Sucede que al momento de iniciar la búsqueda de un trabajo hay diversos factores que analizamos para seleccionar el que consideramos mejor, como por ejemplo el sueldo, la cercanía y uno más podría ser si estamos capacitados para realizarlo, por increíble que parezca el hecho de amar y disfrutar lo que hacemos ya no entra en la ecuación porque “hay prioridades” y la familia necesita comer, aunque en estas prioridades no contemplamos la tranquilidad que ofrece la satisfacción de sabernos plenos en nuestra labor, ¡¿qué increíble no?!.
A su vez para las empresas (no todas afortunadamente), lo más importante es contar con la eficiencia de sus recursos técnicos, financieros y humanos, aunque en este último no inviertan en nada más que en el sueldo en cuestión como si se tratara de máquinas que desarrollan una actividad y punto, reduciendo la aportación del valor y calor humano en un simple intercambio frío cuando en este se involucra mucho más que el desempeño laboral, quiero suponer que todos los que hemos trabajado para alguien, sabemos a qué me refiero, incluso me atrevo a sugerir que muchas veces conforme pasa el tiempo en el lugar en el que trabajamos, seríamos capaces de aceptar disminuir tangibles (sueldo) por intangibles (el reconocimiento a nuestra labor), el mismo que genera el arraigo a la empresa o negocio en el que trabajamos por hacernos sentir valorados.
Hace poco tiempo llegué a formar parte de la familia Soy.Marketing, no me lo esperaba y estoy felizmente agradecida, voy de sorpresa en sorpresa y la primera es que una comunicóloga como yo es aceptada en el mundo del marketing, otra ha sido que tengo absoluta libertad de escribir mi opinión en cada uno de los artículos, y la última fue hace un par de días cuando recibí un paquete en casa por parte de Soy.Marketing dándome la bienvenida escrito con puño y letra de parte del Director General Hans Hatch, ya se imaginarán mi cara al recibirlo, me sentí como cuando tenía 7 años y llegaba el regalo sorpresa que no te imaginabas y siempre habías querido, la sonrisa de emoción no se ha ido y me siento en casa.
Creo que el reconocimiento empieza desde uno mismo al hacer y enfocarte en lo que amas, después llegan las personas y oportunidades correctas.