajar una vez al año, durante las vacaciones.

Sin embargo, las nuevas generaciones están mucho mas enfocadas en la satisfacción personal, en “hacer lo que me gusta, lo que me llena”. Tener una familia, hijos, casa propia, son temas “para después”; por ahora, quiero ser una persona satisfecha, desarrollarme al máximo.

Esto, obviamente causa mucha frustración con las anteriores generaciones (padres, tíos, abuelos) que esperan con ansia la pachanga matrimonial y añoran poder cargar a sus descendientitos, nietas y nietos, que ellos juran que van a llegar.

Pero, esta generación, los Millenials que les dicen, no están pensando, en su mayoría, en esos temas. Para ellos, hoy, es más importante desarrollarse al máximo en lo que les gusta y los hace sentir bien.

Y para ello, pues se aíslan, se independizan, viven con “roommates” o compañeros, o novias o novios o amantes. Y está bien. Aquí no vamos a convertirnos en jueces.

Solo que lo hacen muchas veces, contra la voluntad o la aprobación de sus superiores en jerarquía familiar. Madres destrozadas porque su hijita, de 27 años, se fue a vivir sola, sin casarse, con el holgazán de su novio – o novia. Padres que sienten que han fracasado con la educación de sus hijos, porque éstos han decidido trabajar por su cuenta, sin sueldo fijo, sin prestaciones, “en lo que les gusta”. Seguramente que muchos piensan que eso es mucho libertinaje, pues en esta vida hay que sufrirle un poco para poder ser feliz… después.

Pero todos – si, todos, tu, yo, todos a tu alrededor – queremos ser felices HOY.

¡Échale ganas!

Uno de los consejos mas tontos que he escuchado, es ese.

Lo utilizamos en todo momento. Cuando alguien se enferma. Cuando alguien pierde su empleo. Cuando sufre una decepción amorosa. Simplemente, cuando no sabemos qué decir para apoyar a alguien que sabemos que está en problemas. ¡échale ganas! Es el mejor consejo que a todos nos viene de inmediato a la mente. Y lo arrojamos a esa persona que está sufriendo, física o mentalmente y quizá a la espera de un consejo valioso, de una guía, de una palmada de aliento, de una mano para ayudarla a salir de su situación.

¿Que diablos significa?

Echarle ganas a algo, que sabes que te gusta, tiene sentido.

Echarle ganas a conseguir ese puesto que casi es tuyo, significa tener una estrategia de comunicación, acercarte a quien tiene preguntas sobre ti, para aclarar tus puntos de vista, prepararte en aquellas áreas en que eres débil para llegar mejor preparado si te dan el puesto.

Echarle ganas a independizarte como emprendedor, significa atar todos los cabos sueltos, investigar bien el mercado para tu producto o servicio, tener estrategias de mercadotecnia adecuadas al producto, al mercado y a tu presupuesto. Significa haber investigado con anticipación si en realidad tienes posibilidades de éxito.

Y entonces, en casos como los anteriores, “echarle ganas” a tu esfuerzo, tiene mucho sentido. Si ya sabes lo que buscas, lo que te hace feliz, aquello en lo que estás preparado para el éxito, tiene muchísimo sentido.

La clave: Saber qué buscas en la vida.

Como casi siempre sucede, conocerte, con tus cualidades y defectos, con tus aspiraciones y tus frustraciones, con tus sueños y realidad actual, es clave para poder avanzar.

Todos conocemos a alguien – quizá somos ese alguien – que no encuentra su lugar en este planeta. Alguien a quien todo lo que se le presenta en la vida, tiene algún defecto, que ha intentado hacer TODO lo que se le presenta, sin analizar si cuenta con las habilidades, conocimientos y actitud necesarios para tener éxito… y fracasa.

Quizá el error está inicialmente en que nos preparamos para lo que la sociedad quiere que seamos, sin considerar lo que NOSOTROS queremos hacer.

Así, encuentro al señor o la señora que, como está de moda vender casas, se presenta como “broker”, sin haber invertido el tiempo necesario para en realidad ser el o la mejor; sin auto para poder recorrer las propiedades, sin conocimiento de las leyes vigentes, etc.

