Cuando hablamos de fashion marketing, lo primero que se me viene a la mente son estas campañas globales de grandes marcas, producciones costosas y claro mucho concepto…Pero las campañas que realmente trascienden no son solo visuales: marcan cultura, generan conversación, y se convierten en referentes para la historia del marketing y la moda, solamente porque conectan con el espíritu de una época. ¿Suena sencillo, no?.
Detrás de cada gran marca de moda hay una historia muy bien contada por un equipo de marketing que no solo busca vender ropa, sino provocar una emoción, abrir una conversación o incluso cuestionar lo establecido. Esto nace de una intención súper clara: crear un vínculo entre la marca y su audiencia, uno que muchas veces trasciende temporadas y modas pasajeras.
Tres campañas que cambiaron la narrativa de la moda
A lo largo de los años, hemos visto campañas que lograron eso: marcar un antes y un después, no solo en la industria, sino también en la cultura. Porque, desde un punto de vista más marketero, la ropa es el vehículo para comunicar el mensaje que la audiencia realmente va a vestir.
Aquí tres ejemplos que vale la pena recordar por su impacto:
DIESEL – “Be stupid” (2010)
En esta campaña Diesel claramente apostó por lo absurdo. El mensaje “Be stupid” que conectó con toda una generación cansada de la perfección en la era digital. Más allá de lo provocador, esta campaña conectó con una generación cansada de los estándares rígidos de éxito. Fue disruptiva, divertida y sobre todo: memorable.
Calvin klein – Brooke Shields (1980)
Historia y escándalo al mismo tiempo. Brooke Shields con tan solo 15 años, se convirtió en la imagen de Calvin Klein con la frase que marcaría a toda una generación “You know what comes between me and my Calvins? Nothing.”

Como era de esperarse, esto desató polémica mundial por su contexto evidentemente cuestionable e incluso fue prohibida en algunos medios, generó debates sobre sexualización en la moda, pero al mismo tiempo disparó las ventas de los jeans de la marca. El sexo vende y Calvin Klein lo entendió perfecto, construyó una marca rebelde, provocadora y culturalmente relevante, incluso hasta el día de hoy.
Gucci – “The cyborg” (2018)
En el desfile otoño/invierno del 2018, Gucci presentó modelos sosteniendo réplicas de sus propias cabezas, con accesorios quirúrgicos y criaturas fantásticas, cuestionando los límites de la identidad, el cuerpo y la belleza.
Más que vender ropa, la marca provocó una conversación global sobre tecnología, género y autoexpresión. “The Cyborg” posicionó a Gucci como un referente cultural y dejó claro que la moda también puede ser un espacio para incomodar y cuestionarnos como sociedad.
En conclusión
Estas campañas nos recuerdan que el fashion marketing no se trata solo de vender ropa: se trata de crear una conversación, de provocar una reacción emocional y de construir una identidad cultural desde la marca, generando conexión.
Para cerrar este tema, te dejo esta pregunta como reflexión:
¿Estoy creando algo para que simplemente se vea bien o algo que realmente conecta con mi audiencia?