Un gran poder conlleva una gran responsabilidad

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. El trascendental consejo del Tío Ben –inspirado en un discurso de Franklin D. Roosevelt– a Peter Parker suena actual y es determinante si de empoderamiento se trata.

Una gran responsabilidad para un gran poder porque está en nuestras manos todo lo que necesitamos para liderar nuestro organismo. Utilizar tus funciones y capacidades eficientemente es una habilidad que está sujeta a la mejora continua. Es un talento que, como la creatividad, requiere esfuerzo, constancia, tiempo y atención.

Tu organismo trabaja continuamente para servirte. Usa tu imaginación. Conviértete en el arquitecto de tu destino.

Todos nacemos creativos, lo que pasa es que hay gente que decide dejar de creer. Sabemos que la creatividad es una capacidad que tenemos y que podemos espabilar. Estimular y potenciar tal habilidad solicita paciencia y tiempo ya que no se produce de forma inmediata, más bien se realiza poco a poco. Hablamos de un crecimiento orgánico; no pago.

El ilustrador español David Peña dice que «para desarrollar la creatividad solo hace falta tener la firme voluntad de hacer algo y dedicarle tiempo». Por lo mismo, no subestimes el poder de tu actividad diaria.

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La comodidad de la inactividad, de no cambiar nada, de no evolucionar y quedarse estancado no nos lleva a ningún sitio, al contrario, nos inmoviliza. Permanecer en la rutina y dejar que las cosas se metan allí naturalmente es como alimentarnos diariamente basándonos en comida chatarra. Difícilmente acumularemos la base de datos tan variada y amplia que necesitamos para tener nuevas ideas.

Cambiar y tomar nuevas decisiones es el kilómetro cero del camino de la creatividad.

El hábito es el responsable de convertir el aprendizaje en conocimiento para el organismo. El desarrollo del pensamiento creativo necesita de reglas y métodos para «romper las reglas», es menester entonces nutrir de procedimientos diarios favorables al incremento de la creatividad, cuidadosamente establecidos, para lograr las metas propuestas.

Para que la creatividad fluya y recorra el camino planteado (recuerda aquello de los hábitos favorables) es necesario abrirse al encuentro con uno mismo y con los otros. El simple hecho de salir de la rutina hace que nuestra mente razone de una forma diferente, y en el caso de que sea interactuar con alguien, se descubren nuevas facetas. La creatividad también es el encuentro de mis ideas con tus ideas. De las tuyas con la de los demás.

Del extenso legado que Leo Burnett nos dejó rescato la siguiente frase: «La curiosidad sobre la vida en todos sus aspectos continúa siendo el secreto de las personas más creativas». Tu organismo trabaja continuamente para servirte. Usa tu imaginación. Sé curioso. Olvídate de lo que había antes. Rompe las reglas. Sé ilógico y libre. Sé el arquitecto de tu destino.

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Deja de esperar que las cosas pasen. Mejor, sal y abraza la interacción de ideas para hacer que las cosas pasen. Del movimiento surge la creatividad.

Una gran responsabilidad para un gran poder porque está en nuestras manos todo lo que necesitamos para liderar nuestro organismo.

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