A la gente le gustan las historias y ¿qué mejor que una en la que se es protagonista? Apenas el año pasado platicábamos sobre la importancia del storytelling. Y cómo muchos aún no comprendían lo valioso de crear y compartir contenido que va más allá de anunciar las características y beneficios de un producto o servicio; lamento informarles que la tendencia ha evolucionado. Hoy más que nunca, el consumidor ya no se conforma con ser testigo. Las marcas deben empezar a contemplar el storydoing como parte de su estrategia.
Animados por la viralización en redes sociales y sitios web, los consumidores quieren jugar un papel más activo en el proceso de consumo. Y en lo que la empresa tiene para decir al mundo. Los consumidores de hoy tienen más control que nunca. Y los anunciantes inteligentes están comenzando a darles más cabida en sus ejecuciones como estrategia para combatir el bloqueo de anuncios. O peor aún la indiferencia, aprovechando el interés que tienen en común: salir del anonimato.
Co-Creación de valor de marca
Durante muchos años nos enfocamos a vender los atributos del producto como principal atractivo, posteriormente a generar historias en torno a los valores de la misma pero hoy, que el consumidor tiene completo control, es necesario hacerlo parte de integral de cada campaña o historia de marca llevándolo al siguiente nivel, en el que se le permite idear, dirigir y participar en las acciones efectuadas para dar valor añadido.
Conforme el público tuvo fácil acceso a la comunicación con las marcas que consume gracias a la tecnología, nos dimos cuenta que existía una verdadera necesidad de ser escuchado y obtener respuestas; la comunicación se volvió bidireccional. Y con el paso del tiempo, escuchar dejó de ser suficiente. Las marcas deben invitar a la participación en sus campañas a través de contenido generado por el usuario. La creación de contenido habilitado. La participación en experiencias que no sólo dejen buenos recuerdos sino que puedan ser compartidas con el mundo entero. El nuevo papel de la marca es proporcionar la plataforma, herramientas y sobre todo, las razones para participar.
2017 pinta como el año de la comercialización dirigida por el consumidor y el storydoing. Bien ejecutada permitirá a los consumidores redefinir, identificarse y difundir las virtudes de su experiencia llevando como estandarte el producto o servicio que fue cómplice de ella. Las interacciones directas entre los consumidores inspiran un compromiso y un intercambio más profundo; estas relaciones positivas fortalecen la lealtad de marca.
La narrativa ha cambiado y debemos tomar acciones, pero más importante aún, permitir e incitar al consumidor a tomarlas.
¿Ya diste el salto entre storytelling y storydoing?
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