El diseño de productos y la creatividad que éstos implican siempre están expuestos a similitudes, imitaciones, plagios y hasta coincidencias.
Hace no mucho, por ejemplo, aquí en Soy Marketing tuvimos un caso de dos columnistas cuyo título y primer párrafo de su texto eran casi idénticos. Ni siquiera se conocen entre ellos y, por lo tanto, no habían estado en contacto al escribir su respectiva columna. A veces un tema nos lleva a idear algo que nos parece ideal y único, cuando resulta que a otros cientos de personas se les ocurrió lo mismo.
Aunque en el caso de Soy Marketing no pasó a mayores y más bien fue una anécdota interna que sólo tres o cuatro personas nos dimos cuenta, hay casos en los que se hace escándalo mundial.
Logotipo
No podemos olvidar que apenas en 2016, para las Olimpiadas de Brasil (que hoy se ven TAN lejanas), surgió un conflicto con su logo, ya que aparecieron dos demandas de plagio de las cuales el comité organizador no se salvó.
El más afamado fue el de Huatabampo, que circuló en todos los medios del mundo y sirvió de caso de análisis en muchas instituciones investigadoras y académicas. El otro fue el de Fundación Talluride, que para mi gusto quizá sea más parecido que el primero.
En esta imagen donde aparecen los tres, quizá tú nos puedas decir quién habrá copiado, o si fue una mera casualidad.
Producto
A finales del siglo pasado me tocó vivir en carne propia un conflicto entre marcas asociado con el nombre del producto, más allá de la creatividad.
Kellogg’s había controlado el mercado de cereales en México por varias décadas. Era su imperio propio. Surgía por ahí uno que otro productor local que no le hacía ni cosquillas a la única marca en el mercado y que considerábamos de calidad superior, porque no conocíamos nada más.
Un buen día llegó Nestlé, y se presentó con sus hojuelas de maíz a confrontar al rey de cereales en México.
¿Cuál fue el conflicto? El nombre del producto: corn-flakes. Si bien Kellogg’s lanzó un contra-ataque millonario argumentando que ése era un término de su propiedad, terminó perdiendo porque (1) no lo tenía registrado, y (2) aunque lo hubiera registrado, un genérico descriptor como corn-flakes (hojuelas de maíz) no puede tener exclusiva.
Al final, ambas marcas mantuvieron el nombre de su producto, aunque Kellogg’s se mantuvo por un tiempo presentándose como “el original”.
Publicidad
Todo esto viene a colación porque en esta semana me encontré con tres ejemplos de creatividad publicitaria que me parecieron como una calca uno del otro.
Aunque algunos tuiteros me ayudaron dándome las referencias de qué agencia produjo cada uno, me parece que el concepto es profundamente similar y me cuesta un poco de trabajo pensar que no se hayan inspirado entre sí para su creación, pero mejor observa y decide…
¿Qué te parece, plagio o coincidencia?
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