Rusia 2018 llegó como la culminación de un proceso en el cual miles de marcas se vieron involucradas alrededor del mundo y como un recordatorio del gran negocio que puede representar el invertir en deportes.
No sólo radica en la exposición de un evento sintonizado por millones alrededor del mundo, sino en adentrarse en la innovación de activaciones y formas de crear un vínculo con la gente que consume fútbol. Éste público, adicto a las emociones y aferrado a la pasión, representa un nicho de mucho potencial para cualquier marca e industria. Son sujetos que anhelan experiencias memorables y aquellas que exalten y representen su entrega y dedicación como aficionados. Sentirse reconocidos, valorados e importantes, son objetivos esenciales en cualquier estrategia de comunicación en esta industria.
En nuestro ejemplo más cercano, la Selección Nacional de México se ha convertido en la propiedad que más mexicanos tienen en común. Es el punto comercial en donde convergemos más a menudo, sin importar el nivel socio económico o contexto general en que vivamos. Más destacable aún, es la cualidad de esta marca para adentrarse emocionalmente en el público y, sobre todo, convertirse en una de las mejor valoradas, incluso cuando los resultados deportivos no son idóneos.
Patrocinios en los deportes
El valor de “Mi Selección”, ha logrado traspasar los límites de cualquier marca local y hoy está posicionada como una de las más exitosas a nivel mundial, tanto en el plano comercial, como en cuestión de alcance y engagement. Es la única selección con presencia robusta en dos países (México y Estados Unidos), representando el enorme potencial de mercado que poseemos como país a nivel marketing.
Pero la estrategia exitosa de la Selección Nacional de México no es obra de la casualidad; a lo largo de muchos años se ha logrado construir un proyecto estable que proyecta a sus aliados en patrocinios, licencias y digital. No son alianzas cortas, sino socios comerciales a largo plazo con quienes trabajan de la mano y en pro de los objetivos y metas de ambas partes.
Adidas, Citibanamex, Coca Cola, Movistar, Corona, Izzi, Sky, Sabritas, Lala, Chedraui, Visa, Aeroméxico/Delta, Jeep, ADO, G500 y Marca México, son quienes fusionaron su estrategia con la de la Selección y tuvieron el reto de activar efectivamente esta inversión.
El Hangar Aero Corona llegó como una estrategia 360º basada en el principal anhelo del aficionado mexicano: el inalcanzable quinto partido. Una experiencia memorable en la que los usuarios formaron parte de una tripulación estelar y accedieron a experiencias alrededor del patrocinio.
El plan tuvo ejecuciones físicas y digitales, lo cual generó gran impacto y alcance. Volvemos a subrayar el hecho de que los resultados deportivos terminan siendo secundarios para el éxito de una activación, ya que eventualmente no se logró el objetivo deportivo de acceder a esa fase del torneo. No obstante, la estrategia se posicionó como una de las más innovadoras y virales de los últimos años.
El Orgullo por La Selección
La táctica de Citibanamex apuntó al orgullo de portar la playera de la Selección, enfocándolo en activar ciertos servicios de su conveniencia. La táctica principal a reconocer es que utilizaron un incentivo emocional y de pertenencia (el amor a la camiseta) y lo llevaron a un call to action directo a explotar productos bancarios. “México no se quita” retumbó en redes sociales con una movilidad de miles de playeras entregadas a la puerta de la casa de miles de clientes.
Estos son sólo algunos ejemplos de actividades puestas en práctica efectivamente en este ciclo mundialista. La inteligencia de activar un patrocinio radica en saber cómo aprovechar al máximo los beneficios que se tienen y trasladarlos a experiencias de valor para la gente.
No podríamos hablar del éxito de estas alianzas sin mencionar el alcance digital de “Mi Selección”, la cual está posicionada como el primer lugar mundial en interacciones y crecimiento, y disputa el primer lugar en seguidores junto con Brasil. Esto termina redituando en amplificación de contenido de las marcas y, en consecuencia, en mayor engagement con las mismas.
Las principales virtudes de La Selección Nacional de México son la capacidad de generar un sentido de propiedad inigualable, el vínculo emocional directo con el público, el alcance real y potencial y, por supuesto, la diversidad de target. Una marca que establece pautas de marketing y digital a nivel mundial y que es referente de ejecuciones entre otras Selecciones.
Auge deportivo
Esto sólo representa un ejemplo del auge que tiene el negocio deportivo como inversión de marketing; significa ampliar el espectro de posibilidades y llegar a nuevos destinos de alcance y comunicación.