Y fracasan. Y se frustran más.

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Explora y Descubre aquello que te mueve

Para saber qué buscas, quién eres o quién puedes llegar a ser, entre muchas otras cosas, debes de explorar aquello para lo que tienes dones naturales.

Tener el don, no es suficiente. Debes descubrir cuánto te gusta. Y esto es clave.

El que tenga buen sazón para cocinar, no significa que quiera ser cocinero toda mi vida. Es algo que quiero mantener vivo en mi día con día, a menos que me encante y quiera dedicar todo mi tiempo a cocinar.

Piensa:

  • ¿Hay algo que te emociona solo al pensar en ello?
  • ¿Tienes cualidades que a ti y a todos les parecen extraordinarias para alguna disciplina? 
  • ¿Tienes algún hobby que, una vez que comienzas con el, no puedes parar?
  • ¿Estarías dispuesto a dejar lo que tienes hoy como actividad principal, para explorar un nuevo mundo?

Quizá es momento de comenzar a pensar en ello seriamente.

Y el solo estar pensando en hacer un cambio de actividad, de “reinventarte”, es el punto de quiebre entre las generaciones. Lo que para algunos es vital (la seguridad en el empleo, el ingreso constante, el status y las prestaciones) para otros es secundario ante la posibilidad de independencia, de hacer exactamente eso que me ha movido toda la vida, a pesar de que esto signifique – en algunas ocasiones – no contar con esas “ventajas” y seguridades con que cuentan en este momento

Haz un plan

No estamos en tiempos de quemar las naves y volver a comenzar. A menos que tengas quien te mantenga.

Seguramente estás en un momento en el que tienes un empleo remunerado, quizá muy bien remunerado, y la vida no es gratuita. Si estás considerando dar un brinco a eso que te hace vibrar el alma, el espíritu, debes hacerlo inteligente y profesionalmente.

Tu plan, definirá tus resultados. La calidad con que lo elabores, será un indicador de los resultados que vas a obtener.

Algunos puntos para que los consideres:

  • Que a ti te apasione, no significa que a todos les va a interesar tu idea. Investiga el mercado, consulta con el público. Si tienes acceso, busca algún experto en este tema.
  • La gente cercana a ti, no siempre es la más crítica. Te quieren y muchos serán muy benévolos en sus opiniones.
  • Define claramente las dimensiones de tu emprendimiento. Busca la asesoría de expertos con resultados probados.
  • Lee bien tu contrato si te vas a asesorar con alguien. Cualquier inversión, merece que le brindes toda tu atención. Si cuentas con recursos, acércate con algún experto legal. Algunos contratos con asesores, te atan y te exprimen una vez que alcanzas el éxito.
  • En tu plan, define el momento en el que dejarás tu actividad actual, para dedicarte exitosamente a eso que es nuevo y te apasiona.

Y ahora sí… ¡Échale ganas!

Como ves, antes de dedicar todo tu esfuerzo a eso que has decidido adoptar como tu actividad principal, necesitas tener recursos.

Estudios, asesores, inversiones importantes (así se trate de vender tamales), como equipo, local comercial, contratación de colaboradores, rentas, publicidad, inversión en redes sociales, notarios y más.

Habrá quien te diga que ahorres, dejes tu actividad actual y te dediques de lleno a lo nuevo, viviendo de tus ahorros.

Yo te sugiero que, antes de llegar al punto de dedicarte al 100% a tu nueva actividad, no descuides lo que estás haciendo hoy. No lo descuides ni siquiera un poco. El camino que estás emprendiendo está lleno de emociones, de posibilidades de éxito y también de pequeños y grandes obstáculos. Eso si, en el momento en que no puedas atender tu nuevo emprendimiento en tus horas libres, se un profesional y di adiós en tu actual empresa. Esta merece tu 100%.

Y cuando llegue ese momento de dedicar tu vida profesional a la actividad que has seleccionado para que sea tu profesión, entonces si…

¡ÉCHALE GANAS, TODAS TUS GANAS!

Gracias por leerme como siempre y por los múltiples mensajes que recibo. Me encantaría que tus comentarios los dejes aquí mismo. Y si te interesó esta columna, compártela por favor.

JL

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