Por fin terminaron las campañas electorales en México. No se les veía fin. La calidad dejó mucho que desear y, aun así, la gente votó a favor de sus protagonistas.
Una campaña mediática que lanzó el partido que está actualmente en el poder fue (palabras exactas) “exterminar al INE” siendo una de las instituciones que, a pesar de todo lo criticable que pudiera tener, es de las más respetadas y confiables de nuestro país.
El contraataque del INE fue tan sutil que nos deja un gran ejemplo de comunicación estratégica que poco (o nada) habíamos visto en México, sobre todo durante tiempos tan complejos como una campaña electoral en tiempos de pandemia… ¿o fue una casualidad y les salió impecable?
Los funcionarios del Instituto Nacional Electoral aguantaron estoicamente por meses un embate que provenía de autoridades gubernamentales. Diario se les enviaban mensajes desacreditadores y su reacción fue no dar acuse de recibo de tales ataques a su profesionalismo, cuyo objetivo era desacreditarlos para justificar su desaparición.
Dos semanas antes de las elecciones, los representantes del INE empezaron a hablar ante los medios de la labor que implicaba el proceso electoral, el trabajo en las casillas, y el apoyo que íbamos a vivenciar y atestiguar “entre vecinos”.
Y sonaba a un discurso bonito exaltando nuestras habilidades sociales y amigables características de nuestra cultura. Una especie de wishful thinking, como dirían los gringos.
Y aquí es donde me pregunto si fue a propósito, con una magistral estrategia de comunicación, o si la viralidad hizo su trabajo sobre ese whishful thinking o ilusión masiva.
De repente, el día de la elección –domingo 7 de junio- los líderes de opinión amanecieron muy activos transmitiendo la idea de que la labor “de vecino a vecino” iba a reinar durante todo el día.
Vecinos ayudando a vecinos en el proceso electoral 🥰
— Chumel Torres (@ChumelTorres) June 6, 2021
El que quiera destruir eso es un reverendo pendejo (o ya sabe la que le viene).
Se enfatizó y reforzó muy bien el esfuerzo voluntario de los vecinos trabajando en las casillas, como resultado de horas de capacitación por parte del INE, quien finalmente es la institución que encabeza dichas funciones.
José Woldemberg, exconsejero Presidente del INE fue un poco más allá, destacando que hasta el día anterior el personal del Instituto era el responsable de apoyar a millones de ciudadanos en su capacitación “…y una vez llegado el momento, el INE suelta y todo queda en manos de los ciudadanos. No hay forma de que se vulneren los resultados de la votación, porque son los mismos vecinos los que cuentan los votos de sus propios vecinos”.
A partir de ese momento, el mensaje “entre vecinos /confiabilidad” empezó a permear entre los comunicadores de los medios masivos, inmediatamente se empezó a mover en las redes sociales, y en unas cuantas horas la gente “de a pie” estaba hablando de ello.
La verdad es que fue muy emocionante ver cómo iba bajando el mensaje en cascada, hasta multiplicarse masivamente y llegar a las mismísimas personas formadas en las casillas y además motivando a la gente a acudir a votar, porque “el esfuerzo de tus vecinos es enorme y hay que hacer que valga la pena”.
Este fin de semana los mexicanos tuvimos la oportunidad de vivir una maravillosa experiencia donde los vecinos nos hermanamos por un fin común y ejercimos un derecho ciudadano con altos niveles de participación.
El INE hizo un excelente trabajo, demostrando su efectividad y su capacidad de organización.
La campaña “entre vecinos”, ¿fue un discurso político afortunado o una estrategia impecablemente sembrada?
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