Las historias en productos, servicios o destinos pueden marcar la diferencia entre enamorar a los clientes o simplemente dejarlos ir. ¿Qué sería de Disneyland sin sus cuentos de princesas?, ¿qué sería de Coca Cola sin su felicidad? o ¿qué sería de Palacio de Hierro sin hacernos sentir parte da la élite social?
Las marcas requieren de historias, y si no las tienen habrá que inventarlas, y con esto no estoy diciendo que engañemos a nuestro mercado, pero crear una buena historia puede potenciar y arraigar la marca con sus consumidores, generando nuevos conceptos.
El storytelling es el arte de saber contar historias y una herramienta importantísima al momento de construir una marca o una estrategia de marketing, les comparto algunos casos que me han tocado en mi vida profesional.
El dentista
Acabamos de ganar una cuenta donde el cliente es una clínica dental, cuando nos tocó asistir a la segunda junta nos percatamos que en su oficina había una máquina moderna puesta como si fuera una instalación de arte en el pasillo principal, el artefacto estaba empotrado en la pared con iluminación LED, digno de una obra de arte.
Al pasar, fue inevitable preguntar sobre aquel aparato que llamaba la atención de forma curiosa y agradable, en ese momento fue el pretexto del doctor para empezar a explicar de qué se trataba esa máquina; de dónde provenía, que beneficios como paciente tendría si me atendía en su clínica y un par de datos más, obvio al terminar la plática, aunque no necesitara el tratamiento, yo quería ir ahí cuando se me ofreciera un servicio dental.
¿Qué hubiera hecho cualquier otra clínica? Lo más común sería habilitar un espacio fuera de la vista de los clientes e instalar la máquina porque al final… “¿qué le importa al cliente que instrumento utilizamos para atenderlo?”, y aunque estamos hablando de que el servicio sería el mismo si se exhibe o no el aparato, la experiencia y la historia alrededor de haberla expuesto hace toda la diferencia.
Dinosaur Caves Park
El año pasado realicé un viaje a San Francisco, California, donde en el camino fuimos descubriendo historias; algunas malas y otras extraordinarias. Después de unas horas y haber pasado Santa Bárbara, mi esposa me alertó sobre un lugar donde debíamos parar, este se llamaba “Dinosaur Caves Park”, supuestamente dentro de los blogs que revisó para nuestro viaje, éste sería un lugar obligado para llegar a conocer.
Aunque la historia superó a la diversión, me causó mucho interés analizar qué había sucedido. En el lugar el ex-propietario había construido un dinosaurio gigante que daba acceso a la cueva debajo de él, ya que éste parque está a la orilla del mar en un acantilado donde hay cuevas. Sin embargo éste se quemó. En los años 90’s la ciudad donde se encuentra el parque compró el terreno y construyó lo que es ahora. En él hay juegos para niños en una tina de arena junto a dinosaurios miniatura y huevos gigantes. Todo esto junto al mar.
La ciudad rescató una historia de algo que pudo haber pasado desapercibido y lo transformó en un destino. Eso lleva a muchos viajeros a visitarlo y por qué no dejar algo de derrama económica en la zona. ¿No suena mal, no?
Entonces…
Una buena historia puede hacer sentir, soñar y recordar una marca por encima de otra. Ponte a pensar sobre todo lo que consumes y te aseguro que muchas marcas te cautivaron con alguna buena historia, ya sea porque te transporta a otra época, te hace sentir especial o parte de algún grupo en específico. Las historias son la fantasía y el lado romántico de nuestras marcas.
Si no tienes una historia… ¡INVÉNTALA! y logra que tu marca conquiste a más personas.
Deseo que tengan marcas con historias extraordinarias. Espero sus comentarios sobre este importante tema y nos vemos en mi próxima participación.
#bebrainstormerstoryteller