‘Cuatrojos’ es el mote más popular y ofensivo que se le puede hacer a una persona que usa anteojos, pero la marca mexicana de lentes Ben & Frank, decidió adoptarlo como parte de su imagen, campaña y esencia, a fin de reivindicar con sus productos a los llamados ‘cuatrojos’.
La firma Ben & Frank ha desarrollado un concepto de marketing singular en torno a la venta de anteojos, que busca captar a los consumidores en línea para concretar ventas por esa misma vía, o bien para llevarlos hasta una de sus 28 tiendas físicas en México.
La narrativa de su campaña es irreverente, directa, fresca y sencilla. La elección de la paleta de colores, pastel en su mayoría, le dan un tono de moda retro pero pop al mismo tiempo.
Sus modelos son personajes comunes, como extraídos al azar de la masa amorfa, que es eso que llamamos sociedad.
Su mayor carta de presentación es ser mexicanos, y el respaldo de su producto es ofrecer los precios más competitivos en el mercado al borrar a los intermediarios, además de concentrar sus ventas en línea y ofrecer envíos gratuitos.
La marca fue fundada por Mariana Castillo, Eduardo Paulsen y María José Madero hace seis años, y ya han vendido más de 100 mil modelos, por eso ahora su plan es expandirse a Améria Latina. Su nombre nace del personaje que creó los primeros lentes bifocales: Benjamín Franklin.
Del mailing al probador mágico, pasando por un manifiesto
En su estrategia de mailing, B&F incluye leyendas genuinas como “Estás recibiendo este mail porque nos caes bien :)” o en lugar del “si no deseas recibir este mail…”, un simpático: “Puedes despedirte para siempre ☹”, o un “#Mamayoquiero” para llevarte a su página.
En sus mensajes dejan clara su conciencia de que quienes usan lentes son todos diferentes, por ello ponen a disposición de las personas su test de los ‘frutilentes’, que son formas de frutas que se asemejan a distintas formas que puede tener la cara de un cliente.
Otra parte que resulta genial es la posibilidad de ordenar unos lentes graduados en línea, siempre y cuando se cuente con la receta de graduación, pero si no se tienen, ellos le sugieren una de sus tiendas o doctores aliados más cercanos a su domicilio.
De esta manera, B&F está revolucionando la manera de vender un producto, del que se hubiera pensado que no tenía más futuro para el marketing que las modelos de ojos claros y boca semiabierta.
Tampoco se puede pasar por alto que en su página web ofrece la opción de probarte en casa los anteojos. Para aprovechar esta función, puedes elegir cuatro armazones de tu gusto y hacer un deposito cien por ciento reembolsable. Ellos te enviarán por paquetería los modelos que puedes probarte y regresar por la misma vía.
Una vez que hayas elegido el armazón de tu preferencia, se encargan de hacerte llegar el modelo nuevo con tu graduación.
Los nombres de los modelos de armazones tampoco son cosa menor, y acusan una evidente evocación a la cultura mexicana. Se puede ver los anteojos Figueroa, que indudablemente recuerdan al maestro de la fotografía de las películas mexicanas, Gabriel Figueroa, o los Revueltas, en evocación al autor de El Apando y Los muros de Agua.
Los chicos de Ben & Frank también cuentan con un probador mágico, sólo tienes que grabarte en su probador mágico para poder mirarte con los distintos modelos de su catálogo, a ese probador invitan con un singular: “Pásele, no es magia”.
Y, por supuesto, hay que mencionar su manifiesto #Cuatrojos, que entre sus consignas señala como primer punto: “No al bullying #Cuatrojos, los lentes no sólo nos hacen ver más listos… También más guapos”, y por acá decimos que sí.
Tú, ¿cómo ves?