Meta-commerce probablemente será la palabra de moda durante los próximos meses. Poco a poco nos han ido introduciendo al nuevo espacio de posibilidades que ofrece el metaverso tanto a usuarios, mercadólogos y por supuesto a las marcas.
El meta-commerce es el espacio de comercio electrónico dentro del metaverso en el que muchas marcas comienzan a preparar su inclusión.
La pandemia aceleró el proceso de adopción del comercio electrónico en muchos países, y hoy en día las transacciones de las tiendas provenientes de su e-commerce representan al menos el 20%, un porcentaje que ha ido en aumento desde el 2015 donde el porcentaje era tan solo del 7% y que se espera que para el año 2025 sea mínimo del 24%
Mientras que Argentina, Brasil y México concentran más del 70% de las transacciones que se hacen a través del e-commerce en Latinoamérica, países como Estados Unidos, China o Japón ya están explorando nuevas opciones para el meta-commerce.
Primero fue la posibilidad de comprar en línea. Después vinieron las tiendas virtuales en las que la experiencia de compra en línea se ve enriquecida a través de la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada (animación 3D, videos, música, etc.).
Estas dos herramientas le dan al consumidor la oportunidad de probar virtualmente los productos, seleccionar, pagar y enviar por mensajería hasta la puerta de su casa.
Marcas como Zara, Amazon, Snapchat o Burberry, son algunas de las que ya han invertido en herramientas tecnológicas para brindar la Realidad Virtual en sus productos, mejorando la experiencia del consumidor y elevando el porcentaje de compra.
El meta-commerce ofrece un mayor grado de personalización al momento de comprar y requerimos crear nuestro avatar para poder ingresar. Obviamente debemos proporcionar datos de nuestro aspecto físico para que nuestro avatar sea lo más exacto a como somos y así hagamos que la experiencia de compra valga la pena.
Ir de compras en el metaverso será algo normal en un par de años para muchas personas, mientras que otras seguramente tardarán más tiempo en llegar ahí o simplemente no llegarán.
En México, al igual que en otros países de tercer mundo la inclusión al mundo digital y bancario ha sido un proceso muy lento. Existen varias barreras que deberán ser superadas antes de que la gente se atreva a comprar en un mundo virtual.
Limitantes para que la gente realice compras en línea:
- Acceso a internet.
En México el 60% de los hogares cuentan con internet según la última encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2020. El número aumenta si consideramos el acceso a internet desde un smartphone, alcanzando el 72%, sin embargo, en la mayoría de los casos el acceso se limita a entretenimiento y comunicación a través de redes sociales y a búsqueda de información, mientras que tan solo un 27% ha comprado o vendido algo por internet.
- Bancarización.
Al menos el 52% de la población en nuestro país nunca ha tenido un producto bancario y la razón principal es la desconfianza hacia las entidades financieras. Otra de las razones es que por el tipo de actividad que realizan consideran que no pueden ser sujetos de crédito.
- Confianza en las instituciones. Por falta de educación financiera, tradición y bajos ingresos, muchas personas desconfían de las instituciones bancarias por lo que no se ven interesadas en contar con ningún tipo plástico y prefieren conservar el dinero debajo del colchón.
- Edad. La edad es un punto muy importante para el estar menos dispuestas a incursionar en las nuevas tecnologías.
A pesar de ello, durante la pandemia muchos de los adultos mayores tuvieron que quitarse los miedos para poder subsistir, sobre todo en el momento más fuerte del confinamiento. Según datos de Statista en 2021 había un 7% de personas de 65 años o más que realizaban compras por internet.
Si sumamos lo anterior, tenemos un grupo de personas a las que no les llama la atención realizar una compra utilizando una computadora o teléfono como medio y que, por tanto, difícilmente se unirán al meta-commerce.
Como siempre, habrá un grupo de la sociedad que quiera ser de los primeros en probar el meta-commerce y otros esperarán un tiempo antes de animarse a entrar a este universo.
La industria está cambiando con rapidez, llevándonos a modelos de negocio antes no vistos. El e-commerce está en camino a transformarse y aunque tal vez todavía nos falten algunos años para que hagamos todo de manera virtual, quizá no sea demasiado pronto comenzar a familiarizarnos con el término.