En marketing existe un reloj invisible que no perdona: la oportunidad. Cuando un hecho noticioso, cultural o social detona conversación, las marcas corren a ver cómo sumarse para no quedarse fuera del “momento”. Pero entre hacerlo con ingenio y terminar en el terreno del oportunismo hay una diferencia que el público detecta de inmediato.
El reciente anuncio de compromiso de Taylor Swift con Travis Kelce es un ejemplo perfecto. En cuestión de minutos, Twitter, Instagram y TikTok se llenaron de memes, felicitaciones y, claro, publicaciones de marcas. Desde joyerías que lanzaron guiños a los anillos de compromiso, hasta cafeterías. Algunas lograron un toque simpático, otras parecieron forzar la conexión solo para colgarse del algoritmo.

¿Dónde está la delgada línea? La oportunidad es cuando la marca logra conectar su mensaje de forma orgánica, coherente con su personalidad y con valor para la audiencia. Oportunismo, en cambio, es cuando la marca interrumpe con un mensaje vacío, ajeno a su esencia, o que se siente desesperado por figurar.
Lo hemos visto antes: Oreo y su famoso tuit: “You can still dunk in the dark” (Todavía puedes sumergirte en la obscuridad) en el apagón del Super Bowl de 2013. La marca reaccionó de inmediato y hoy en día es la referencia obligada de oportunidad bien ejecutada ya que no necesitó un presupuesto multimillonario en TV para hacerse viral en podo tiempo.

Pero, por el contrario, recordemos a las marcas que intentaron sumarse a tragedias o temas sociales delicados y recibieron un inmediato el descontento y bloqueo social, e incluso tuvieron que dar una disculpa pública por lo insensible de su publicación. La lección es clara: no todo trending topic es terreno fértil.

En un entorno digital donde la atención es efímera, subirse a las tendencias puede dar visibilidad, pero también puede erosionar credibilidad si se hace sin criterio. El consumidor actual no solo busca creatividad, también autenticidad.
Una publicación ingeniosa puede generar miles de interacciones; una publicación oportunista, puede costar años de construcción de reputación.
Consejos para no caer en la trampa:
- Define tu brújula de marca. Antes de reaccionar a cualquier tendencia, filtra: ¿esto refleja mi tono, mi propósito y mis valores? Si no pasa la prueba, mejor abstenerse.
- Diseña un protocolo de respuesta rápida. No se trata de improvisar, sino de estar preparados. Un equipo ágil, con roles claros y criterios definidos, puede crear contenido oportuno sin perder autenticidad.
El reto para los equipos de marketing no es ser los más rápidos, sino los más pertinentes. Preguntarse: ¿esto conecta con mi marca? ¿Aporta algo a mi audiencia? ¿O sólo quiero aparecer en la conversación? La velocidad importa, pero la congruencia es vital.
Al final, la oportunidad bien aprovechada es un acto de empatía con la conversación social. El oportunismo, en cambio, es un reflejo de ansiedad de marca. Y en ese espejo, pocos quieren mirarse.
Cuéntame, ¿qué marca crees que ha sabido sumarse a la conversación de manera oportuna e inteligente?
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