Las redes sociales siguen siendo protagonistas de campañas políticas, y ahora es TikTok quien se lleva una multa en Rusia por negarse a bajar los mensajes que invitaban a jóvenes a sumarse al candidato opositor.
La sanción impuesta a la red social es equivalente a 34 mil dólares, pero no es la única que el gobierno ruso ha establecido contra las redes sociales.
A penas el viernes se dio a conocer que, por la misma razón, Twitter era condenado a pagar tres multas equivalentes a 116 mil 700 dólares.
Las explicaciones del uso de las redes sociales como propaganda política son muchas. Su éxito potencializado por las restricciones de la pandemia y la afición adictiva por éstas, las convierte en el escenario perfecto no sólo para mostrarse, sino para tratar de convencer, desprestigiar o impulsar.
Los análisis refieren que, con el confinamiento, la exposición a las redes sociales se ha hecho mucho mayor. De modo que compartir videos propios o mirar los de extraños consume el tiempo de las personas sin siquiera notarlo.
En el caso particular de TikTok, su modelo basado en videos cortos ha sido tan bueno que otras redes lo han replicado también con éxito.
Aunque en número de usuarios esta red social está muy por detrás de Facebook o Twitter, su consolidación avanza, y el valor de la empresa también, ahora se estima que Byte Dance, la firma propietaria de TikTok, tiene un valor de 250 mil millones de dólares.
Si esas estimaciones son válidas, la red social de los videos tendría un valor mayor que el de Twitter e, incluso, que el de Coca Cola.
El éxito de TikTok, sobre todo entre la población más joven, lo convierte entonces en una tentación a la que los políticos han cedido con facilidad y sin control hasta hace poco.
Por lo pronto, el gobierno ruso ha decidido poner un alto a las redes sociales, y elaboró una serie de protocolos por infracciones contra diversas redes, entre las que también se encuentran Facebook, YouTube, Instagram y Telegram.
De ese modo, TikTok fue declarado culpable por violar el Código de Infracciones Administrativas, al no eliminar las publicaciones de protestas antigubernamentales, registradas en enero, en apoyo a Alexei Navalni.
El gobierno ruso también inició un proceso similar en contra de Telegram. El argumento principal es que mediante esta red se convocaba a jóvenes a participar en protestas antigubernamentales.
En cuanto a Twitter, el gobierno ruso decidió frenar la expansión de la plataforma en su territorio por no eliminar los contenidos prohibidos por la ley rusa, como se le había exigido.
El regulador de medios ruso, decidió reducir la velocidad de conexión de la red en todos los dispositivos móviles del país.
Ese gobierno había realizado más 28 mil requerimientos para que fueran retiradas publicaciones contrarias a su legislación.
Aunque esos mensajes no necesariamente tenían que ver con campañas políticas, los señalamientos eras graves, pues 2,569 se consideraron incitaciones a menores al suicidio, 450 divulgaban pornografía infantil y 149 incitaban al consumo de drogas.
Bajo esa presión, la red ya eliminó cerca de 2 mil 100 entradas de las 3,168 que le exigió el gobierno ruso desde 2017. Además, la plataforma ha acelerado las restricciones a sus usuarios, apegándose a la legislación de esa nación.
Por ello, el regulador de estas redes sociales ha dicho que eliminará el bloqueo para la expansión de Twitter en Rusia a partir del 15 de mayo.
Parece muy bueno contar con un regulador que sí pone manos a la obra, se antoja tener uno así, con todas las reservas debidas, claro, ¿no lo crees?