Contrario a lo que se podría pensar, uno de los eventos más relevantes de la historia no fue una guerra, una conquista o un descubrimiento. Quizá uno de los sucesos más influyentes que haya vivido nuestra especie fue el de la epidemia de la Peste Negra o Bubónica que se desató a mediados del siglo catorce. Su principal consecuencia fue el final de la Edad Media, el decline de la religiosidad en muchos puntos de Europa así como el comienzo del Renacimiento.
Esta gran Peste tuvo unos números escalofriantes: según los cálculos que se apliquen, Europa pudo haber sufrido de una mortandad de entre el 30 y 60 por ciento de la población. Algunos historiadores ponen la mortalidad a nivel mundial en unas 200 millones de vidas en una época en que en el planeta habitaban alrededor de 400 millones de personas.
Esta gran cantidad de muertes causaron un fenómeno muy curioso. Estamos hablando de la época feudal, donde los campesinos pagaban renta por trabajar las tierras de un señor. Dicho amo tenía la capacidad de explotar a los labriegos según su capricho: ponían cuotas, exigían rentas altas, los obligaban a comprar ciertos suministros; los tenían en la miseria y al borde de la inanición con tal de extraer el máximo de ganancias.
Luego del paso de la Peste los pueblos se vaciaron, muchas tierras quedaron improductivas debido a que no había quien las trabajara. La “mano de obra” dispuesta a trabajar en el campo era exigua y esto afectó de forma económica a los terratenientes.
El fenómeno que decía más arriba es que, por primera vez, los señores feudales comenzaron a ofrecer mejores condiciones, menos rentas y más alicientes a quienes quisieran trabajar en sus tierras. Viajaban a otros feudos para atraer a trabajadores ofreciendo mejores condiciones de vida. Este “robo” de campesinos alcanzó tal nivel que en algunos lugares fue considerado un delito que podía ser castigado con cárcel y tortura.
Una de las pocas veces en la historia en que las clases sociales más bajas podían buscar y escoger de forma casi libre las oportunidades económicas que les fueran más favorables.
Pero también ocurrió un gran cambio en la mentalidad de la gente. Gracias a la Peste, muchos se dieron cuenta que el orden establecido no estaba garantizado ni por los nobles gobernantes ni por la Iglesia. Existían alternativas de vida en las ciudades y mucha gente decidió dejar atrás las formas del pasado para iniciar una de las épocas más estimulantes de nuestra historia.
Comenzaría así el Renacimiento, la edad de los descubrimientos y la ciencia, diciplina que ofrecía una mejor alternativa para explicar el universo.
La revolución será posteada
¿Recuerdas aquello con lo que nos machacaron en las clases de historia sobre “aprender del pasado para no repetirlo”?
Casi 700 años después a nuestras generaciones nos está tocando vivir la pandemia del Covid-19. Por supuesto que, ni de lejos, ha sido un evento tan terrible ni tan disruptivo como la Peste en la Edad Media, sin embargo, también nos está obligando a vivir tiempos de cambio.
Si el 2020 será recordado por la humanidad como el año de la pandemia, en Estados Unidos el año 2021 tendrá todo un aspecto diferente: será el año de “la Gran Renuncia” (the Great Resignation).
Tan sólo en el mes de agosto más de cuatro millones de estadounidenses renunciaron a sus trabajos y desde entonces la cifra no ha hecho más que incrementar. Existe una gran zozobra entre los propietarios de pequeños negocios de servicios que, después del parón de la pandemia, se ven imposibilitados para contratar al personal suficiente para laborar de forma normal y, el que aún queda, prácticamente está con un pie de fuera.
Un evento que está llamando la atención a los estudiosos y que se puede medir de diversas maneras: por ejemplo, el apartado de Reddit, r/antiwork, ya tiene más de 900 mil seguidores y se ha transformado en un punto de encuentro donde se comparten anécdotas y consejos; donde se alienta a quienes sufren de trabajos donde son maltratados y mal pagados, a abandonarlos.
Una pequeña revisión del sitio basta para entender un poco el sentimiento de la gente que llega a los electrónicos pasillos de /antiwork: la vida es demasiado corta y preciosa para desperdiciarla en un lugar donde a uno no lo respetan, lo tratan como animal y encima, le pagan una miseria.
Se ha transformado en una especie de “trabajadores del mundo, uníos” en el que se asegura que es momento que los patrones (grandes y pequeños) comiencen a pensar en dejar de maximizar sus ganancias y para ofrecer salarios y condiciones más dignos.
La frase que más se lee dentro del subreddit es:
Si no puedes pagar un salario digno a tus trabajadores, entonces tu modelo de negocio no funciona y no mereces estar ahí.
¿Estamos al borde de un cambio de paradigma?
Es demasiado exagerado comparar esta pandemia con lo que ocurrió en la Edad media, sin embargo, estamos siendo testigos de un verdadero cambio de mentalidad.
Gracias a la cuarentena y el encierro, mucha gente pudo vivir realidades alternas muy diferentes a lo que se conoce como la “carrera de ratas” de trajín diario. Supieron que puede haber una vida sin engorrosos e incómodos viajes de muchas horas de ida y regreso al trabajo, sin horarios estrictos y sin convivencia con personas o jefes irritantes. Sin requerimientos de vestimenta ni de ridículas políticas de oficina.
Tuvieron un atisbo de libertad y quedaron prendados de esta.
No cabe duda que este par de años en que hemos vivido una situación nunca antes vista harán que reconsideremos, como empleados, qué es lo que realmente queremos de un trabajo. Por su parte, las empresas, tendrán que replantear la forma en que interactúan con su capital humano.
Tal vez nos encontremos ante uno de los grandes cambios de paradigma de nuestra historia y aún no nos hemos dado cuenta.